Lamentable experiencia! Pedí una porción de Muzzarella con Fainá al corte, con la idea de degustar distintas variedades de pizza y empanadas, que bien lo ameritaba por la buena fama. Acompañé con Moscato y soda. Cuando llegué, a las 18 hs., había sólo 1 mesa ocupada, 1 encargado, 1 mozo y 3 empleados en el horno y la cocina. Tuve que llamar repetidas veces al mozo, de viva voz, porqué estaba muy entretenido leyendo algo en un rincón y nunca advirtió la presencia de un cliente en el salón. El resto del personal, menos, muy ocupados en conversar animadamente entre ellos antes que prestarle atención a un inoportuno señor que pretendía degustar algunas bondades promocionadas por la casa. Al grano: lo que se consumió, nada que no se consiga hasta en la pizzería más modesta de barrio, excepto por los precios, más acordes a Recoleta o Pto. Madero. Insisto, y pido una empanada de pollo. Para qué? Se la tuve que pedir al encargado, porqué el mozo había desaparecido. Vuelve a los 20 minutos, y le hago saber del segundo pedido, que seguramente ya debía estar. Fue patético ver cómo el encargado y los "pizzeros" se abalanzaban sobre el horno tratando, entre nervios y risas, de rescatar la nueva especialidad de la casa: la empanada ... Carbonizada! (Y la querían reemplazar por una nueva)! Mozo: la cuenta, por favor!