Llegamos por recomendación de unos conocidos. Cuando haces ingreso es solo humo, porque la cocina al parecer queda a orillas de pasillo. Pero una vez adentro, no sé siente tanto ese olor, ni se ve el humo. Había bastante gente cuando llegamos, así que tuvimos que esperar que nos atendieran unos cuantos minutos. Adentro el local tiene juegos para niños (columpios, resbalin, etc), así que te recomiendo que no te sientes en las mesas cerca de los juegos (si es que no tienes hijos), de lo contrario solo escucharas gritos de niños. Del pisco sour, nada que decir. Estaba exquisito. También pedí un jugo de Frambuesa y estaba muy rico. Por mi parte pedí un ceviche mixto, que estaba muy sabroso, pero considero que era muy poca porción porque quede con hambre. Fui en familia y 3 de ellos pidieron lomo saltado y ninguno de ellos quedó conforme, estaban helados sus platos y la carne no tan sabrosa como les hubiese gustado. Mi pareja pidió un plato que tenía ceviche y chicharrón de pescado. Yo probé el chicharrón y estaban secos, sin sabor. El único que salió ganando fue mi suegro que pidió un cuy, a él le encantó y quedó muy contento, el resto quedamos pocos convencidos.