Durante nuestra visita a Gijón, mi pareja y yo decidimos probar el restaurante por sus supuestamente exquisitos platos de pescado. Habíamos oído hablar de este lugar a varios amigos que lo visitaron y con el estómago rugiendo y las expectativas altas, nos aventuramos a cenar allí una noche de sábado.
Desde el momento en que llegamos, la experiencia fue un desastre absoluto. Al entrar, nos recibió un olor desagradable a pescado podrido que impregnaba el aire del restaurante. Nos miramos con escepticismo, pero decidimos darle una oportunidad al lugar, pensando que tal vez sería solo una impresión momentánea. Gran error.
Nos recibió un camarero con una expresión de aburrimiento que apenas nos miró a los ojos. Nos guió a una mesa junto a la ventana, que estaba tan sucia que las huellas de los clientes anteriores aún se podían ver claramente. La mesa estaba pegajosa al tacto y las servilletas parecían haber sido usadas previamente.
Después de esperar casi veinte minutos, logramos captar la atención del mismo camarero para pedir nuestras bebidas. Mi pareja pidió un vino blanco que llegó tibio y con un sedimento extraño flotando en el vaso. Yo, opté por una sidra, que llegó caliente y sin gas. Cuando señalamos este problema, el camarero simplemente se encogió de hombros y se fue sin una palabra.
Decidimos seguir adelante y pedir nuestros platos principales. Tras una espera interminable de más de 45 minutos, finalmente llegó nuestra comida, pero lo que vimos nos dejó sin palabras. Los mariscos estaban claramente pasados: las almejas estaban cubiertas de una baba oscura, las gambas tenían un olor nauseabundo, y los mejillones, completamente cerrados, parecían haber salido directamente del congelador al plato sin pasar por el fuego.
Tratamos de llamar al camarero para expresar nuestras preocupaciones, pero él nos ignoró por completo. Finalmente, cuando conseguimos que se acercara, se mostró indiferente y hasta un poco molesto por nuestras quejas. Nos dijo, sin ningún tipo de disculpa, que los mariscos del día a veces "variaban en frescura". Al pedirle que al menos nos cambiara los platos, se negó rotundamente y nos advirtió que tendríamos que pagar de todas formas.
Decidimos que lo mejor era marcharnos cuanto antes, pero no sin antes intentar al menos disfrutar de un postre para salvar la noche. Pedimos una tarta de queso que, cuando llegó, estaba aún congelada por dentro, acompañada de un café que tenía más posos que bebida.
Al llegar la cuenta, descubrimos que nos habían cobrado un precio excesivo por una experiencia que bordeaba lo surrealista. No solo no recibimos ninguna disculpa, sino que además nos cobraron extra por el servicio de cubiertos, los cuales nunca nos habían dado.
Para colmo, al salir, resbalé en el suelo del restaurante que estaba mojado y aceitoso, causando una caída aparatosa que no hizo más que sellar la noche como una de las peores experiencias culinarias de mi vida. Nadie del personal se acercó a ofrecer ayuda ni una palabra de preocupación.
Salimos del restaurante jurando nunca más volver y con la firme intención de advertir a cualquiera que considere visitarlo. Una experiencia que, sin duda, sería...
Read moreThis restaurant only serves fresh fish and seafood - it is likely the best fish house in Gijon. Follow the advice of the owner in selecting your main course and you’ll taste some of the best seafood prepared in the Asturias style. It’s also worth the wait for the upstairs view of the harbor. And it is a great place to experiment with side dishes that might be unfamiliar if you’re not from the area.
It’s a locals restaurant so expect to be treated like a local, perhaps with some argument or some direction given, but it’s all part of the atmosphere.
This is a restaurant not to be missed if you visit Gijon and...
Read moreThe restaurant has some nice views over Gijon’s Bay. We had two delicious starters and then we ordered two portions of hake cooked in cider sauce. As we ordered we mentioned that one of us has seafood allergy, but the chef put a few clams by mistake. Despite of this, we think that this restaurant deserves 5 stars because the way they handled the situation. The waiter immediately recommended a new course from the menu and when we had to pay for our meal, they only charged us for one of the hake rations. They also have a few options of desserts for gluten...
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