More than a restaurant, this is an experience you need to enjoy for yourself. From the moment I entered this place I immediately felt transported somewhere I've never been before. The smells, the sounds, the atmosphere and the attention of the servers are so well thought out that I felt a sense of flow. It wasn't long before I realized this was not going to be a "normal" dining experience. Right upon sitting down I was taken care of, everything I needed immediately infront of me ready to go, it seemed they thought of everything. Even the water they served was magnificent, but I won't say more about that because you'll have to experience that for yourself. With help from our incredible server we decided on a few things to eat and as it came we were given tips on how to get the full experience from the dish. I was absolutely blown away from the first bite. Flavors so simple and so compatible, not a single flavor fighting to overpower another, just balance, absolutely divine. Enjoy it as it was meant to be enjoyed, savor the time, attention and passion put into every dish. They are so determined to ensure the balance of their culinary creations they provide new plates and cutlery with every dish to ensure flavors are not carrying over to your next round. They thought of everything, the did an incredible job and you need to experience it for yourself. Open your mind, allow them to guide you through this experience and enjoy every minute as I did, you will love it. Maybe I'll...
Read moreYa había escrito un review, esta es la continuación de mi experiencia. El menú es pequeño, no es difícil saber que ordenar, pero te lo complican cuando te dicen que la mitad de los platillos del menú no están disponibles, no sé si por ese día o en general. La no disponibilidad te la “compensan” ofreciéndote el menú del día con un costo de más de mil pesos por persona; le preguntamos a la mesa que es lo que incluía el menú del día, no nos quiso decir en ese momento. Te dicen que manejan un tipo sistema de tres tiempos, entradas, del comal y plato fuerte; no sabíamos; no sabíamos que era forzoso pedirlo de esa manera. Nos llamó más la atención pedir 2 entradas y 2 platillos fuertes, ya que solo éramos dos personas. La mesera aún disociada y con un tono despota, nos dijo “seguros? Se me hace muy poca comida”. Yo había pedido el pulpo a la ceniza, se volteó conmigo y me dijo “no te vas a llenar”, solo trae dos tentáculos. Imagino que alertada de su error intento corregirlo diciendo, “bueno, esa cantidad de comida está bien si solo vienen a pedir drinks, a tomar y así”; no habíamos pedido ni un solo drink, es más, pedimos mocktails. Por su comentario decidí, cambiar mi elección de platillo, pedí el platillo del día fuera del menú, recomendación de la mesera, un pollo lechero entero laqueado. En su momento no percibí su comentario como un ataque a mi físico, pero mi pareja si, soy una mujer de 1.70 de complexión media, supongo que no soy lo suficientemente delgada para pedir un pulpo por lo que necesito un pollo entero. Llegaron nuestras bebidas, mi pareja pidió un agua de tortilla y yo un agua de Jamaica con un tipo de chile, el agua de Jamaica era horrible, intomable, ácida y te generaba un picor en la garganta. Intentamos llamar la atención de la mesera, no lo logramos por lo que mi novio tuvo que levantarse de la mesa h dirigirse al bar para que le agregaran endulzante. Las entradas fueron lo mejor, nada extraordinario, pero diría que están buenas, pedimos el guacamole y los xilotes. El problema surge con los platos fuertes, ya estando un poco llenos con las entradas, llego primero el filete a la ceniza, nunca nos preguntaron qué término del corte preferíamos, supongo que el estándar es bien cocido; la carne con textura a chancla la salvaba un poco el puré de ajo negro. Mientras comíamos nos percatamos de que el problema de las mesas era recurrente, otra familia llegó y la sentaron en la misma mesa calurosa, para después cambiarse otras dos veces. Finalmente llegó la estrella del show, el pollo laqueado entero, primero te lo llevan a manera de demostración entero sobre una linda canasta, lo ves y se lo llevan devuelta a la cocina para que lo partan. Regresando, el pollo no se diferenciaba a uno del pollo Pepe, vaya en ese momento si que me arrepentía de escuchar a la mesara y no pedir mi pulpo. El pollo no sabía a pollo, de hecho se sentía un poco crudo, entiendo que llevaba más de 10 hora a cocción indirecta, por lo que debería estar más que cocido. No obstante, la textura chiclosa, la dificultad para separar las piezas o arrancar un pedazo decían lo contrario. Estábamos llenos, pero como pudimos terminamos, irónico, recordando el comentario de la mesera y la “poca comida” que ordenamos. En las imágenes de internet, vimos que había postres, yo quería la típica experiencia de cumpleaños en un restaurante. Sin embargo, con nuestra ya no grata estadía, mi novio decidió no preguntarle a la mesera. Si, se podría decir que nos fuimos llenos… pero...
Read moreUbicado de manera privilegiada en el corazón de la Col. Ladrón de Guevara y Providencia en Guadalajara, Cascabel Cocina de Humo es un verdadero deleite para los amantes de la gastronomía mexicana que buscan una experiencia única que celebre la cocina tradicional con un giro contemporáneo. Desde el momento en que tuvimos que subir una escalera para llegar al lugar, creó una gran expectativa por saber lo que nos encontraríamos. Fuimos recibidos por un ambiente cálido y acogedor, donde la esencia del humo en la cocina se hizo sentir desde nuestro arribo. Comenzamos nuestra experiencia con unas irresistibles brochetas de elote baby y panela a la leña. La textura dulce y jugosa del elote, acentuada por el sabor ahumado de la cocción a la leña, se combinó perfectamente con la suavidad de la panela. Cada bocado era un viaje sensorial que rendía homenaje a los ingredientes frescos y la habilidad del chef en la parrilla. La presentación del plato, bien cuidada y evocadora, generó expectativas que fueron completamente cumplidas. Para el plato fuerte, optamos por el filete con cenizas y el pulpo a la leña. Ambos platillos fueron un testimonio de la maestría culinaria de Cascabel. El filete, cocido a la perfección, brindaba una jugosidad excepcional, complementada de manera audaz por el sabor terroso y profundo de las cenizas, que incorporaban un matiz intrigante sin dominar el paladar. Por otro lado, el pulpo, tierno y aderezado con sutiles toques ahumados, era un deleite que revelaba la atención al detalle en cada etapa de la preparación. Cada plato no solo se probó, sino que se disfrutó visualmente, haciendo que la experiencia culinaria fuera aún más memorable. Para cerrar con broche de oro, el chef Carlos Villa se acercó a nuestra mesa, una grata sorpresa que añadió un toque personal a nuestra visita. Él nos ofreció degustar el tequila de la casa, Cazcabel, en sus tres versiones: blanco, reposado y añejo. Cada uno tenía su propia personalidad, y esta cata fue una excelente manera de redondear nuestra comida, permitiéndonos explorar los matices y la complejidad de los sabores que el tequila puede ofrecer, maridando a la perfección con la experiencia general. En conclusión, Cascabel Cocina de Humo no es solo un restaurante; es un viaje a través de la tradición y la creatividad en la cocina. Su capacidad para realzar los sabores a través de técnicas de cocción únicas y su atención al detalle, tanto en el servicio como en la presentación, hacen de este lugar una visita obligada en Guadalajara. Sin duda, volveremos para seguir explorando este...
Read more