Gema Ramen — Restaurant in Santiago

Fui a comer ramen el día domingo 30/06 y fue una pésima experiencia, llegamos a eso de las 16:00 hrs, preguntamos si podíamos sentarnos y si aún tenían comida por la hora, nos dijeron que sí, nos sentamos y pedimos, hasta allí todo bien, pasaron unos 30 min y nos trajeron unos platos y nos preguntaron si habíamos pedido eso, como no sabíamos cómo se veía la comida yo le dije “pedí uno vegetariano creo que ese no es” y se lo llevaron a otra mesa, y nos dijeron que checarian nuestro pedido, había llegado más gente y pasaba el rato y le llegaban sus platos pero a nosotros nada, ya eran las 17:00 hrs y aún nada, le preguntamos al mesero varias veces y no sabía del pedido, seguían saliendo platos a otros clientes y a nosotros nada aún, me levanté a preguntarle al cocinero y no encontraban el papel del pedido, hasta que dijo “acá está” y que lo iba a armar, pasó media hora nuevamente y nada aún, nos levantamos a reclamar nuevamente (ya habíamos reclamado 5 veces antes) y a los 20 min llegó lo que pedí yo un miso vegetariano que nisiquiera tenía los ingrediente que decía que tendría, pero tenía tanta hambre que me lo empecé a comer, pero aún no llegaba el plato de mi acompañante, seguimos esperando y vemos que el cocinero cerró la cocina y no preparó el plato que faltaba… el cocino nos ignoró y los meseros no sabían qué decirnos, al final me comí lo que me sirvieron y la comida estaba desabrida, y mi acompañante se quedó sin comer. El servicio es pésimo, los meseros no saben atender, y no ordenan los pedidos, fue una pésima experiencia, no recomiendo para nada ir, a demás que no salieron pedidos de otras personas, el cocinero prepotente cuando le preguntas te dice que lo está preparando y luego te ignora, y los meseros nisiquiera sabe a qué mesa le están sirviendo la comida, a otra chica no le llegó lo que pidió 2 veces y a una pareja nunca le llegó su plato y después de 40 min le dijeron que no se lo iban a preparar, para eso cierran el local antes en ves seguir atendiendo...

Una imitación bastante aceptable.

El local queda ubicado en un costado del persa, dando hacia la calle Víctor Manuel. Tiene una estética que lo asemeja a un puesto callejero original japonés con la barra, los banderines, los cuencos con los palillos y toda la onda. Además, cuenta con unas 6 mesas en la acera. La capacidad máxima de comensales es alrededor de 25 (10 en la barra y 15 en mesas, aprox). Cuando fui (abril 2019) el local estaba repleto: me dieron número (lista de espera) y me dijeron que volviera en 25 mins. En realidad, pasó el doble de tiempo antes que me atendieran. Por lo que vale la pena ir más temprano, pedir el numerito, e ir a pasear.

La carta es súper limitada: solo tienen 3 tipos de ramen y un plato seco (arroz con cerdo). El valor del plato es $4500. Los tipos de ramen no son sino variantes del mismo: sin huevo (miso vegano), con huevo (miso vegetariano), y con huevo + lonja de cerdo (shoyu).

En cuanto al sabor, es una copia bastante razonable. El caldo, la consistencia de los fideos, el marinado del huevo… todo es "casi" como los ramen japoneses. Así que si has ido al país del sol naciente notarás la diferencia; pero si no: será una aproximación más que aceptable. ¿Es sabroso? Considero que sí. Pero si eres un purista y/o un paladar exigente, no vas a reencontrarte con la experiencia original.

¿Qué le falta a este local? En primer lugar, ampliar la variedad de platos. Se entiende que por el tamaño del local y la demanda no dé para tener tantas opciones, pero pienso que incluso ampliando la oferta de toppings, sería un primer paso. Si ofrecieran platos de udon o soba, sería soñado. Quizás abandonar la expectativa de autenticidad y jugársela por...

Solía ser un lugar confiable para disfrutar buen ramen, pero lamentablemente la calidad ha bajado notablemente con el tiempo. Pedí un Tonkotsu y llegó tibio, sin nada de vapor. Al comentar esto, simplemente agregaron un cucharón de caldo más caliente, lo cual no solucionó el problema, ya que el plato volvió a enfriarse rápidamente. El caldo estaba insípido, las algas nori eran marrones en lugar de negras, lo que indica que estaban viejas, y el huevo marinado no parecía tener más de unas pocas horas: el centro seguía completamente blanco, más parecido a un huevo duro bañado en soya que a un tamago bien preparado. Lo único rescatable fue el cerdo, que estaba aceptable.

Mi pareja pidió un ramen Shoyu, pero tenía un extraño sabor a queso cheddar. Además, presentaba los mismos problemas con las algas y el huevo.

A esto se suma una gran preocupación por la higiene del lugar. Desde la mesa alcanzábamos a ver parte de la cocina, y la impresión fue bastante desagradable: superficies grasientas, especialmente el suelo, que parecía no haberse limpiado en días. Los trapos que usan para limpiar mesas y cocina daban más bien la impresión de ser traperos, y el estado general del local era preocupante. Desde afuera se puede ver mugre acumulada colgando de las vigas del techo, como si no se hubiera limpiado en años.

Mencionamos algunos de estos puntos a la camarera, quien fue amable y nos ofreció una bebida como compensación, lo cual se agradece. Sin embargo, el estado de la comida y del local en general deja mucho que desear. Ojalá puedan retomar el estándar de calidad e higiene que alguna...