Barrio de Quilmes — Restaurant in Jalisco

We unfortunately got there about 45 min to close and felt bad but it was our last night in GDL and we’ve been wanting to try this place out! They made us feel so welcomed and didn’t cut back on the amazing service just because we got there later. Alvaro, our server was hands down one of the best servers I’ve ever had/seen. Working in the industry for years, I can tell right away when someone is passionate about their job and that’s Alvaro. He was not only on top of our needs but just had the best personality and so friendly!! Such a hard worker, any server could learn a thing or two from him! The restaurant is beautiful, the decor, the building, everything! Now the food, amazing! The steaks, sides, everything was sooo good and cooked to perfection. I am so glad we were able to visit, it will definitely not be...

Barrio de Quilmes (Antaño), es un lugar congelado en el tiempo, en donde al parecer no existia tanta competencia y daba igual porque siempre se estaba lleno, ahora, con tanta competencia resulta un sitio mediocre a donde llevar a la amante porque pasa desapercibido pero muy cercano a todo, desde que llegas puedes ver la parvada de meseros platicando en la barra, con desinteres te diran que tomes la mesa que quieras, para despues ponerte tres salsas/aderezos salidos del congelador y tomar la orden de tu bebida, que será bien servida en una cristaleria opaca y llena de rayones, en ningun momento te invitan a probar entradas o platos nuevos, les da igual si quieres chinchulines o una chistorra o te llenas de pan, porque les pagan lo mismo asi que seguramente no les apetece hacer recomendaciones, la carne algunos cortes son buenos otros son mezclados y saben a una marinada que impide apreciar el sabor natural de la carne o se desea camuflagear que se trata de una calidad pobre, los baños de milagro funcionan, y en general el sitio es oscuro como una cueva... tal vez un milagro es lo que les hace falta para revivir un lugar así.

Algo que resulta pesimo, es pagar el valet parking y que terminen estacionandotelo sobre la calle, porque les apetece, pueden y quieren, asi que no te sorprendas salir y ver tu carro sobre la linea amarilla.

Si quieres comer algo rapido con una cuenta aproximada de 800 a 1,200 mxn, adelante, sino por ese precio seguramente la panza se hará acreedora a mejor calidad y te lo agradecera, aunado a una experiencia más grata...

Después de varios años sin visitar este clásico restaurante argentino de la ciudad, decidí regresar con la esperanza de revivir aquella buena experiencia que recordaba… pero, lamentablemente, esta vez no fue así.

El lugar se siente cansado. Se nota que el tiempo ha pasado y no precisamente para bien. Desde los menús desgastados con colores ya deslavados, hasta la atmósfera general que pide a gritos una manita de gato.

Nos asignaron mesa rápidamente, y aunque había algunas mesas ocupadas, el ambiente era tranquilo. Se notaba que muchos comensales eran clientes frecuentes, saludaban con familiaridad a los meseros, llamándolos por su nombre.

De entrada pedimos el chicharrón de ribeye, que fue, sin duda, lo mejor de la comida: buen sabor, buena porción y buena elección. Después vinieron algunos tropiezos… unos camarones bastante olvidables, acompañados de unas verduras asadas sin alma y un arroz que pasó sin pena ni gloria.

También pedimos un bife de chorizo que llegó sobrecocido y servido en una tabla sin guarnición, sin gracia. La ensalada argentina, por su parte, venía con un aderezo insípido.

El servicio estuvo bien, pero sin entusiasmo. En más de una ocasión los meseros parecían más interesados en sus propias conversaciones que en las mesas.

En resumen: esta visita no logró estar a la altura de mi recuerdo. Creo que dejaré pasar otros cuantos años antes de volver… si es que regreso. Mientras tanto, hay mejores opciones para saciar el antojo de un asado argentino...