Crónica Gastronómica – Revista “El Diente Críticon” Título: Pierna, paciencia y pozole: una experiencia con sabor a espera
Hay sitios que uno descubre por accidente, como el amor, las buenas novelas… o los choques en glorietas mal planeadas. Esta cenaduría, cuya ubicación prefiero omitir por el gusto del misterio (y para evitar aglomeraciones innecesarias), se cruzó en nuestro camino como un antojo nocturno no planeado, pero suficientemente persistente como para hacernos frenar el auto y entrar.
Y debo decirlo desde el principio, porque la decencia obliga: se come bien. O mejor dicho, se come sabroso. La pierna —ese humilde corte tan a menudo relegado a tortas mediocres de lonchería— aquí adquiere una dignidad culinaria notable. Las flautas y enchiladas de pierna son, sin duda, el equivalente comestible de una carta de amor mal escrita pero profundamente sentida. Uno les perdona las faltas de ortografía del montaje porque lo que importa es el fondo: jugosas, bien sazonadas, crocantes en el punto justo. Las hemos probado, reprobado y vuelto a probar. Y sí, por ellas volvimos.
El pozole, ese termómetro espiritual del antojo nacional, se defiende con un 8/10. Ni glorioso ni mediocre: como ese amigo con quien siempre se puede contar, aunque nunca gana los debates. Cálido, especiado, y lo suficientemente generoso como para hacer que olvides —momentáneamente— los precios, que coquetean con la zona alta del espectro cenaduril sin caer del todo en la arrogancia gourmet.
Ahora bien, no todo es pierna y gloria. Los sopes de requesón y queso… ah, los pobres. Qué difícil es escribir sobre ellos sin entrar en la tragedia. El requesón, más cercano al yeso húmedo que al lácteo artesanal, y el queso, que parece haber sido elegido por sorteo entre lo disponible en anaquel de conveniencia. Si uno sospechara que fueron preparados por alguien que secretamente odia su trabajo, no estaría tan equivocado.
Y luego está el tiempo. Ese enemigo silencioso de toda experiencia culinaria que aspira a no morir de inanición antes del postre. Aquí, el reloj se convierte en protagonista. Cuatro flautas y una enchilada requirieron una espera de 25 minutos. En otra ocasión, 30. Una más, 10 minutos de fila de pie, lo cual invita a filosofar sobre el sentido de la vida y lo absurdo de la impaciencia cuando hay pierna de por medio.
¿El servicio? Amable. Familiar. Como ese primo que no brilla en la escuela, pero siempre te presta su cargador. Se agradece.
En suma, esta cenaduría es un estudio de contrastes: la pierna magistral versus el queso anodino; el pozole cálido versus la espera glacial; el sabor entrañable versus la logística infernal. Como toda relación duradera, requiere compromiso, tolerancia y un buen margen de hambre.
Veredicto final: 8/10. Ideal para quienes valoran el sabor sobre la rapidez, la pierna sobre la prisa, y saben que la espera también puede ser un ingrediente —si no del plato, al menos de...
Read moreNo es malo el servicio es pésimo, la actitud de todos lo que trabajan ahí pareciera que nos hacen un favor, siempre de malas y muy mal servicio, se echan la culpa unos a otros cuando no salen tus alimentos, es la tercera vez que vamos y es igual o peor cada día, hoy tocó en la parte de afuera y enserio no volvemos, uno de los meseros empezó a meter mano en la comida por que no se apresuraban y así sin lavarse ni nada de estar atendiendo y limpiando adentro solo llegó a enrollar tacos agarrando la comida con las manos puercas, el otro muchacho que saca la comida y te sirve pasaron unos amigos y así tal cual los saludo de mano y después sin lavarse sigue manipulando la comida después de haberse saludado con el amigo, llegó un extranjero después que nosotros y llega saluda al chico y 2 seg después ya tenía su plato Listo. Y nosotros seguimos esperando, la comida es cara para lo que ofrecen y para colmo al pagar es la tercera vez que nos cobran de más y justo ahí al pagar llegan a servir agua uno de los meseros después de venir hurgándose la nariz y sin más te pone tu agua la cual le cae en la mano que chorrea en la olla, por que no tuvo la delicadeza de sacar el vaso para que no sucediera eso y obvio la limpieza es deplorable no habíamos notado eso hasta hoy q nos tocó afuera...
Read moreGeneralmente había ya desde hace tiempo consumido en este lugar y a pesar de que ya en otras ocasiones me había pasado que se equivocaran en algunas cuestiones, está vez si se pasaron. Pedí por Rappi (ya había pedido a través de esta plataforma en otras ocasiones) y primero, se tardaron muchísimo, hasta el pobre repartidor vino casi volando ya que estábamos a punto de cancelarlo, no obstante cuando recibimos el pedido, la quesadilla, estába quemada por fuera y cruda por dentro, no dudo que haya sido porque la hicieron al aventon con tal de que saliera el pedido, además de eso 3 sopes que pedi, nunca llegaron.
Me hicieron pasar más que un buen gusto, una completa decepción y es una pena ya que otras veces había tolerado que no se organizan y a veces las cosas las hacen con las patas porque me gustaban sus sopes de frijol pero pues ya ni sazón le meten.
No deberían aceptar pedidos si son concientes de que no son capaces de estar...
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