Mi marido bajo a por dos pizzas (recién llegados de Tenerife de vacaciones) para llevar puesto que estoy embarazada de 8 meses y me sentía indispuesta pasadas las ocho y media de la tarde y no sirvieron ya que, según ellos, se les haría la hora del cierre y no les daba tiempo. Pésimo trato y pésima la empatía.
Bien, continuó a su contestación: -Para empezar, existe la libertad de expresión y yo haya estado o no en el local, estoy en mi pleno derecho de opinar sobre el hecho acontecido. Quién dio la orden de no servirnos fue la encargada, puesto que el camarero si advirtió muy profesionalmente, del tiempo de espera. Cosa que no nos importó e incluso dijimos que volveríamos a recogerlas más tarde. Ante la negativa, preguntamos que si bajasemos a comer en el local nos atenderían (seguimos en el mismo rango de 20.30h) y la respuesta fue la misma. No tacho el trabajo de 15 profesionales. Valoro el trato. Y repito, me sigue pareciendo falta de empatía, porque la respuesta no fue, (a ver cómo lo digo que por lo visto ofende cualquier crítica no positiva) de una forma muy acertada. Y la verdad, su contradiccion no me convence, porque por un lado tiramos la culpa al camarero que explicó, repito, muy profesionalmente la situación.....pero por otra hablamos de "profesionalidad" al decidir no servir a las 20.30 h de la noche. No me queda muy claro, lo siento.
-En segundo lugar, quede claro que no se pretendía tener preferencia por el hecho de estar embarazada, simplemente se explicaba la situación. Y a veces 30 segundos como usted dice, son suficientes para ver la realidad, porque íbamos a su local expresamente por recomendación. Tendrán una comida buenísima, por la pinta se puede apreciar. Pero creo que debería empezar a entender que a veces las críticas puede ser constructivas y no lanzarse a faltar el respeto llamando ilógicas y usando expresiones irónicas como "top de la empatía" a clientes que se han marchado frustrados, porque ahí es realmente donde el aire de superioridad sobra.
Y por último, no creo que si algún día volvamos elijamos el sitio para un...
Read moreEscribo esta reseña para poder contestar al dueño de este establecimiento. Si miran sus respuestas en TripAdvisor ante las críticas de los clientes, siempre los clientes son los tontos que no tienen ni idea. Recientemente yo mismo he realizado una crítica de uno de sus platos ante el cual he recibido su respuesta la cual no puedo contestar. Su entrante de gambas al ajillo por 9€ con 7 gambas (una estafa auténtica) y no 9 gambas como el dueño indica y se puede ver en la foto nada más servirla. Gambas, por cierto, si así pueden llamarse y juzguen ustedes mismos. Indica que es aceite de oliva virgen extra. Si eso era virgen extra no lo ha probado usted en su vida y está engañando a sus clientes y si me equivoco llame a inspección a ver si miento. La pizza maravillosa que indica en su menú, llevaba 3 rajas de maravilloso salami (y digo 3 y eran 3). El salami también era bañado en virgen extra ¿verdad? Querido dueño: a las 15:45 de la tarde pedir una pizza y que te la sirvan a las 16:30 no creo que sea un buen servicio aunque si estaban recogiendo las aceitunas para su aceite de oliva entonces lo entiendo. Acepte las críticas y comentarios (pocos por cierto para un restaurante de tan exquisito nivel) y tal vez le irá mejor en el futuro. Pd: a euro por gamba q usted vende se podrían considerar articulo de lujo Pd: tampoco indica que son de bolsa congelada en la cual pueden venir 100 gambas a un precio de 5€. Por tanto su ganancia sería de aproximadamente ¿un 2000%? No tengo más que decirle...
Read moreLlegamos a las 21 h, mucho antes que muchas mesas que se fueron antes, y nos avisaron que el horno lo tenían saturado y nos tendríamos que esperar a que nos sirvieran la comida. Cuando acabamos de cenar, que ya eran casi las 23 h, el camarero estuvo 15 minutos hablando con otra mesa dejándonos de dar servicio con el postre y los cafés. Cuando ya no quedaban más mesas llenas y estaban casi cerrando las luces del interior del local, nos vino a preguntar si queríamos algo más. Pedimos postre y un café inmediatamente y nos sale en que la maquina de café estaba cerrada y que el jefe de barra no quería encenderla de nuevo. Mi pareja entró para pedir por favor si le podían hacer un café (tanto él como yo hemos trabajado en la restauración y sabemos no cuesta nada volver a encender la máquina y dar un buen servicio, y aparte que nosotros no teníamos la culpa de su lentitud!!!) y lo que faltaba, el chico de barra faltándole el respeto con prepotencia, llamándolo “papi” en cada frase y diciendo que no pensaba encender la máquina y que no iba a hacer el café. Encima veías a los trabajadores de dentro refunfuñando en nuestra contra. Una situación bastante incómoda, pues es de sentido coherente que preguntes a las mesas antes de cerrar la máquina si quieren café. Finalmente el mismo camarero que nos tardó en atender nos hizo el café, supongo que se debió de sentir culpable. No recomiendo para nada este restaurante y menos las maneras porque nos trataron fatal, la verdad que deja mucho...
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