Antara — Restaurant in Badalona

I recently had the pleasure of attending a Christmas dinner celebration at Antara in Badalona, and it was truly an unforgettable experience. The restaurant went all out in preparing a special menu for our work group, and every dish was delicious, beautifully presented, and full of flavor. It was clear that the chefs put a lot of thought and care into every course, making the evening feel extra special.

What really stood out, though, was their attention to detail when it came to special dietary requests and allergies. The staff were incredibly attentive and accommodating, ensuring that everyone felt comfortable and well taken care of. It's rare to see such dedication to customer service, and it made the evening even more enjoyable.

The wine selection was impressive, with a selection that paired perfectly with the meal.

As for the location, Antara is easily accessible both by car and public transport from Barcelona and the surrounding areas, making it a convenient choice for both locals and visitors.

Overall, it was a fantastic dining experience, and I would highly recommend Antara for any special occasion. From the incredible food and wine to the exceptional service, this restaurant definitely made our Christmas dinner one...

Una bocanada clásica entre tanto lugar nuevo que hay en Badalona. Paredes de piedra y decoración rústica.

Éramos 7, así que nos dieron una mesa grande (pero no la más grande que tienen), espaciosa, ideal para pedir muchos platos y compartir. Y a eso fuimos.

Picoteamos: calçots en tempura, gambas al ajillo, aceitunas del tamaño de una manzana, ensaladilla rusa, pan de coca con tomate, ensalada de cítricos, tomate y burrata, y finalmente unos huevos cabreados que te hacían sonrojar.

El pan de coca con tomate es algo que siempre pido cuando visito Barcelona. Este no decepcionaba: crocante, con buen tomate y rico aceite de oliva. Las aceitunas, que uno pide para ir picando mientras llega el resto, ¿no? Bueno, estas son de las mejores que probé. Las compararía con las italianas de Cerignola por su tamaño, pero de sabor... fua, espectacular. Toque justo de sal y un umami exquisito.

Las gambas al ajillo y la ensaladilla rusa son dos clásicos que estaban de p*ta madre, pero como no quiero hacer esto más largo de lo que ya es, y todavía me faltan los platos principales, voy a pasar a los huevos cabreados y la ensalada.

Esos huevos cabreados sobre papitas podrían ser mi comida de cada día. Una cachetada de placer (con una buena dosis de calorías). Y la ensalada de cítricos con burrata me pareció un buen giro a una ensalada que hoy se consigue en todos lados y que es muy noble de sabor. Los cítricos le dan un frescor ideal para este semi-pueblo de playa, y digo semi por que ya no es tan pueblo, donde los veranos son calurosos y largos.

Entre los principales teníamos un arroz caldoso de bogavante, que madre mía, lo hacen como me gusta: una explosión de sabor. Si les gustan los arroces fuertes, este es su plato. Y un wagyu hermoso, que el chef nos mostró antes de cocinar. ( y es de las pocas fotos que llegue a sacar) Viene sellado y cortado, con dos piedras calientes a los costados para que puedas terminar la cocción en la mesa, a gusto de cada uno.

No había mucho lugar para el postre, pero queríamos probar un poquito, así que compartimos 3 postres entre los 7. Un tiramisú de pistacho (aunque yo prefiero el clásico, estaba muy rico), un cheesecake (con su base, que lo diferencia de una tarta de queso clásica), y lo que sí me hizo romper la dieta fue la torrija, que nunca había probado en esta versión con una bocha de helado de canela.

Creo que con esto termino. La atención fue increíble: desde el vino que nos recomendaron, la buena onda, y también la paciencia con una mesa de 7 que no paró de hablar y hacer preguntas un segundo. Y los precios están muy bien, sobre todo por la calidad del producto.

Una buena razón para...

Reseña del Restaurante "Antara"

Desde el momento en que cruzamos la puerta de Antara, supe que estaba a punto de embarcarme en una experiencia gastronómica inolvidable. Este restaurante, que se presenta como un verdadero refugio para los paladares exigentes, no solo cumple, sino que supera todas las expectativas con cada plato que ofrece.

Comenzamos nuestra travesía culinaria con dos arroces que, sin lugar a dudas, se encuentran entre los mejores que he tenido el placer de degustar en mi extensa trayectoria como crítico gastronómico. El arroz con marisco fue una oda al océano: cada grano se impregnó de los sabores marinos, cocido a la perfección y con una variedad de mariscos frescos que danzaban en el paladar. La frescura de los ingredientes era innegable, y la maestría en la preparación hizo que cada bocado fuera un deleite absoluto.

El arroz de muntanya, por su parte, fue una revelación que celebró la riqueza de la tierra. Con su mezcla de sabores terrosos y productos locales, este plato resonaba con la calidez de la tradición culinaria. La textura del arroz y la combinación de ingredientes mostraron el talento del chef, quien ha dedicado su vida a ofrecer platos que no solo alimentan, sino que cuentan historias.

Continuamos nuestra experiencia con un tartar de ternera que fue preparado ante nuestros ojos, un espectáculo que anticipaba la calidad que está por venir. La frescura de la carne, combinada con un delicado equilibrio de condimentos, hizo de este plato una obra maestra. Cada bocado era una explosión de sabor que celebraba la pureza de los ingredientes, un verdadero homenaje a la carne de primera.

Para cerrar con broche de oro, el solomillo fue un testimonio de la destreza culinaria del chef. Cocinado a la perfección, tierno y jugoso, cada corte se deshacía en la boca y evocaba recuerdos de asados familiares. La guarnición, elegida con esmero, complementaba el plato sin restarle protagonismo, elevando la experiencia a un nivel superior.

En resumen, Antara no es solo un restaurante; es un viaje sensorial que despierta los sentidos y deja una huella imborrable en el paladar. Este establecimiento se ha ganado un lugar destacado en mi lista de favoritos y, como experto en el arte de comer, puedo asegurar que regresaré con ansias de redescubrir sus maravillas. Altamente recomendable para quienes buscan no solo una comida, sino una experiencia culinaria que perdurará en la memoria. ¡Hasta la...