La Palmera — Restaurant in Gandia

Para empezar, al entrar no había suficiente hueco para todos y en lugar de decirnos que nos fuésemos, nos han colocado en el primer sitio que han pillado. Una vez sentados ha venido la camarera y en vez de tomarnos nota, nos ha dado su libreta para que tomáramos nosotros nota de lo que íbamos a tomar. Hemos pedido menú del día, el primer plato era una ensaladilla rusa que no alimentaría ni a un niño de 5 años. De Segundo hemos pedido cuatro paellas, y a la hora de servirnoslas nos han dicho que solo había paella para una persona y hemos tenido que pedir escalopes, que eran literalmente una loncha de jamón York empanada. Por si no fuera poco, la única paella que nos han traído estaba seca y parecía recalentada de hace cuatro días. Además, pedimos una ración de calamares más amarillos que los Simpson y congelados. Otro de los platos que hemos pedido era ensalada y contenía como regalo de la casa un gusano. Además, uno de los camareros se ha percatado de mal trato que hemos recibido y nos ha dicho comentarios intentando agradar pero que eran fuera de lugar como: ''Siendo una chica tan guapa, no ponga esa cara de enfadada que te pones más fea...'' El remate final ha sido cuando hemos ido a pedir la hoja de reclamaciones y se han negado a dárnosla diciéndonos que volviésemos dentro de 2 horas cuando estamos en nuestro pleno derecho con la excusa de que el restaurante estaba lleno siendo mentira. En resumen, servicio nefasto, comida nefasta y atención nefasta. 0 recomendable, no...

Una mala experiencia difícil de olvidar. Cenamos viernes 25 de 07, un pan duro del día de antes o tostado de mediodía y recalentado por la noche con All i Oli que nos sacaron sin cucharita, unos chopitos aceitosos a los que se les caía el rebozado y dos entrecots de tercera con mucha grasa y muy aceitosos que nos cobraron a precio de primera, aunque lo peor de todo fueron los 2,75 euros del botellín pequeño de coca-cola, al mismo nivel que en los Campos Elíseos de Paris ó la Plaza de Oriente en Madrid, una vergüenza. Los camareros parecían simpáticos hasta que le dije que mi mesa cojeaba y me dio un papel para que yo me la calzara, como si fuera lo más natural. Para acabar me fui al WC y tuve que subir dos tramos de escalera, sorprendentemente no tienen ningún servicio accesible, lamentable. Fue tal la experiencia que no tomamos ni postre ni café, pagamos y nos fuimos para no volver a ir, aunque saliendo me sorprendió oír a alguien afirmar que los calamares que tenía en su mesa bañados en aceite, estaban sabrosos, y me planteé, este pobre hombre que está...

Food was great. The service was attentive to the point of rudeness. Plates were removed so quickly that the last bite was still going in the mouth as it was happening. Food disappeared when the waiter thought you were done and not when finished. It was not an enjoyable meal because of...