Candelight, con la dirección culinaria del reconocido chef francés Romain Fornell, ofrece una experiencia gastronómica que se siente a la vez majestuosa y algo desigual.
El patio de verano es una joya: un rincón romántico, sobrio y elegante, a la luz de las velas y con exuberante vegetación y música al piano de fondo crean un ambiente idílico al que se añade un elegante servicio de mesa.
La propuesta gastronómica se basa en dos menús degustación de cocina mediterránea con claros toques franceses, a partir de 120 euros por persona. Optamos por el menú estrella y, en general, se percibe un buen equilibrio en las porciones y una ejecución correcta de la mayoría de los platos.
Los seis aperitivos iniciales son un punto fuerte, destacando especialmente los tres con influencia francesa: el paté en croûte, el royal de foie gras y el huevo con caviar. Sin embargo, algunos platos principales no alcanzan el mismo nivel de excelencia. La vichyssoise con huevos de trucha, servida de forma original en un cubo de hielo, resulta más interesante por su presentación que por su sabor. La gamba de Palamós con caviar en la cabeza es una decepción, ya que ni el tamaño de la gamba es el esperado ni el caviar consigue destacar, perdiéndose su sabor entre los jugos de la gamba. De forma similar, el bogavante en hojaldre peca de un exceso de sabores que opacaban el sabor del ingrediente principal, al igual que con las patas. Afortunadamente, el menú se redime con la tira de solomillo, de un sabor espectacular.
El servicio, si bien es muy profesional y amable, resulta un tanto empalagoso. En contraste, la profesionalidad del sommelier es impecable, un punto muy a favor para los amantes del vino.
Con un precio de 230€ por persona, incluyendo una botella de Ruinart brut, la experiencia en Candelight se sitúa en un rango de lujo. A pesar de algunos altibajos en el menú, el ambiente extraordinario y el buen hacer en la mayoría de los platos lo convierten en una opción a considerar si buscas una velada romántica en un entorno inigualable, siempre que estés dispuesto a asumir que no todos los platos estarán a la altura de las...
Read moreRomain Fornell dirigeix la cuina de l'Hostal la Gavina des de fa uns anys. El seu coneixement de la cuina francesa i a la vegada dels productes catalans és prou raó de pes per poder està al timó del Candlelight. Els aires de plató cinematogràfic de La Gavina, l'harmonia amb què conviuen les persones que en formen part, clients i personal, fan de l'experiència al Candlelight el lloc de la Costa Brava més impactant.
Oriol Fernández, un xef jove que ha viscut la cuina des d'infant al restaurant dels seus pares i format entre d'altres als fogons d'Alain Ducasse, condueix cada dia la cuina que m'ha causat un veritable impacte estètic, gastronòmic i per descomptat de sabors.El menú col·lecció d'estiu, posa en defensa el producte local, això ens fa estar encara més orgullosos del que tenim, de la nostra cultura gastronòmica. Comença per un aperitiu amb tartaletes de tonyina i King Crab, un cruixent de pell de pollastre amb tàrtar de calamar, panipuri amb brandada de bacallà i ous de truita i segellat per una delícia de Royal de foie gras, armagnac i portobello. Els plats s'inicien amb una amanida quallada de cogombre, una flor de carabassó, rossinyols, ametlla i salsa nantua per donar pas a un escamarlà, espàrrec alpí i aire de champagne, un plat que agermana la Costa Brava amb la d'Azur. Bottone farcit d'anguila amb escumós de foie gras i ceba tendra i acabem amb el turbot amb musolina d'alfàbrega i sopa de celeri i un colomí, absolutament gourmand. Com no podia ser d'altra manera, les postres són d'un altre planeta, primer et refresca un sorbet d'api, alfàbrega i llimona i una vegada el repòs, l'absolutament perfecte, impecable i deliciós soufflé de pera. Un amic, sol dir que hi ha gent que fa mils de kilòmetres per venir a veure i gaudir de la Costa Brava. Nosaltres la tenim al costat, és el nostre "pied-à-terre" ideal per fer del nostre estiu això: una col·lecció d'estiu, de records, moments, notes mentals que ens desperten l'existència, no cal marxar...
Read moreRecién inaugurada la temporada 2016, visitamos el renovado restaurante del Hostal de la Gavina, que ha permitido destacar de nuevo la elegancia y distinción de este singular establecimiento. Todos los aspectos (suelo de precioso parquet, techos decorados con mimo, terciopelos de los sofás, cristalería como en los grandes hoteles, vajillas propias, los candelabros en cada mesa, la prensa para los jugos de las carnes, la cuberteria impecable, la chimenea, etc.) te transportan al lujo sereno, estético, de los realmente grandes restaurantes de otras épocas. El servicio también de alta escuela, moviéndose con eficacia y discreción por la sala...y el pianista amenizando toda la cena...sí, es así, no es una descripción novelada. Al magnífico ambiente se le une el asesoramiento del cocinero Romain Fornell, con una estrella Michelín en su local Caelis de Barcelona. El resultado es magnífico, platos originales, con productos escogidos, elegantes, delicados, sabrosos. A destacar las verduritas con huevo a baja temperatura, el San Pedro con veladura de estragón y el buey al falso carbón. Para los amantes de platos clasicos también hay opciones como un espectacular chateaubriand con patatas souflé... Los únicos aspecto a considerar serian: quizás una excesiva reiteración de las gelatinas/mousses y una selección de quesos que o se amplía y mejora la presentación o quizás es mejor eliminar. Bodega en consonancia con el nivel y quizás mereciendo dar entrada a algunas bodegas con menos historia pero...
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