CAPÍTULO 1 Lo primero de todo, buenas noches (por decir algo, claro). ¿Habéis sentido alguna vez el vacío existencial de esta monótona vida? Pues ni eso puede compararse al vacío de mi estómago que solo ha podido recibir las migajas de los nachos tras una cena de 2 horas en este establecimiento, que de hecho, no era capaz de discernir si estaba en un restaurante o en una clínica dental.
Todo se remonta a la blanca Navidad, en la que una noche rodeada de amigos se convirtió en inolvidable pero no por el motivo que yo buscaba, sino por vivir una de mis peores experiencias culinarias: huevo quemado, carne acartonada y corazón partido.
Dicen que las segundas partes son mejores; pues yo vengo a ser la excepción que confirma la regla.
Tras una bella tarde de verano con mis joviales amigos, nos disponíamos a acabar el día de la mejor manera: una cena en compañía. Pobre de mí, no podía saber lo que se me venía encima. Siendo cinco amigos con nula independencia económica, nos disponemos a pedir la cena. En primer lugar, las bebidas: una amiga y yo pedimos agua, por lo que nos traen dos botellines de agua de medio litro de dudosa temperatura y sin vaso; los vasos llegaron una hora después de haberlos solicitado reiteradamente en toda la velada, llegando ardiendo por haber sido fregados recientemente y sin hielo. Y la gota que colmaba el vaso, nunca mejor dicho, eran vasos de coca-cola. Entre risas y conversaciones profundas sobre batallitas de la noche anterior, llegan los entrantes. Pensábamos que era demasiada comida, puesto que además habíamos pedido una hamburguesa por cabeza con la correspondiente oferta 2x1. No sabía la que se me venía, debo darle las gracias a los generosos nachos por impedir que cayese en un estado de desnutrición. Por fin llega el momento crítico de la velada: se acerca el camarero con las hamburguesas, pero con la rapidez de un rayo se esfuma el brillo de mis ojos cuando veo que solo hay cuatro hamburguesas; no obstante, no me preocupo, ya que el camarero comenta que la mía está al llegar. Os haré un pequeño spoiler: aquella hamburguesa solo vive en mis recuerdos, puesto que nunca llegó siquiera a existir.
Pasaban los minutos, y mientras mis amigos degustaban sus respectivas hamburguesas, yo solo podía conformarme con la lechuga sobrante de la ensalada, pero no perdía la esperanza. Tras 45 minutos de larga espera, mi preocupación y desolación iban en aumento, por lo que me dispuse a acercarme a la caja a preguntar con educación por la hamburguesa que faltaba. Me dijeron que estaba apuntada en el ordenador, que pronto salía, por lo que regresé a mi mesa. Y en la extensa espera en que a los dinosaurios les dio tiempo a nacer y extinguirse, llegaron las 00:30, y al igual que Napoleón no pudo llegar a invadir Rusia, mi hamburguesa nunca llegó a la mesa. Cabe destacar que a pesar de esta traumática experiencia, mis amigos solo se comieron la mitad de su hamburguesa para poder comerse el resto al mismo tiempo que yo, momento que nunca llegó a suceder.
Volví a la caja a preguntar con toda la vergüenza del mundo en mi interior, y para sorpresa de nadie, mi hamburguesa ni siquiera había empezado a hacerse. Me sentí como Nicole Kidman, pero no en la situación que me gustaría, sino por identificarme con su personaje de fantasma imperceptible en la película “Los Otros” (Alejandro Amenábar, 2001). Con toda la indignación del mundo, les pedí que por favor no empezasen a hacerla, a pesar de que se veía que no tenían ninguna intención de hacerla ya que estaban recogiendo la cocina y todo el establecimiento, y ni una disculpa recibí. Llámenlo mano negra, incompetencia o ignorancia hacia mi persona.
Finalmente pagamos la cuenta a excepción de la hamburguesa que nunca se llegó a crear, la cual al menos nos la eliminaron de la cuenta sin ningún problema, qué mínimo de cortesía.
CAPÍTULO...
Read moreYa no vuelvo a este sitio. Cada vez que voy es un odisea para comer. Parece que se creen exclusivos y los camareros tratan a los clientes como cualquier cosa. He intentado ir tres veces y cada una más complicada.
La primera vez entré y comí normal aunque la comida tardó en llegar. Traen los platos primero a otras mesas que llegaron después.
Las segunda vez les pregunté si podía pedir para llevar eran las 22 de la noche. Me dijeron que no, imposible. Yo pregunté por qué me dijeron que no se podía, me dijeron que había mucha gente. Le dije que solo quería pedir dos tartas de queso y el encargado me respondió que eso si. Cuando me las trajo las dos tartas no tenían las bolas de helado que ponen dentro cuando te sientas. Le pedí al encargado por favor que me las diera y que entiendo que están incluidas. Me dijo que no.
"Las bolas de helado solamente se sirven en el local como cortesía", "además se te va a derretir al llegar a casa"
Le dije que no se me va a derretir porque me la voy a comer por el camino. Me dijo que no y le pedí que por favor me descontara dinero porque el producto no viene completo. Me quitó 0,50€. XD
La tercera y última vez fue ayer sábado a las 21:20. Fui con mi perro y con reserva. Les pregunté si podría sentarme fuera con mi perro en la terraza (terraza que ya estaba montada fuera con 4 mesas y sus respectivas sillas), un camarero me dijo que NO, porque hace frío y el tiempo no acompaña (20°) para llevar el servicio a la terraza y que además los camareros no tienen chaqueta para salir fuera.
"Hay que ser un poco humano", "deja al perro en casa y dentro podrás comer, pero afuera no" palabras textuales del camarero.
Le pregunté si es posible que yo pida comida para llevar y que me la coma afuera en la terraza. Me dijo que eso le parece mal y feo. Ya me quedé loca y le pregunté por qué. Se hizo el loco y me dijo venga eso si...
Sinceramente no me apetecía discutir. Siempre que he intentado ir es una locura. Se permiten hablarle como sea a los clientes porque tienen clientes de sobra que van y compran sus hamburguesas. Volver es mal gastar mi dinero cuando en Alcázar hay otras hamburgueserías más baratas y más ricas que esta (kaprixo burguer).
Entiendo que los camareros tratan así a los clientes porque al jefe y a los encargados les da igual. Va a llegar un punto en el que la gente se dará cuenta del trato y por mucha más reforma que tenga...
Read moreEstuvimos cenando ayer domingo mi chico y yo, habíamos reservado para las 20.30🕣 y, cabe decir, que muy pronto empezó a llenarse. Es la primera vez que vamos y seguro que no será la última.
Primer puntazo: refrescos grandes. ❤️👌
Como entrante pedimos: 🍟 Bacon cheese fries ( 9 - 10€, no recuerdo exacto), están buenas, pero nos quedamos con las ganas de probar quesadillas🌮🥙 también, eso puede que caiga en la próxima. 🍔 burger singular (11.90€): está buena, pero no somos fan del queso brie, aunque su salsa barbacoa está muy rica, queda pendiente para la próxima Kevin Bacon o New York Burger, sin falta. 👌 🍔 chicken cabramelizada (11.90€): buah... 🥲🤤. Ésta nos encantó!! Siempre la habíamos probado con ternera, pero con el pollo estaba especial. El rebozado buenísimo y bueno, para cualquier amante del queso de cabra y cebolla caramelizada... Pues ya sabéis, espectáculo asegurado! Será de las que repetiremos cada vez que vayamos seguro! Refrescos🥤 coca cola: 2.80€/cada uno si mal no recuerdo.
La experiencia fue muy buena. De hecho, seguramente se convierta en un lugar para repetir a menudo.
El local está algo escondido en la Castellar, no sé si están empezando y llevan relativamente poco, ya que el lugar es un bar como los de antes, pero con una cocina espectacular. (El cachopo también habrá que probarlo...🤤) Pero es grande y amplio, aunque se recomienda reservar.
Hacen muchas ofertas, de hecho, ayer domingo cenamos por 30.20€, ya que había 2x1 en burgers, lo cual es estupendo para los tiempos que corren. También las hay durante la semana. 👌👍✌️
En resumen: un sitio genial y que promete hacernos pasar buenos ratos por la zona.❤️
Actualización: he vuelto por segunda vez y añado que he probado las quesadillas de ternera y me parecieron una pasada... Increíblemente...
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