Wanted to try this new place, since it looks great from outside. Didn't check the menu before. Came with two kids and realized that there were no options for kids except fries. It's ok, my bad. Atmosphere: Nice concept with the bar, open kitchen and even booths. Food: We had a burrata with ratatouille as appetizer which was ok. My wife shared half of roasted chicken with my daughter, which was done nicely with grilled vegetables. My medium-rare steak wasn't as tender as I expected but the green pepper sauce and fries were excellent. Service: Friendly service along the whole dinner, they asked for allergies, asked to check steak temperature, food delivered quickly. The only disappointment was when we asked for extra piece of bread, since we got first one on the house and it was delicious and my son didn't want to eat anything from the menu. We were told that it was not possible. I wouldn't mind if they charge. What a shame. We spent around 2.300 for the dinner including couple glasses of wine, I guess it wouldn't cost them much that one small piece of bread. Overall, nice place, definitelly not with kids, more a romantic dinner for a couple or...
Read moreThe ribeye was good but a little too much fat, the fries were bad and I love fries, the home salad small and disappointing, almost no variety of vegetables and some leaves were rotten or old, good sauce though , good tuna tartar although a bit too many olives, we never got the home bread of cortecia although we asked for it and all the tables around us got one. Coffee and cream brulee was very good but the dessert was served very very late after the coffee and the coffee came with no spoons or sugar.
The food is ok overall but the worst was the service, hectic and careless, we asked for another menu because we were two but got only one, but we never received it. Asked for bread and never got one, coffee arrived with no sugar or spoons and the dessert got waaaay after the coffee and I had to ask about it, overall it seemed like the waiter didn't care at all and even putting the empty plate on the table was all awkward for him and frankly he just seemed bothered by having to serve us at all.
I think that the place has potential, it's located in a pretty spot, nice decor, but they have to improve the food quality and most of all...
Read moreMiren, aquí va mi opinión, que nadie pidió, pero considero justa.
Ayer fui con mi novia a conocer este nuevo lugar, cuyo branding me parece de los mejores en todo Mérida. Cabe decir que soy chilango, y desde que llegué, sentí que estaba de nuevo en la Ciudad de México: un espacio cosmopolita, con una iluminación precisa, una atmósfera moderna y cálida, y una bienvenida excelente. Nos recibieron dos anfitrionas muy amables, sonrientes y profesionales; te hacen sentir que estás a punto de vivir una gran experiencia. Desde ahí, ya tenía puntos ganados el lugar.
El restaurante tiene varias áreas muy bien pensadas. Hay una barra separada del salón, con una pantalla que acompaña sin invadir el ambiente. Ideal si vas solo o por un drink rápido. En cambio, el salón principal grita alta gama: manteles blancos, copas impecables, una estética que dice “aquí se sienta gente que sabe”. No estaba lleno, pero sí con movimiento. Mi primera impresión fue: “este lugar va a ser mi nuevo favorito”.
El servicio
Se presentó nuestro mesero, Axel, un tanto apático. Pensé que tal vez estaba juzgando mal, así que le pregunté qué me recomendaba. Su respuesta fue un simple: “todo está rico”. No sé si fue desinterés o falta de conocimiento del menú, pero se sintió como una conversación cortada. Aun así, seguí con buena actitud y pedí las coles de Bruselas y una entraña con papas y salsa bordalesa. Mi novia pidió cerdo con coñac y tomatitos. Todo sonaba bien.
El problema fue que, después de tomar la orden, nuestro mesero desapareció. Literalmente no volvió, salvo cuando levanté varias veces la mano. Observé que no solo era con nosotros: otras mesas también esperaban atención. Parecía que solo había uno o dos meseros realmente activos. Y lo peor: en momentos los veía reunidos en el área de cocina, como si fuera el recreo del personal.
No es algo menor. Un lugar tan impresionante, con tanto potencial, merece un servicio que esté a la altura. No se trata de ser pretencioso, sino de entender que el servicio es lo que termina de dar vida a una gran experiencia gastronómica.
La comida
Las coles de Bruselas llegaron primero: deliciosas, con notas ácidas equilibradas y un toque de pistache. Perfectamente cocinadas, lo cual no siempre pasa. La entraña, muy buena. Cocinada en su punto, con una salsa bordalesa sabrosa y papitas bien hechas. La única observación: la arúgula estaba sin alinear, como recién salida de la bolsa. Un detalle menor, pero fácil de mejorar. El cerdo, por otro lado, sí estaba pasado de cocción, algo seco, y ni la salsa logró rescatarlo del todo. Pero se nota una buena intención en los sabores y en la ejecución general.
Conclusión
No probamos más porque íbamos con prisa, pero definitivamente le daré una segunda oportunidad. Tal vez fue un mal día del servicio, o falta de liderazgo en sala, pero el potencial del restaurante es enorme.
Y si alguien del equipo llega a leer esto, lo digo con todo respeto y con cariño profesional: el servicio no se gana solo por trabajar en un lugar bonito. Un buen restaurante se sostiene cuando el equipo de sala entiende que su papel es tan importante como el de cocina o el de branding. El cliente percibe el esfuerzo, la pasión y la conexión. Si logran elevar ese nivel, este lugar puede convertirse en uno de los...
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