La peor comida en muchos años. Fuimos a comer 4 personas. Tienen una carta con pocas opciones y varios menús de degustación. Son menús de degustación para una persona, para 2 personas y para 6 personas. No nos dejaron elegir a cada uno un menú diferente, aunque fuese para una sola persona. Nos obligaron a elegir todos el mismo menú. Elegimos el menú de 30 euros por persona que tenia entrantes y un plato de carne o pescado. A pesar de poner carne o pescado, querían que eligiésemos todos lo mismo, bien carne o bien pescado. Luego supimos la razón. Al final hicieron una excepción, tras hablar con la cocina y aceptaron que pidiésemos 3 platos de carne y uno de pescado. De los 3 platos de carne pedimos dos al punto y un tercero bien hecha. Los aperitivos mas bien escasos: una cantidad irrisoria de salmorejo, un lomito de anchoa, un poco de ensaladilla rusa, 2 croquetas y un poco de chistorra, por persona. En cuanto a la bebida pedimos 2 cervezas sin alcohol y una jarra con agua. Nos trajeron 2 BOTELLINES DE 25 CM. No sabemos como se puede disfrutar de un menú de degustación con tan solo un botellín de bebida. En cuanto al pan nos trajeron 4 barritas minúsculas, tan pequeñas que con los aperitivos ya se habían acabado, lo mismo que las cervezas. Pasaron muchas veces diciendo que si queríamos más bebida, porque lo que pretendían es que les pidiésemos más bebida y más pan. Lo mas alucinante ocurrió al llegar los platos principales. Trajeron uno de pescado y dos de carne. Nos explicaron que como uno de los platos tenia 350 gramos de carne teníamos que compartirlo entre dos personas. No sabemos si el trozo de carne pesaba 350 gramos, lo que si sabemos es que no era muy grande y que casi la mitad era de gordo. Osea que tuvimos que repartir la carne y el gordo entre las dos personas que habíamos pedido que estuviese al punto. El otro plato tenia un trozo de carne, más pequeño que hubo que devolver a la cocina para que lo pasasen más, cosa que no hicieron. La guarnición del plato de carne eran unas pocas patatas y tres pimientos verdes pequeños. En el plato de carne que tuvimos que compartir también había unas pocas patatas y tres pimientos verdes pequeños que tuvimos que dividir entre dos personas. Alucinante. Si un restaurante decide poner menús de degustación a 30 euros el comensal, lo que no puede hacer es dar como bebida un triste botellin, un trozo minúsculo de pan y obligar a dos comensales, que pueden tener una relación profesional o de otra índole, a tener que compartir un triste trozo de carne con mucho gordo y tres pimientos entre dos. Si realmente pesaba 350 gramos, quiere decir que los que nos correspondió a cada uno fueron 175 gramos de carne, a los que si se les quita la gran cantidad de gordo y grasa que tenía, pues te quedan menos de 100 gramos de carne por persona. Lamentable. Los camareros y los de la cocina pasaron varias (muchas) veces a preguntar si todo estaba bien y yo por no tener una enganchada que me hubiese aguado la tarde, no dije nada, pero desde luego fue una experiencia muy desagradable. Ya había comido con anterioridad en este local y la cosa no había ido mal, pero a partir de ahora ya no entraré nunca más y recomiendo a todo el que quiera tener una comida agradable que busque en otro lugar. Nos comentaron que habían hecho algunos cambios, que desde luego son nefastos. Este restaurante puede ignorar mis comentarios, puede contestar diciendo que lo sienten pero seguir igual, o pueden cambiar radicalmente. Como creo que no optarán por la tercera opción, con nosotros que no cuenten. No pedimos ni un café. Nos fuimos a otro local a tomarlo, así que pagamos la cuenta y nunca más. No me gustan tantas imposiciones y mucho menos que me obliguen a tener que compartir el plato con otra persona para que ellos se ganen un dinero. Imagino que como los trozos de carne que ponen son tan pequeños, si ponen lo de dos comensales juntos, pues visualmente parece mayor y siempre queda la posibilidad que uno de los dos sea menos comilón. Así que ya sabéis a lo que os exponéis si entráis en este...
Read moreSomos clientes habituales de este sitio desde hace más de 10 años, pero recientemente ha cambiado de dueño, y con ello su calidad y servicio. El nuevo dueño nos comentó que había mejorado la calidad de la comida, pero la verdad es que lo que notamos es todo lo contrario. Pedimos un menú de 35 euros por persona en el que entraba un entrante que nos apetecía bastante, pero el entrante nunca llegó. Le preguntamos a la camarera y nos dijo que como no les quedaba, en su lugar nos ponía un trozo de morcilla ( sin avisar previamente de que ese entrante no había, cuando nos decantamos por ese menú precisamente por ese entrante). Ya no ponen las parrillas en las que tú mismo puedes hacer la carne, lo que era una ventaja distintiva de este sitio respecto a otros. Antes te entraba sidra en el menú que tú mismo podías servirte del barril sin límites, mientras que ahora te dicen que sólo te entra una botella de sidra en el menú por cada dos personas, y esa botella de sidra ni siquiera es cerrada, reutilizan las abiertas para rellenar en el barril y eso es lo que puedes consumir en todo el menú. Al finalizar la comida, la camarera nos animó a pedir postre y café porque nos aseguró que entraban los dos. Al traer la cuenta nos dice que al final solo entraban los postres y nos tiene que cobrar los cafés. La comida no está mal, pero comparando con lo que era el sitio anteriormente, deja mucho que desear, ya que los cambios han sido a peor a...
Read moreUna de esas direcciones que merece estar en la agenda de cualquier amante de la buena mesa. Sidrería Gasteiz ofrece una cocina de raíces, bien ejecutada y con ese sabor auténtico que solo se consigue con producto de calidad y saber hacer.
Desde el primer momento, el ambiente invita a quedarse: acogedor, sin pretensiones, pero con mucho gusto. La carta combina platos clásicos con toques personales, y todo lo que probamos estuvo impecable: sabores bien definidos, raciones en su punto y una presentación que respeta la esencia de cada ingrediente.
El trato fue cercano y profesional, con un servicio atento y eficiente, que hizo que la experiencia fluyera con naturalidad.
Juan y Samuel, uno de sus propietarios, desprenden pasión por el buen trato y la buena experiencia del cliente.
Un restaurante que demuestra que lo sencillo, cuando se hace bien, puede ser memorable. Volveremos sin duda y lo recomendaré con gusto. Muy recomendable para vivir la experiencia de un restaurante de toda la vida…nada de artificios de decoración ultramoderna, comida para instagramers y decir que has estado pero no has comido...aquí se come de verdad y se disfruta de una terraza alejado de ruidos y con el fondo de la sierra de Guadarrama, un servicio desenfadado y con ganas de sacar adelante el negocio. Sus menús degustación son el claro ejemplo de que cuando las cosas se hacen bien podemos salir aplaudiendo de un...
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