Acudimos a este restaurante por tener las mejores reseñas de la zona. Efectivamente el servicio fue correcto y terraza agradable. Llegamos con hambre y pedimos una ensalada gourmet de entrante y parrillada ibérica para dos personas como plato contundente. La ensalada de brotes tiernos y tomate venía acompañada de queso de cabra y jamón ibérico templado, aliñado con mermelada de cereza, todo bien presentado. La parrillada venía cubierta por patatas fritas y apenas se podía intuir qué había debajo (eso añadido con la poca luz de la terraza), pero según la carta constaba entre otros de secreto, panceta, lagarto... distintas piezas de cerdo. Sinceramente no me suele pasar que en mitad de una comida se me cierre el estómago, pero así pasó nada más terminarme la segunda porción de carne de la parrillada. Estaba bastante salada y tenía ese regusto a carbón, pero no detecté nada más allá de esos sabores, sin embargo, mi estómago decía que no comiera más. Mi pareja más reacia a dejar tanta comida siguió comiendo aunque también notó esa pesadez sobrevenida. Pedimos un postre ligero para compartir: yogur con mermelada de cereza. La cuenta vino sin sorpresas: caro.; pero cuando la oferta es escasa es lo que pasa. Al día siguiente mi pareja y yo amanecimos revueltos. A penas tocamos el desayuno del hotel pero salimos a hacer el senderismo que teníamos planeado. A media mañana tuvimos que ir de vuelta para el hotel y empezó el suplicio: vómitos y diarrea que nos acompañaron durante las 7 horas siguientes que duró el trayecto hasta Madrid y en las que tuvimos que parar agónicamente en cada gasolinera, arcén o vía de servició para ir dejando un poquito de nosotros. Cuando llegamos al fin fuimos directos al hospital. Diagnóstico: Intoxicación alimentaria. Y puedo confirmar que fue en este establecimiento pues es el único sitio donde ambos comimos lo mismo en todo el fin de semana. Lo que sí que no puedo afirmar con absoluta certeza es cuál de los tres platos que degustamos llevaba "la sorpresa", pero lo que es indiscutible es que fue en su local. Nosotros lamentamos más que usted tener que escribir esta reseña y tener este borrón de tan bonito viaje. No dudo que paguen sus recibos y tengan todo en orden pero alguien cometió un error y tuvo...
Read moreRestaurante de los típicos de toda la vida: bullicioso, lleno de gente, con platos tradicionales de calidad. Así que si buscas pijerias, mejor no entres aquí.
Dicho esto, hay que mencionar que el turno de comidas empieza a las 13:30 pero que los platos no empiezan a salir hasta como las 2. Si te inquieta la idea de comer temprano, no te preocupes. Vale la pena reservar a la hora indicada porque sino te tocará esperar a que se vayan desocupando mesas.
Habría que destacar que la relación calidad precio de la comida es buena. Aquí no vas a encontrar platos de Estrella Michelin pero la comida no está nada mal y es relativamente barato.
Lo que enseño lo pedimos para 5 y, aunque no salimos rodando, nos fuimos a gusto. Lo pedimos todo para compartir.
El queso de oveja con mermelada de cereza no es nada del otro mundo. Pensábamos que sería algo más elaborado. Sin más.
La Torta del Casar con jamón, espectacular. El queso no estaba tan fuerte como suele estarlo así que gustó a todo el mundo. Totalmente recomendable.
Las migas estaban muy buenas también. Aunque el huevo estaba demasiado hecho, el plato sigue siendo espectacular. La verdad es que se nos quedó corto.
La parrillada mixta, correcta. Buena cantidad pero algunas piezas como el churrasco o el pollo estaban demasiado cocinadas. Decir que parecían la suela de un zapato es quedarse cortos. Lo demás, todo muy rico.
En términos generales nos fuimos contentos con el restaurante....
Read moreFuimos a cenar 2 personas este sábado por la noche. Pedimos una parrillada de carne que, nada más traerlo, nos extrañó por su presentación, pues venía con las patatas cubriendo la carne (aunque tampoco le dimos importancia y pensamos: bueno, esta gente no sabe ni presentar un plato, pero qué más da); ya cuando la estábamos comiendo, notamos que no nos estaba sentado demasiado bien al estómago... hasta el punto de que no pudimos terminarla a pesar de ir con hambre, cosa que nos extrañó, porque somos de buen comer. Al día siguiente al despertar, comenzó el suplicio, ambos nos pusimos malísimos, diarreas y vomitonas sin cesar todo el domingo. Tuvimos que ir a Urgencias por la noche, donde nos confirmaron que había sido una intoxicación alimenticia y nos hidrataron. Hasta la tarde del lunes no cesaron las diarreas. Jamás nos había sucedido una cosa así. La carne en mal estado huele que apesta antes de cocinarla y, a pesar de ello, tuvieron los huevos de cocinarla y servírnosla. Unos auténticos terroristas, que nos fastidiaron bien las vacaciones. Además, los precios que tiene son de local fino de un barrio bien de Madrid, no de un bar de pueblo. Adjunto fotografía que hicimos del plato consumido, tomada nada más servírnoslo, pues nos gusta contribuir con reseñas en distintas...
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