Eco del Mar — Restaurant in Blanes

If you have food allergies, beware.

I hate to write this review because the place is pretty nice and right on the beach, but my girlfriend and I spent 2 hours on a train to get to Blanes and after we had the açaí bowl, she spent the rest of our day vomiting. They listed peanut butter on the menu (which she’s not allergic to) and after she started feeling unwell, when I went up to ask if there were also any cashews or pistachios they were very unconcerned when they said yes. The worst part though was that after we had paid and were getting ready to leave to get her back to Barcelona ASAP in case her allergic reaction worsened, when I said they should list cashews as an allergen since it’s pretty common, they said “well we said there were peanuts and granola so she should have told us about any of her other allergies”.

With people who respond like that and don’t take any responsibility, I didn’t want to fight it so we just left, but I seriously worry about anyone who might have an anaphylactic allergy to unlisted ingredients so felt like I needed to write this since they’re clearly not...

I have got to know Eco del Mar thanks to Nuria, a friend of mine. This place is great for brunch/lunch/dinner!!! The kitchen never closes, and this is quite unusual in Blanes. The place is also surprising in other respects. It is quite different from the classic paella places around. It has a touch of international cafe. You may find young people working remotely on their laptops from all kinds of countries... and then they take a break and have some lunch. They place has a nice terrace and nice tables inside as well. In the menu, Ana, the owner, is very nice and has also taken care of Vegan/Vegetarian people (such as me, I am Vegan) as well, and offers vegan appetizers and main dishes. I would recommend the Premium bowl with Heura!!! See...

Fuimos a desayunar con amigos para celebrar mi cumpleaños y, lamentablemente, el servicio nos decepcionó bastante. Antes de que llegara última amiga, la camarera nos dejó las cartas de menú. Justo cuando ella se sentó, la camarera apareció para tomar nota, y yo le pedí que necesitábamos un minuto más para decidir. Aun así, tomó el pedido de los demás y nunca volvió por el nuestro, trayendo solo las bebidas de mis amigos y yéndose al interior (aunque le dijimos que ya sabíamos lo que queríamos pedir). Finalmente, otra amiga tuvo que entrar al local para pedir nuestras bebidas y la comida. Las bebidas y la comida no coincidían con las personas que las habían pedido. Primero, la camarera puso las bebidas en la mesa sin dar ninguna explicación sobre cuál era cuál. Fueron mis amigos quienes tuvieron que preguntarle qué bebida correspondía a cada uno. Con una confianza increíble, ella intentó decirnos cuál era cuál, pero al final resultó que estaba equivocada y no tenía idea de cómo eran las bebidas ni los platos del menú. Una amiga que había pedido un café latte lo probó y enseguida notó que tenía el sabor del Baileys que otro de mis amigos había pedido en su frappé. Esto demuestra que los pedidos de bebidas no coincidían y que la camarera no tenía control sobre qué estaba sirviendo. Con los pancakes pasó lo mismo. Los pedidos no coincidían, un pancake fue olvidado (pancake de chocolate) y en la cuenta incluso apareció cobrado por duplicado, porque mi amigo tuvo que entrar al local para indicar que faltaba el suyo. Mi amiga, que llegó última, recibió el pancake antes que él, y además terminó con el pancake de otra amiga, mientras que el suyo seguía sin recibir. Tuvimos que insistir varias veces para que nos devolvieran el dinero del pancake duplicado y nos mostraran el comprobante correcto. Lo más desagradable fue que nos dijo “serían 76 €” antes de haber servido todos los platos, y además sin mostrarnos el ticket. Cuando señalamos los errores, la reacción fue poco profesional, como si la culpa hubiera sido nuestra. Incluso siendo un grupo pequeño de 6 personas, lo lógico es que todos reciban la comida y las bebidas al...