El lugar es bonito arquitectónicamente hablando. Buen acceso, fácil aparcamiento dentro del mismo. El servicio y la comida ya son otra historia.
Para comenzar, pedimos cervezas y refrescos. Pedimos dos Coca Colas Zero y nos ponen Pepsi zero. Agradecería que nos hubiera dicho la camarera que era Pepsi y no Coca Cola, habría cambiado mi opción. Curioso que después en la cuenta también pone como concepto Coca Cola Zero.
Como tapa, para cuatro personas, nos ponen un plato de tamaño mediano de una especie de salpicón de marisco, en el que el marisco era bastante escaso, siendo mucho más predominante el pepino y el pimiento, el tomate algo blando y un par de trocitos de surimi (sucedáneo de pescado). Por otro lado, estaba bastante salado, con lo cual comimos algunos trozos y poco más.
Pedimos pizza La Ruta del Vino, almejas de carril, puntillitas fritas y huevos rotos con jamón. Las almejas y las puntillitas, bien en general, aunque para la cantidad considero que los precios estaban algo por encima de lo esperable. La pizza, bastante plana en cuanto a sabor y preparación. La base lejos de ser casera, ingredientes de poca calidad y todo puesto en un batiburrillo en el que no se saboreaba nada y todo a la vez. Como cuando compras una pizza de supermercado y le añades tú algunos ingredientes más para que tenga algo más de enjundia. Dejo para el final los huevos rotos con jamón, ya que ha sido con diferencia lo que más esperaba y lo que peor impresión me ha dado. Patatas con un brillo aceitoso poco apetecible, exceso de ajo laminado que amargaba, ya que se había casi quemado y claro, mataba el sabor de todo el plato. Huevos excesivamente hechos que no dejaban que la yema bañara si quiera un poco las patatas. Si un plato tan típico y común en la gastronomía local no se hace bien, apaga y vámonos. Varias horas después de haber cenado, me sigo acordando de este plato que, francamente, se me ha indigestado un poco, literalmente.
Como decía, el servicio tampoco ha estado muy allá. Han traído muchos platos seguidos sin llevarse previamente los que estaban terminados, sumado a que la mesa tiene un tamaño insuficiente para cuatro, no había sitio para nada. ¿Solución de la camarera? Nos pone una silla al lado y pone el servilletero, para aliviarnos el espacio. Previo a eso, nos trae cuatro platos, la cesta del pan con los cubiertos dentro y lo deja todo en un montón en un lado de la mesa y se va. Creo que un servicio mínimamente atento requiere que el camarero ponga el plato y cubiertos a cada comensal y el pan en algún lado que no moleste, habiéndose llevado previamente platos, vasos y botellas ya usados para hacer hueco. Que esto lo hagan en un chiringuito de playa con mantel de papel, lo entiendo, pero en un lugar así, esperaría otra cosa, la verdad.
El sitio es precioso, la verdad, pero el servicio y la comida no le hacen justicia para nada. Existe una desconexión entre lo que esperas de un lugar así y lo que...
Read moreCelebramos la comunión de mi hija el pasado fin de semana y quedamos bastante decepcionados. Sinceramente por el precio del cubierto que pagamos no esperas que, por ejemplo, pongan la cerveza en jarras para ir rellenando las copas. En las especificaciones del menú contratado ponía cerveza estrella galicia, por lo que dimos por hecho que serían tercios de la marca, pero no (al menos no sacaron botellas de litro). Lo mismo hicieron con el vino (no vimos las botellas tampoco), pues tenías que esperar a que pasara el camarero por allí para pedir una copa. Del entrecot de ternera madurada, solo podías comerte como la mitad, la otra la mitad inmasticable como la suela de un zapato, etc. o que los niños tuvieran que esperar a que se descongelara su postre para poder comérselo (no era un helado evidentemente, pero como si lo fuera). Pero ya el colmo fué lo que hicieron con la tarta de la niña. Y es que no sacaron la tarta de comunión porque según nos comentaron, lo teníamos que haber especificado. Es decir, el menú incluía una tarta y como es lógico la escogimos nosotros, pero volvimos a estar torpes porque al parecer teníamos que haber especificado que queríamos que la sacaran para la niña. Como nadie nos lo avisó dimos por hecho, una vez más erróneamente, que al tratarse de una celebración de comunión la tarta la sacarían, pues no, en lugar de eso se limitaron a sacar trocitos de tarta, unos más grandes y otros ridículos, del ancho de un dedo (aquí ya era cuestión de suerte) y cuando nos quejamos no se les ocurrió otra cosa que sacar una tarta completa, con una muñequita de comunión pero advirtiéndole a la niña que era solo para la foto, que no la tocara y que no se podía quedar con la muñequita (que al parecer, también era opcional). En fin... muy mal de verdad. Te gastas un dinero y la sensación que dimos es que habíamos ahorrado en todo. Nunca me había pasado algo así. De todo se aprende, incluso de las...
Read moreCuando llegamos a la hora de nuestra reserva (no tarde), habían dado nuestra mesa a otros, y lo suponemos, no porque nos lo explicaran, sino porque el camarero lo miró en la libreta de reservas y, al llevarnos a la mesa, vio sobre la marcha que estaba ocupada. Sin darnos explicación, nos dijo que esperaremos un segundo en mitad del salón y se fue. Mientras, otros camareros nos preguntaron y tuvimos que explicar varias veces que estábamos esperando nuestra mesa teniendo reserva hecha con anterioridad. Improvisando, nos quisieron sentar en una mesa que había libre al lado de la puerta de la cocina, pero al mismo tiempo nos dijeron que nos estaban preparando otra mesa en un salón más pequeño y que en un segundo estaría lista. Viendo que no era así, nos pedimos una caña en la barra de la entrada, y, después de un rato, el camarero de la barra nos quiso sentar en una mesa de al lado de la barra de la entrada que se le había quedado libre, pero dijimos que nos estaban preparando una mesa en el salón. Después de otro rato, nos dijeron que ya tenían la mesa lista, pero al final nos sentaron en la mesa libre que había al lado de la puerta de la cocina. Lo que no es normal es que no nos dieron ninguna explicación, ni nos pidieron disculpas por todo esto. Por otro lado, al hacer la reserva por teléfono, encargamos un arroz para dos, pero, al servirlo, nos trajeron 2 platos de arroz, no un arroz para dos como pone en la carta. Si se exige que el arroz sea para mínimo 2 personas, es porque se supone que lo hacen solo para ti, no te sacan un plato de un arroz que han preparado para muchas personas. En fin, era la primera vez que íbamos, pero creo que será la única. Además, no parece el salón de un restaurante, cómodo y acogedor, sino, por las dimensiones, más bien parece el salón enorme de un...
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