Tradicionalmente el origen y fundación de este convento va unido a la figura de San Pedro Nolasco, a quien el rey Fernando III de Castilla donó la basílica de Santa Eulalia tras la conquista de la ciudad. El convento fue construido entre los años 1245 y 1262 y se dedicó a Santa María de la Merced, aunque no se ha conservado ningún resto, a excepción de una talla del Cristo de la Merced en la iglesia moderna que perteneció al mismo. El navegante Cristóbal Colón habitó el antiguo convento durante los años que vivió en Córdoba a la espera de entrevistarse con los Reyes Católicos
La iglesia se realiza entre 1716 y 1745. Está situada en el centro del conjunto y sirve de eje divisorio entre los dos claustros que articulan el edificio, cuyo nexo de unión lo constituye la galería que circunda la cabecera del templo.
Al exterior muestra una fachada estructurada en tres calles por medio de pilastras que separan la parte central de las laterales, rematadas éstas por sendas espadañas. La calle central coincide con el desarrollo de la nave principal del templo; está formada por tres cuerpos sobre los que descansa un frontón triangular coronado por la figura de San Rafael. En el centro sobresale la portada de la iglesia, en piedra blanca, con gran movimiento en las cornisas y soportes, destacando en el segundo cuerpo una hornacina con la imagen pétrea de Nuestra Señora de la Merced.
La iglesia es planta de cruz latina inscrita en un rectángulo. Tiene cabecera plana -flanqueada por sacristías-, tras naves y crucero. Por encima de los arcos formeros, a lo largo de los brazos de la cruz, se abren tribunas. La nave central se cubre con bóveda de cañón con lunetos y los brazos del crucero lo hacen con cuartos de esfera divididos en tres gajos. Los elementos tectónicos se decoran con medallones policromados, donde aparecen bustos en medio relieve de los santos y beatos de la orden mercedaria enmarcados por ricas yeserías. Tiene un amplísimo coro alto cuyo antepecho se incurva para incorporar las tribunas de los órganos, desdichadamente perdidos. El testero del coro lucía una pintura mural de medio punto, que representaba la Aparición de San Rafael al beato Simón de Sousa realizada por José Ignacio de Cobo y Guzmán.
Alrededor de 1770 se encargó a Alonso Gómez de Sandoval el retablo mayor, desgraciadamente desaparecido en el violento incendio de 1978 y reconstruido en 2014. De los mismos años se conservan los altares laterales de Santa María del Socorro y Santa Mariana, obras hechas en estuco e igualmente relacionadas con Gómez de Sandoval, aunque están muy restauradas. Aquí reside la Hermandad de la Quinta Angustia y el Grupo de Fieles de la Soledad de...
Read moreLa primera vez que visité el Palacio de la Merced fue una de las sorpresas más agradables que me llevé en Córdoba. Sabía que era la sede de la Diputación Provincial, pero no esperaba encontrarme con un espacio tan lleno de vida y belleza. Desde que me planté frente a su imponente fachada barroca, supe que estaba ante un lugar especial.
Nada más traspasar el gran portón, sentí cómo el ajetreo de la ciudad se desvanecía a mis espaldas. El patio principal me dejó sin aliento; es difícil describir la sensación de paz que me invadió al ver la luz del filtarse entre los arcos de medio punto, jugando con las hojas de las plantas y reflejándose en el agua de la fuente central. Me senté un momento en uno de los bancos simplemente para absorber la tranquilidad del lugar, imaginando cómo habría sido la vida en este antiguo convento siglos atrás.
Lo que más me enamoró fue descubrir que este palacio no es solo un museo estático. Mientras paseaba por sus galerías, me encontré con varias salas que albergaban exposiciones temporales. Fue mágico poder contemplar arte contemporáneo y fotografía moderna en el marco de unas estancias tan históricas, con sus techos altos y suelos de mármol. Esa mezcla perfecta entre el continente clásico y el contenido vanguardista le da una vibra única.
Para mí, el Palacio de la Merced es mucho más que un monumento; es un rincón donde la historia respira al compás del presente. Sin duda, una experiencia que recomiendo a cualquier viajero que quiera captar la esencia más cultural y serena de Córdoba, donde resido desde el año del nacimiento de nuestra...
Read moreWhat a waste of time! I made the long walk here from alcazar (30m walk) only to leave feeling massively shortchanged.
Yes the building looks grand from the outside. But step inside and all you see is a courtyard - like those you find anywhere else in Spain - and some art paintings on the wall. That's it.
The other areas are all blocked off for tourists as they are government offices.
Please don't go out of your way to come here. Stick to the alcazar and the grand mosque and the palace de reina.
Utter...
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