Mecha Fuego Porteño — Restaurant in Autonomous City of Buenos Aires

Sinceramente, tuve una experiencia pésima en este lugar. Fuimos el sábado 8/6 a querer cenar con amigos. Primero, llegamos mi pareja y yo y le comentamos a la persona que nos recibió (una mujer rubia de unos 40 años o más, con una actitud EXCESIVAMENTE SOBERBIA al hablar) que éramos 4 en total, y que estábamos esperando a dos amigos. Le consultamos disponibilidad de mesas y nos dice que solamente hay en el sector exterior. Nuestro problema con esta zona es que usualmente suele haber fumadores, y nos molesta mucho el humo del cigarrillo, más cuando comemos. Ante esto, la mujer nos dice “es lo único que tengo por el momento, si se llega a desocupar algo adentro les aviso” y agrega que “no todos los que comen afuera fuman”. Nos sentamos afuera y el mozo nos trae la panera. A los 10 minutos, se sienta una pareja de personas mayores atrás nuestro y, efectivamente, el hombre empieza a fumar. En este momento, se acerca la recepcionista y nos dice que se había liberado una mesa adentro. Vamos para adentro, pero resulta que la mesa que habían preparado era para dos personas, y nosotros le habíamos dicho que éramos 4 en total. Le decimos que no íbamos a entrar porque era más personas, a lo que la mujer nos contesta con de muy mal manera: “ustedes no me habían aclarado que eran 4 personas en total. No tengo otro lugar, así que les ofrezco que se lleven la panera y se sienten afuera”. Al ver de la horrible manera en la que nos estaba hablando la mujer, decidimos irnos. Un dato más: mi novio escribe por WhatsApp esa misma tarde para reservar una mesa y le habían dicho que era por orden de llegada. Cuando estamos en el restaurante, la recepcionista nos ubica en una mesa en la zona exterior, aunque después nos dice que la misma mesa estaba “reservada” (tenía una botella de vino blanco sobre ella). Al ver esto, mi pareja le pregunta por qué habían reservado la mesa, siendo que a él le habían dicho que el ingreso era por orden de llegada. La mujer contesta que se trataba de “una mesa reservada para amigos del dueño”. Me parece una falta de respeto, en primer lugar, que tengan a esta mujer atendiendo al público, con una soberbia y arrogancia repugnante, no sirve una persona maleducada para este rol. Luego, no me parece justo que tengan prioridad de reserva para algunos allegados mientras que no para otros. No recomiendo para nada este lugar. Caro y encima te...

Noviembre 2022: El restaurant es una parrilla con precios elevados y ambientación moderna refinada, que ofrece opciones de mariscos pero que debe mejorar en su fuerte.

La carta es bastante amplia, pero creo que ello atenta contra su especialidad. Pregunté por la pesca del día a la parrilla y resulta que era un filet de abadejo. Yo esperaba un señor pescado entero a la parrilla sabiendo que el grill es su fuerte. Luego pedí bife de chorizo y en la mesa sumaron unas costillas de cerdo a la barbacoa. El bife de chorizo estaba durísimo y seco. Entiendo que a pesar de haberlo pedido a punto se siguiera cocinando porque lo sirven en bandeja de hierro pero la dureza me afectó, era difícil cortarlo aun con el cuchillo especial que nos dieron. Otra persona en la mesa decidió desempatar con otro bife y pasó lo mismo. En cuanto a las costillas estaban tiernas. Pedimos una ensalada de peras y Brie. Estuvo bastante bien porque las peras habían sido selladas y tenía muy buena cantidad de Brie. El tamaño de las porciones fue adecuado. Tienen una amplia carta de vinos pero los precios son demasiado elevados considerando algunas bodegas de referencia. Pedimos un Merlot y su temperatura no fue la recomendada de consumo. Tampoco nos trajeron decantador. Por los precios esperaba por lo menos que la temperatura de consumo del vino fuera lo adecuada. No sé si cuentan con cava. Por todo lo anterior considero que el lugar tiene mala relación precio calidad. No cobran cubierto.

La higiene en la mesa fue correcta.

El ambiente es moderno, minimalista, con metal y mucho vidrio. En el salón principal hay cuartos vidriados que se extienden hasta el fondo del lugar que es largo. Fuimos de noche y no se podía apreciar bien pero con luz del día debe ser linda la estética. La cocina se desarrolla en una gran barra del lado derecho visible desde el ingreso y hay espacio para el guardado de vinos a lo largo del corredor. También disponen de un patio entre esos cuartos vidriados y ofrecen mesas sobre la vereda. Hay aire acondicionado en los cuartos vidriados. Por la naturaleza de los mismos estos espacios se tornan muy ruidosos. La iluminación de noche en estos espacios es adecuada tirando a poco pero suficiente.

La atención fue bastante atenta y amena.

El lugar es accesible para personas con movilidad reducida y cuentan con...

La verdad es que fui a comer hace dos semanas y no pude escribir antes porque estuve haciendo terapia para recuperarme de esta experiencia tan traumática y el psicólogo recién me dio el alta. Yo pensé que qué hacer crossfit era exigente pero no es nada comparado con pasar 2 horas con la mano levantada rogando que alguna camarera se digne a levantar la vista. Lo copado es que después de esperar 10 minutos a que nos den la carta, una chica muy amable y cuando digo amable quiero decir con cara de orto nos respondió “ya los atiendo” lo cual ojalá hubiese sido así pero ni siquiera habíamos visto la carta y como tarotistas no éramos, no la pudimos adivinar. Uno diría que los problemas se terminaban cuando nos tomaban el pedido pero Dios le da sus peores batallas a sus mejores guerreros. Diez minutos después de tomarnos el pedido y creo que estábamos en la etapa de “por favor alguien que nos de bola para pedirle un agua sin gas”, se acercó el encargado para preguntarnos si la camarera nos había avisado que no había empanadas. Otra vez fue mala nuestra que no aprendimos a leer mentes y/o miradas al piso por lo que aceptamos nuestro error y lo cambiamos por una provoleta que para ser justos está en el top de provos que comí incluyendo la de mi amigo Martín. Habiendo bajado un poco el bajón con una provo pero aún con mucha hambre nos dispusimos a comer el asado banderita que por sugerencia de la camarera decidimos compartir ya que nos dijeron que pesaba 400gr. Una de dos, o se rompió la balanza o al ternero lo cagaron de hambre porque con suerte llenamos los huecos de las muelas de juicio que me sacaron cuando tenía 16. Completamente desilusionados optamos por pedir la cuenta la cual nuevamente esperamos con una paciencia budista hasta que nuestras ganas de dormir la siesta fueron superiores y pasados los 10mins de espera nos acercamos al mostrador para pagar. Si llegaste hasta acá pensas que es una joda, a mi me hubiese gustado que lo sea...