Mala experiencia desde la entrada hacia adelante.

Hicimos una fila con dos personas antes que nosotros, a las que se les dijo de manera muy poco cordial que no podían sentarse en la terraza por ser dos. Al llegar al frente de la fila un mozo nos pregunta cuantos somos, se devuelve adentro del restaurant sin decirnos si podemos pasar o no y comienza a atender otras mesas. Con señas le preguntamos si podemos pasar, nos vuelve a preguntar cuántos somos y finalmente nos da una mesa en la terraza, ya que nosotros eramos tres. En ese sector la música que tenían puesta era un heavy metal muy desagradable y estaba tan fuerte que no permitía escuchar ni nuestros pensamientos. El otro mozo que nos atendió en la mesa fue muy desagradable todo el tiempo. Le pregunté que cerveza sin alcohol recomendaba, ya que había ido manejando, a lo que me responde "no sé compadre, yo no tomo sin alcohol, en todo caso solo tenemos la mahou". Cabe destacar que en el menú habían 9 marcas distintas de cerveza sin alcohol. Finalmente le pedí un mocktail (un cocktail a base de cerveza sin alcohol). Mis dos amigos se pidieron cervezas de schop y cada uno un plato de comida. Al rato traen las cervezas de mis amigos y el mozo me señala "en seguida te traigo tu trago". Luego de un rato razonable vuelvo a preguntar y me dice que "hay como 5 o 6 tragos que tienen que preparar antes que el tuyo, tienes que esperar". Ahí nos preguntamos entonces para qué trajeron las cervezas a mis amigos antes de que estuviera listo. Finalmente trae mi mocktail y me informa que ya no van a preparar más cocktails a partir de ese momento, solo cervezas. Luego de unos 50 minutos y de insistir, traen nuestra comida. Yo pedí una paila de papas chilotas con carne y champiñones. Era básicamente 90% papas llenas de crema y la carne estaba durísima. Otro amigo se pidió una hamburguesa que no destacaba en lo absoluto y el otro una paila similar a la que pedí yo, que también era básicamente solo papas. Finalmente nos aburrimos de la música retumbándonos en la oreja, las demoras excesivas y el trato del mozo que dejaba bastante que desear y nos fuimos. Había que pagar adentro, en la barra, y para mi sorpresa veo que ahí estaban preparando el mismo cocktail que había pedido yo a más de una hora de que el mozo me dijo que ya no se podía.

Nos fuimos con una pésima experiencia y por supuesto que a nuestro querido mozo mentiroso le dejamos una propina invisible.