Soy de León y por circunstancias que no vienen al caso, no vivo aquí. Siempre que vengo a mi tierra, aterrizo con ganas de volver a mis bares de referencia. Sin duda, el Camarote ha sido durante más de una década o quizá dos, uno de ellos. Cuál ha sido mi sorpresa cuando al acudir a tomar el aperitivo, le han quitado a mi madre su taburete. Mi madre esta enferma de cáncer, siendo esta una circunstancia absolutamente visible. Hemos sacado un solo taburete para ella a la calle , no para todos los que estábamos en el lugar ( no somos cuatro personas con morro o borrachas que sacan un taburete por sus narices). Ha aparecido un camarero desconocido para mí, con gafas y algo redundante en la báscula ( a meros efectos descriptivos y sin pretender faltar a nadie. Desconozco su nombre y por ello le describo). Nos dijo que no se podía estar con taburete en la calle, pretendiendo poner el taburete justo dentro del local, lo cual imposibilita consumir en la mesa exterior. No tenemos problema en cumplir con las normas pero después de tantos años podría haber ofrecido reubicarnos en el interior (algo no posible para el cliente pero sí para un camarero, dado que el bar tenía afluencia de público, pero tampoco estaba hasta la bandera). Tampoco se ofrecieron soluciones, ni el trato amable esperable a unos clientes de tantos años. Algún camarero salió posteriormente para intentar suavizar las cosas. Se lo agradezco, dado que a algunos de ellos les tengo aprecio, después de tanto tiempo. En todo caso, no me convence, después de años de comidas, aperitivos en sus locales ( no solo en este) se hubiese agradecido otro trato, más amable. Tuvimos otras experiencias no satisfactorias, con otra camarera de mínima permanencia en el local. Nunca dejamos de ir, priorizando el trato de los de siempre, pero lo de hoy no lo pasaré por alto. Jamás toleraré, este trato a mi madre, en estas circunstancias. No volveré jamás. Es responsabilidad del dueño valorar a quién contrata y qué directrices le da. Afortunadamente, existen otros bares a los que acudir. Espero que el camarero que nos atendió se reubique en otra profesión que no sea cara al público. De momento, mi dinero me lo gastaré en locales con una atención adecuada.