Sabor agridulce en la visita al restaurante.

Fue una comida familiar de 6 personas, previa reserva. Llegamos a la hora , y nos acomodaron.

Nos toman las bebidas y nos dan la carta, y nos informan de varias cosas que no están disponibles (la mayoría pescado y en un local especializado en comida del mar...)hasta ahí todo casi correcto. Tardaron en tomarnos nota y cuando lo hacen, nos indica que hay productos que se les acaba de terminar... Seguimos.

Tardan en traer 2 entrantes , unos 35-40 minutos, eso sí, los 2 a la vez. Fue un pulpo a la gallega y un txangurro. La verdad, que ambos espectaculares.

Después de otros 30-40 minutos sacan los principales, también decir que sacaron 2 primeros y 5 minutos después el resto, no es gran tiempo, pero no en este tipo de local, no se puede permitir. Al igual que los entrantes, todo increíble de sabor, presentación y cantidad. Todos estuvimos encantados con nuestro plato.

Finalizamos con unos postres , el arroz con leche que debe ser un fijo en la elección.

El trato del personal de sala fue inmejorable, se veía que estaban desbordados, únicamente 2 camareros.

La espera, lo peor, no se puede tardar 2:45 horas en una comida de un entrante, principal y postre ( que sudamos si pedirlo por la espera).

No se si por falta de cocineros, tamaño de cocina o una mezcla de ambos, pero es algo que estropea una comida.

Otro detalle, a mi parecer , es que hay clientes habituales al que se le sirve antes , aunque lleguen después , que a otros clientes a los que no se conoce. Esto también fue apreciado por otra mesa, que amagó con levantarse. A esta última mesa, se les invitó a una copa, cortesía de la casa , cosa que a nuestra mesa no, supongo por no quejarnos... De ahí también la baja puntuación. (Hubiese puesto 2,5 estrellas)

Recomendable, supongo que sí, pero eso sí, sin ningún tipo de prisas...y mejor si vas con alguien que conozcan.