Muy decepcionados por este establecimiento al que solíamos ir en años anteriores. La comida ha bajado muchísimo de calidad. La primera noche pedimos rejos, nos los sirvieron duros como un chicle viejo y recalentados. Volvimos otra mañana para desayunar, el zumo de naranja no tenia gusto y la tostada de jamón estaba hecha con un jamón que parecía de sobre y el tomate natural de bote. El camarero no sabía utilizar la tablet y tardo un ratito en decirnos si se podía comer paella de tapa aún o no, pero todos hemos sido principiantes. La apoteosis fue ya un esta mañana: nos sentamos y esperamos para ser atendidos 10/15 minutos, no había afluencia, muchas mesas vacías, uno de los camareros que andaba dando vueltas con una bayeta en la mano nos dijo que no le correspondía a el tomar las comandas, sin amabilidad ninguna; Se sentaron 4 personas en la mesa contigua, uno de los camareros les atendió enseguida. Nos quejamos por ser transparentes, nos levantamos para irnos y mientras nos íbamos un tal camarero que se llamaba Samuel me insulto con un « tonta » y me pareja un « tu ni me mires ». La única cosa de la que nos arrepentimos es el no haber seguido con nuestro impulso de poner una hoja de reclamación. Aún estoy esperando excusas. Sea cual sea la razón, nunca se debe insultar a un cliente y menos sin razón alguna. Nosotros no faltamos al respecto a nadie. No volveremos a este establecimiento y tampoco sabemos si volver a Carboneras. Un paraje tan bonito no merece que traten a sus visitantes así. Que os vaya bien. Y saludos de la tonta querido Samuel.