Bar Casa do Pescador — Restaurant in Laxe

Fuimos tres personas a la hora de comer. Nos tocó sentarnos en una mesa donde estaba todo lo que quitaban de otras mesas y no se habían llevado. Encima no lo quitaban porque pensaban que era nuestro. Mal comienzo. Pero peor fue el desarrollo. Pedimos una ensalada, unos pimientos de Padrón, unas vieiras y un lenguado. No nos pusieron pan. La ensalada estba compuesta de dos hojas de lechuga, medio gajo de tomate, cuatro granos de maíz y unas hebras de zanahoria de bote. Una ensalada tan ridícula que ocupaba menos de un plato llano y por ella nos cobraron 4,50. El lenguado era fresco, pero estaba mal cocinado, un poco deshecho y sin guarnición alguna. 17 euros por el pez. ( el día anterior, en Muxía por un lenguado impresionante con patatas y ensalada 12). Hasta q nos trajeron los otros dos platos, nos tuvimos q comer tres paquetes de aspitos porque nos moríamos de hambre. Tuvimos que pedir que nos dijeran si nos iban o no a servir los platos para, en caso contrario, pagar lo consumido hasta el momento e irnos a comer a otro sitio. Entonces nos sirvieron lo que restaba de la comanda. La ración de zamburiñas 12 euros y entraban 7 piezas. En el resto de los sitios en q las pedimos, el precio era el mismo, pero ponían diez piezas. Los pimientos los sirvieron quemados. Por si fuera poco, al ir a pagar, nos querían cobrar 2 cervezas de más que no habíamos consumido. Al final nos cobraron más de 40 euros, por una porquería de comida. El restaurante peor y mas caro de toda Galicia. El servicio nefasto. Y ojo que, si pueden, te cobran lo que no has...

La comida estuvo buena, pero el servicio tiene mucho margen de mejora. La camarera parece tener el síndrome de burnout (trabajador quemado), atiende las mesas a su ritmo (que no es rápido precisamente) y le da igual cuanto lleves esperando. Cuando nos trajo el pulpo no nos puso los cubiertos, por lo que después de esperar a que se desocupara la llamamos y se lo dijimos. Su respuesta: «el pulpo se come con palillos». Finalmente nos trajo los cubiertos con el siguiente plato, pero le faltó el pan, por lo que se lo recordamos. El pan se lo habían puesto sobre la barra para que nos lo trajera, pero ella hacía como si no lo hubiese visto; la mirábamos, nos miraba, pero no nos traía al pan, parecía que se regocijaba haciéndonos esperar. Después de un buen rato nos lo trajo, aunque el plato para poner la comida que previamente también le habíamos solicitado nunca apareció. Posteriormente le pedimos el postre y tomó nota. Tras esperar unos diez minutos por el postre, se presenta de nuevo en la mesa y nos pregunta que si íbamos a tomar algo de postre. Mi acompañante y yo no dábamos crédito, nos mirábamos sorprendido. Al final le dijimos que no íbamos a tomar postre y que nos trajera la cuenta. Una lástima este tipo de servicio, pues la comida estaba realmente buena. La camarera no era del todo desagradable en el trato, pero su actitud era muy negligente y parecía no querer trabajar. Un cambio de trabajo le pudiese venir bien, tanto a ella como al...

Distintas sensaciones.

Servicio muy rápido y amable.

La primera noche triunfamos con: Navajas, mejillones y pimientos de padrón de 10.

Segunda cena fallo total con un lenguado, zamburiñas y pimientos de padrón. El servicio sigue siendo rápido. El lenguado estaba muy pasado y las zamburiñas aceitosas (anulaba su sabor) y dos unidades menos que en el Restaurante Bahía por el mismo precio (y más ricas para nosotros). En la mesa de al lado comentaban que los calamares estaban pasados también. Es una pena después de la experiencia de la primera cena y los desayunos tan completos que ponen.

Tercera noche triunfo con: Sardinas a la brasa y raxo con patatas. Muuy bueno todo. Fuimos aposta para probar las sardinas que son los miércoles, y triunfo total.

Como curiosidad, la cerveza de grifo es más cara...