Al llegar la camarera pasó de nosotros que estábamos de pié en la puerta y tuve que ir detrás de ella para preguntar si tenían mesa para cenar en la terraza, su respuesta: "si encuentras mesa, sí" veo una mesa sin limpiar y nos sentamos. 15 minutos después nos tira una carta para 4 personas, literalmente la tiró a la mesa sin si quiera mirarnos. Unos 20 minutos después y tras llamarles varias veces viene un chico a tomarnos nota le pedimos una sartén de matanza, la cual le aclaramos que no es para compartir, si no para una persona de las 4 que somos y luego le preguntamos por la cantidad que trae la parrillada y nos dice que es para 4 con hambre a lo que le decimos que genial porque es para los otros 3. Nos trae los platos y cubiertos (sin haber pasado una balleta a la mesa ni poner unos mantelitos ni nada) nos deja la pila de platos y se va a seguir hablando con los compañeros dentro. Al poco trae la sartén y como a los 20minutos la parrillada a lo que la sartén o se la comía solo y los demás mirando o se quedaba fría que fue lo que pasó. La parrillada si es para 4 con hambre como nos dijo el camarero nos debió de traer media. Si nos hubiera sido honesto habríamos pedido algo más pero viendo lo que tardan preferimos no hacerlo. Repetimos ronda de bebidas y nos dejaron todos los vasos en la mesa dieron mil paseos pero todos de vacío. Después de otros 30-45 minutos y ya hartos de esperar y llamarles nos levantamos a pedir los postres que hicieron lo mismo que al principio, nos tiró a la mesa la carta y se piró antes de que me diera tiempo a preguntarle que había casero y esas cosas. En definitiva la comida no estaba mal, de echo estaba rico (salvo los postres que eran todos de super a precio de casero). La mala educación de los camareros y verles hacer como que van a limpiar pero solo hablan entre ellos mientras cogen y posan una balleta o bailan con la mopa haciendo como que barren pues me cabreó bastante. La imagen de ver al cocinero sudando limpiando la parrilla mientras los camareros se tocaban el forro me dió mucho coraje. Llegamos a las 22.00 y salimos sobre las 00.45, casi 2horas para una parrillada entre 3 y un postre. Era jueves y había 5 mesas ocupadas, no quiero imaginar un día que estén llenos lo que pueden...
Read moreMal que me pese, debo editar la reseña tan buena que puse.
Tras varias visitas, nos convertimos en clientes habituales de este sitio. Íbamos todas las semanas. Durante las distintas visitas, observamos un hábito que no nos gusta, y es que tienes que pedir la cuenta varias veces, se la pides a diferentes empleados, y no llega. Esto ha sido una tónica habitual en varias ocasiones, este el local lleno o no. Además de ello, entre plato y plato, o a la hora de pedir el postre, pasa lo mismo. Da igual que esté lleno o semi lleno, se convierte en una eternidad. En la última ocasión, fueron 45 minutos esperando la cuenta, ya con el restaurante vacío, solo quedábamos dos mesas. Al traerla, comenté de buenas maneras el tema con quien la trajo. Y lejos de entenderlo y empatizar con el error, tardó otros 15 minutos en traer el datáfono para cobrar con tarjeta. Esto ya lo consideramos un auténtico despropósito. Volví a comentar que nos gustaba el sitio, la comida… pero que no era normal tener a alguien esperando de esa manera. A lo que no respondió, directamente marchó sin más. Lo siento, pero para que te traten así… buscaremos otras opciones, que las hay.
Es una pena, porque la comida está muy bien, el local nos gusta, y el sitio está muy bien, pero el trato por parte del personal, deja mucho que desear.
La reseña que escribo está basada en varias veces que hemos visitado este local, no es cosa de un día malo que lo puede tener cualquiera, por saturación de gente o falta de personal… cosas que entendemos perfectamente ya que no todos los días son perfectos, y cualquiera puede tener un tropiezo… Esto es una constante, y lo último, es que cuando un cliente habitual, que repite, llame la atención sobre algo, ni si quiera tengan la mínima educación de escucharte y responder a tu comentario o darte una explicación.
Hay más reseñas que comparten este asunto, y allí se ve, gente que desesperadamente va a la barra a que le cobren.
Ojalá tomen cartas en el asunto, porque verdaderamente me da pena. Para que me traten...
Read moreCréanme, EL CLIENTE NUNCA VOLVERÁ!
Años atrás, Sam Walton, fundador de la mayor red minorista del mundo, Wal-Mart, abrió un programa de capacitación para sus empleados, con mucha sabiduría. Cuando todos esperaban una conferencia sobre ventas y atención, comenzó con las siguientes palabras:
"Yo soy el hombre que va a un restaurante, se sienta en la mesa y espera pacientemente, mientras el mesero lo hace todo, menos anotar mi pedido.
Soy el hombre que va a una tienda y espera callado mientras los vendedores terminan sus conversaciones privadas.
Soy el hombre que entra en una gasolinera y nunca usa la bocina, pero espera pacientemente que el empleado termine la
lectura de su periódico. Soy el hombre que explica su desesperada urgencia por una pieza, pero no reclama que la recibe solamente después de tres semanas de espera.
Soy el hombre que, cuando entra en un establecimiento comercial, parece estar pidiendo un favor, suplicando una sonrisa o esperando ser notado.
Debes estar pensando que soy una persona quieta, paciente, del tipo que nunca crea problemas... Te equivocas.
Sabes quién soy? Soy el cliente que nunca volverá!
Me divierto viendo millones gastados cada año en anuncios de toda orden, para llevarme de nuevo a tu empresa. Siendo que cuando fui allí por primera vez, todo lo que debieron haber hecho era solo una pequeña bondad, simple y barata: tratarme con un poco más de cortesía.
Solo hay un jefe: el CLIENTE. Y él puede despedir a todas las personas de la empresa, del presidente al conserje, simplemente llevando su dinero para gastar en...
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