Esta pizzerĂa, si es que se le puede llamar asĂ, es una experiencia que desafĂa cualquier intento de comprensiĂłn racional. Desde que entras, te sumerges en un torbellino de sensaciones, luces y sonidos que solo podrĂan haber sido concebidos por alguna mente cĂłsmica con un profundo amor por la anarquĂa y el caos absoluto. La puerta no abre como cualquier otra puerta: en realidad, parece que es una especie de portal dimensional que aparece y desaparece, como si tuviera una agenda propia. Entro con cierta reserva, pero la recepcionista, una mujer con una capa de terciopelo morado y gafas de sol que parecen estar hechas de cristales de meteorito, me sonrĂe y me dice: âBienvenido al viaje mĂĄs allĂĄ del sabor, el sabor mĂĄs allĂĄ del viaje.â Yo no sabĂa si debĂa contestar o simplemente ponerme a llorar, pero ella ya lo sabĂa. Aparentemente, lo sabe todo.
El menĂș es un espectĂĄculo de arte moderno. No hay nombres de pizzas, sino combinaciones surrealistas de palabras que parecen extraĂdas de un libro perdido de poesĂa interdimensional. âLa AnomalĂa de Pepperoniâ, âEl Reloj de Queso DerritiĂ©ndoseâ, âLa Pizza que OlvidĂł su PropĂłsitoâ o âEl Ăltimo Susurro del Tomateâ. Nadie sabe exactamente quĂ© te estĂĄn ofreciendo, pero de alguna manera, todos estĂĄn de acuerdo en que una de esas combinaciones es, en algĂșn nivel, tu destino. Lo Ășnico que puedes hacer es elegir al azar y confiar en que el universo, en su infinita sabidurĂa, tiene algo preparado para ti.
Decido arriesgarme y pido "El Viaje Espiral de la Mozzarella". El camarero, que es una criatura que parece no tener una forma definida (de alguna manera, estĂĄ tanto en el aire como en el suelo al mismo tiempo), me explica con una voz que parece provenir tanto de su garganta como de algĂșn sitio cĂłsmico muy lejano, que esta pizza es preparada en una cocina que no existe en el tiempo, sino en una especie de presente constante, en el que el queso y la masa evolucionan segĂșn las decisiones de los clientes. Mi mente ya empieza a hacer clic en una frecuencia que no estoy seguro de poder comprender, pero sigo adelante porque, ÂżquĂ© otra opciĂłn tengo? No puedo simplemente dar la vuelta y salir de aquĂ, hay algo magnĂ©tico en todo esto.
La pizza llega despuĂ©s de lo que parece una eternidad, pero podrĂa haber sido solo 3 minutos. O tal vez 3 dĂas. No sĂ©. Lo que sĂ© es que la pizza no estĂĄ en un plato, sino flotando sobre la mesa como si tuviera su propia voluntad. La masa parece estar hecha de algo que no se puede clasificar como comida, pero que sabe a algo familiar. El queso, al principio blanco y suave, de repente comienza a girar sobre sĂ mismo, formando espirales de mozzarella que se estiran hasta el infinito. Al probarla, siento que cada bocado me lleva a una dimensiĂłn diferente: el primer bocado me transporta a una tarde lluviosa en mi infancia, el segundo a una conversaciĂłn que nunca tuve con un amigo perdido, y el tercero... el tercer bocado es simplemente una explosiĂłn de colores, como si estuviera comiendo una pintura que se derrite en mi boca.
En medio de esta experiencia, una melodĂa extraña empieza a sonar, como si viniera de un piano roto que se encuentra en algĂșn rincĂłn del restaurante. Pero no es mĂșsica normal, es mĂșsica cĂłsmica, caĂłtica, que suena como una mezcla de notas de piano, gritos de vikingos y un tamborileo de grillos. Nadie parece inmutarse, y los otros comensales, en su mayorĂa personas con cara de caballo, se levantan y comienzan a bailar en un estilo completamente impredecible: algunas personas giran en cĂrculos mientras otras saltan de una silla a otra sin ningĂșn tipo de coordinaciĂłn, como si estuvieran celebrando una fiesta en una realidad alternativa. Yo, por supuesto, me uno, porque ÂżcĂłmo no hacerlo?
Justo cuando siento que la realidad estĂĄ a punto de desmoronarse, el camarero (o lo que sea) aparece con el postre: âEl Sueño del Calzoneâ. No es un postre cualquiera. Es un calzone que no estĂĄ hecho de masa, sino de lo que parecen ser ârecuerdos no vividosâ. Al morderlo, siento una avalancha de imĂĄgenes que no sĂ© si son mĂas o si pertenecen a un ser...
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   Read morePara mi gusto estaba riquĂsima la pizza đ....
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