A new leader for a traditional venue. In Cercedilla, a preferred destination for Madrid´s population looking for fresh air, pure nature, snow during Winter or a cool place where to spend the never-ending sweltering afternoons during Madrid´s Summer. At this famous village you can find a long lasting "meson" (a kind of more informal, popular restaurant in Spain. Which does not mean low quality food) well known for locals and visitors, El Chivo Loco (literally The Mad Goat ;-) ) As said above, leadership has changed lately but only to keep the very good "tapas" and hospitality that are familiar for the old customers. Sergio and his Team make possible for them to still ejoy the famous ham croquettes, the excellent garlic lamb sweetbreads, the tasty grilled prawns or the ultra-tender rib eye of calf (these are only a few among my favorite dishes) that they (we) are used to. All of them served in a typical Spanish place between a simple bar and a formal restaurant named "meson". This particular one keeps the popular atmosphere from their first years, improved by Segio´s care on small details focused on patron´s comfort. Regarding staff and customer care, what is said above about the food applies to waiters and managers: kind and cool attention, you can feel they are honestly worried about you feeling like at home. In summary, this choice is a masterstroke if you are looking for high quality Spanish food and "tapas" served with the traditional Spanish hospitality at a small village with very nice landscapes within one hour (by train, 45 min. if you drive) from the capital of Spain. Believe me, several years acting as a successful Gastro-Guide in Madrid support this tip: highly recommended (you can check my reviews in Trip Advisor's "Spanish Tapas...
Read moreMesón Chivo Loco. Si hay un establecimiento en Cercedilla que ha resistido el paso de los años con gallardía y, en mi opinión, mejorando con ellos -como el vino que ofrece- ese es el Chivo Loco. El Chivo para los que lo conocemos hace tiempo. Centrándonos en el presente, contaros que ha cambiado la dirección pero para seguir en la misma línea de calidad en sus platos y calidez en el trato que estableció su anterior propietario, Silvestre. El nuevo Maestro de Ceremonias, Sergio, y su equipo, están logrando evitar que notemos el cambio o que lo notemos a mejor. Conservando una carta con platos estrella entre los clientes tradicionales, como son las mollejas, el champiñón, las gambas a la plancha, las croquetas o el entrecot (por mencionar algunos de mis preferidos) van introduciendo pequeños detalles que mejoran el resultado final, como esas "chapatas" individuales hechas en el horno de la panadería tradicional del pueblo. Para los que amamos el pan como parte importantísima de una buena comida, hacen que el menú suba un par de puntos (si eso es posible). El cuanto al local, sigue siendo básicamente el mismo, aunque algunos "toques" imperceptibles hacen que te sientas todavía más "como en casa" que antes. Y delatan la preocupación de Sergio por cuidar todos los aspectos de lo que significa disfrutar de una buena comida. Conserva un salón luminoso y bien ventilado en la parte de arriba, decorado con gusto pero con una sencillez que no distrae de los platos que disfrutas. En la parte de abajo, la barra de siempre con sus históricos pesebres como asientos, y... "la cueva". Yo llamo así al salón a la usanza de los antiguos mesones, contiguo a dicha barra, con mesas bajas y un aire más informal que a mi me gana para esta localización. Y cuando la climatología lo permite, una agradable terraza a la espalda del Ayuntamiento de la localidad. Respecto al trato recibido, camareros atentos y profesionales preocupados por que en todo momento nos sintiéramos bien atendidos y cómodos durante nuestra visita. Y la sensación de que tanto Asse como Sergio -la pareja que dirige la orquesta- se ocupan personalmente del bienestar de cada cliente. Fue una comida familiar con niño pequeño incluido, y desde la preocupación para que el chaval estuviera cómodo y comiera como es debido hasta el cariño con el que recibieron a la bisabuela (viuda hacía pocos días), hicieron que el rato que pasamos en su casa fuese más que agradable. Cocina tradicional y casera con materia prima de primera calidad, servida con esmero, profesionalidad y cariño y degustada en un local agradable y familiar no pueden sino dar como resultado una experiencia más que agradable en su totalidad. En mi modesta opinión, altamente...
Read moreEstuvimos cenando aquí la otra noche. La verdades que hacía un montón que no comíamos aquí. Como de costumbre, voy a empezar con el aparcamiento. Este día aparcamos muy cerca del restaurante. En el pueblo. El aparcamiento no es un problema ya que hay 2 aparcamientos públicos y gratuitos en el pueblo. Uno más cerca del restaurante (a un mar deminutos andando) que está cubierto. Y un segundo un par de minutos más allá que es al aire libre. Están cerca ambas. Pero debes de tener en cuenta que el aparcamiento cubierto cierra a las 00:00 horas. Como te despiestes y llegues después de esa hora, no podrás sacar el coche hasta el día siguiente. Por lo que si vienes de fuera, tienes que tener esto muy en cuenta. Vamos pues a la comida. A mi chica le encantan las croquetas. Así que pedimos 4 para probarlas. Me recordaron un montón a las croquetas de mi abuela. Estaban ricas. Eran de jamón y eran claramente caseras y se podían apreciar los trozos de jamón. Después pedimos una piparras fritas. No había probado esto en mi vida. Y tampoco recuerdo que estuviera antes en la carta. Me encantaron. Pensaba que picarían. Pero en absoluto. La chica nos comento que a veces salían un par de ellas picantes por ración. Pero no fue el caso. No picaba ninguna. Lo cual es de agradecer si no te gusta el picante. En mi caso, adoro el picante pero a mi pareja no le gusta. Así que perfecto. Ya que de otra manera, no habría podido comerlas ella. Realmente, fue un plato soprendente. Si no lo has probado nuca, te lo rcomiendo 100%. Después pedimos una ración de boquerones. Eran unos boquerones muy grandes y estaban también muy buenos. Sin ninguna cosa extraña. Sólo boquerones fritos pero de tamaño XXL. Normalmente, no solemos pedir postre. Pero anoche se nos antojó la tarta de queso y pedimos una. Venia en un tarrito y también estaba muy buena. Eso si, era contundente. Tenlo en cuenta si la pides. Tenía mermelada de fresa y en la parte de abajo la galleta tenía un toque a canela que le iba fenomenal. Antes de irnos, nos invitaron a 3 chupitos. A pesar de que íbamos 2. Comimos estupendamente, al fresquito de la terraza y con los perros que les encanta venir ya que siempre...
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