Restaurante Buga Ramen Córdoba — Restaurant in Córdoba

There exists, in the heart of Córdoba, a curious paradox: a haven of Japanese indulgence wrapped in the colour and chaos of manga, and yet so calm, so comfortingly efficient, one might believe they had stumbled into an anime written by Jane Austen.

Buga Ramen is more than a restaurant, it’s a charming graphic novel you eat your way through. The walls shout in technicolour, while the staff serve with the poise of tea ceremony masters and the warmth of your favourite bartender. A rare and delicious contradiction.

The menu? A masterpiece. Visually delightful, narratively clear, and blessedly free of the hieroglyphics one sometimes finds in fusion spots trying too hard. Choose your ramen, your spice level, your fantasy. Every dish arrives with haste and grace, flavourful, hearty, and mercifully priced as if inflation were just a rumour.

Best of all, you rarely need a reservation. In a world where queues form outside the average taco van, Buga Ramen remains graciously accessible, like all great...

Lo siento, pero voy a rajar. Se olvidaron de nuestra comanda aún con reserva y poca gente, tardaron +1h en darse cuenta de que no estaba ni en cocina. Todo por despiste del chico que tomaba comandas y los robots, que repartían, en vez de pasarse los humanos a mirar ellos si todo iba bien. La tardía comida estaba hecha con prisa, cuando nos la trajeron, sentimos los fideos de mi novia más duros que los míos y tampoco es que fuera un sabor espectacular, entendible para fast food asiática, pero de fast más bien 0. No hemos querido ser duros en el local porque nos cambiaron a un lugar con A/C más fresquito, pero tras cierto punto, no pudimos evitar perder el animo y, luego con el hambre, cuando nos dijeron que si venía en camino. Luego fue cuando se pasaron a comprobar que habia ocurrido y traernoslo regulinchi y corriendo. A mi novia se le cortó el hambre y no probó su pollo porque lo sintió algo más crudo de lo normal, y ,lo estuviera o no, había sido hecho a la carrera y no se iba a arriesgar a, encima, enfermar, por comer aqui. El refresco ramune sabor fresa estaba rico, pero no es algo que hayan preparado ellos. Las gyozas estaban buenas también.

Pd: cabe añadir que la comanda nos la trajeron, cuando al fin nos la trajeron, desordenada y tuvimos un pequeño mental breakdown cuando uno de elcamarero nos increpó sobre el n° plato que habíamos pedido cada uno cuando le pedimos información sobre cual era cuál o como tomarlo, tuvimos que insistirle, con educación pero molestos, que hacia mas de una hora desde que los pedimos y ni de coña íbamos a recordar todo o los números de plato que tenian asignado cada uno. Tampoco teníamos cubiertos o palillo ni nada, tuve que ir yo a pedirlo, despues de tarde.

No hubo compensación ninguna y, obviamente, tuvimos que gastar más por tener algo que beber cuando nos llegó la comida a trompicones. Alguna pequeña disculpa, hubo, pero, primero intentaron colarnos la de "en seguida sale"

Pedimos la cuenta, cuando otras mesas pedían su postre.

Pagamos y nos fuimos sin siquiera ser despedidos del local, como fantasmas. O ni se dieron cuenta o pasaron de plantar cara con un simple "hasta pronto" o "disculpas esperamos que todo estuviera bueno"

De nuevo, lo siento, pero fuimos por una pequeña celebración nuestra y el sitio no estuvo...

La verdad que salí bastante decepcionado del local ya que iba con expectativas de poder probar un buen plato de ramen entre otras cosas y lo cierto es que dejó bastante que desear. Pedimos al centro unas gyozas y los takoyaki de pulpo. Las gyozas estabas bastante bien y al precio que las ponían merecen bastante la pena. Los takoyaki sin embargo son proporcionalmente más caros y no tienen ni punto de comparación con los de otros establecimientos en los que los sirven, prácticamente todo masa y sin apenas sabor a pulpo, a lo que hay que sumar que vienen menos cantidad que en las gyozas, una pena en mi opinión. Respecto al ramen salí bastante decepcionado, los noodle hechos una bola difícil de separar y para mi gusto con falta de cocción, aunque en esto para gustos los colores. El que pedí llevaba pollo y por mucho que dijesen que estaba como debía de estar, ese pollo estaba crudo y blando, nada que ver con otros ramen de pollo que he probado, además el teriyaki brillaba por su ausencia. Las verduras poco cocidas estando en mi opinión demasiado crudas aunque el caldo del ramen estaba bien. En mi opinión ese ramen no vale lo que piden, aunque la cantidad es abundante es un completo llenatripas que no aporta nada diferente. Y bueno no hablemos de los precios de las bebidas que parecen sacados directamente de un restaurante de los de mantel. Por otra parte los camareros estaban o bien sobrepasados o despistados o llámese X pero tardaron una eternidad en tomarnos nota de los platos a pesar de llamarlos en varias ocasiones. Esto habitualmente no sería un problema si cuando estás acabando de cenar y pides la cuenta no te metieran prisa para pagar, cuando el problema ha sido la tardanza en tomar nota de la comanda y no una demora por nuestra parte (que entiendo que tengan que cerrar a su hora pero habiendo más mesas sentadas no le veía el sentido). Son por todos estos detalles que al final uno hace que se piense dos veces volver al establecimiento, ya que por mucho que la decoración sea novedosa, ni los precios, ni la calidad, ni el servicio justifican una...