Sho-Ya — Restaurant in Mexico City

Our best stop for japanese cuisine. Little more fried content than I'm used to in the States but just when I am craving some rice and fish -- Sho-ya to the rescue! They didn't have natto when I was there but everything tastes great there! Soups and noodles are comforting and spot on the flavor and they always have a good selection of rice dishes in take-out boxes. I had ones with beef and fish. However, I would go for their soup noodles...

Llevo 6 años viniendo a este negocio y me encantaba hasta que cambiaron de administrador. Servicio pésimo, ordené un udon con el bowl de salmón y un calpis con perlas de sabor fresa, en primer lugar, le tuve que repetir 4 veces el sabor de las perlas, luego, nos dijeron que el udon tardaría entre 15 y 20 minutos. Yo tenía hambre pero decidí sentarme ya que realmente se me antojaba el udon. Me senté y espere veinte minutos, me extrañó que no hubiera salido para entonces, pero seguimos esperando. Unos treinta minutos después de haber ordenado, no había llegado nada, por lo cual fui a reclamar con la señora sobre al menos darme mis bebidas y resultó que ya las tenían pero no las habían servido y tuve que repetir el sabor de las perlas una vez mas. Seguí esperando, y pasaron 30 minutos más y seguía sin estar la comida, fui a reclamar y me dijeron que faltaba un platillo antes del mio. Finalmente, despues de una hora fui a preguntar sobre el udon y resulta que aún faltaban 20 minutos y ni siquiera habían comenzado a prepararlo. Me enoje pedimos un reembolso y nos fuimos. Lo peor es que yo veía gente entrando después de nosotros y siendo atendidos antes, incluso se iban antes que nosotras. Ni siquiera sé si la comida sigue igual de buena....

Estoy comiendo delicioso...

Hace dos años que trabajo por esta zona, y desde entonces siempre había querido probar este lugar. Pero mis compañeros siempre tenían algún pretexto: que no había dinero, que no les gustaba, que se les hacía caro… Siempre pasaba por aquí con añoranza, soñando con el día en que por fin podría sentarme a comer.

Hoy, después de una mañana pesada de trabajo, no tenía muchas ganas de comer, pero necesitaba salir de la oficina para despejar mi mente. Caminando sin rumbo, terminé llegando justo aquí. No sabía qué pedir. Vi a un par de personas comiendo tranquilamente, otras esperando su orden... y entonces me acerqué a la chica en la caja. Le pregunté qué me recomendaba y, con una sonrisa muy amable, me hizo una sugerencia. Sin pensarlo demasiado, acepté.

Quince minutos después, llegó mi charola. Cuando vi los platillos, no pude evitar sonreír. Y al probar la sopa, sentí un apapacho directo al alma. Fue como si el universo me estuviera dando justo lo que necesitaba: un momento de paz,...