I’m a big believer in getting what you pay for, and Tristan and his team epitomises excellent value for money in what I consider to be a fine dining experience.
All the local culinary delights of the area are put together in a varied, vibrant and freshly made menu.
El Pinin has made the most of its tight space to offer a truly local experience. You won’t find the usual typical Spanish tapas on the restaurant menu, instead you will enjoy local fine food expertly cooked.
As for the bar, expect it to be busy during festival periods, but there is always an array of ‘pinchos’ (little sandwiches) on offer, with different flavours catering to all, which will certainly keep you going whilst trying their extensive wine collection.
I would definitely recommend a visit, especially if you want an authentic Asturian dining experience outside of your usual...
Read moreJuraría que este local ha cambiado de dueño o algo así últimamente. Reservamos una mesa para dos por las reseñas que vimos. La mayoría buenas. En pleno agosto y con el pueblo lleno de turistas había sitio sin problemas y quién se presentó sin problema tenía mesa. El problema fue al pedir. Tiene una carta muy corta, pero lo peor es que no había de muchas cosas. No había berberechos, no había almejas, no había pixin, no había marisco. De pescado solo lubina y otro pescado que no conocíamos. Íbamos con la idea de darnos un homenaje y nos tuvimos que contentar con matar el hambre. Pedimos unas sardinas ahumadas (estaban buenas) y lubina a la plancha. La lubina también estaba bien. El problema fue al pedir la cuenta. Como no estaba en la carta no sabíamos el precio y nos cobraron 65€ por media lubina. Mas las sardinas (4 lomos), una botella de verdejo 21€ y dos cafés total 113€. No puedo decir que estuviera nada mal, pero si pago mas de 50 € por cabeza me gustaría comer lo que tenía mas o menos pensado. Comimos lo que había como si fuese un menú del día. Pero...
Read moreLo bueno de ir a los sitios sin filtros mentales es que te puedes llevar un chasco o una sorpresa. Siguiendo el relato de la cadena de acontecimientos: ensalada sencilla de tomate, tiras finas de cebolla morada y bolitas de aguacate. Simple pero deliciosa. Seguimos con unas mollejas con tropezones de niscalos. Tuvimos que acudir al autocontrol y al respeto mutuo porque empezamos a mojar el pan en la salsa con cierto descontrol para disfrutar del plato. La temperatura culinaria aumentó con un arroz perfecto con el punto de picante exacto. Sublime. Quien escribe estas líneas se tomó tres platos sin un asomo de vergüenza. Luego postres y café en una sobremesa feliz y tertulia interesante. Servicio del propietario excelente. No logro recordar el importe de la factura porque esos detalles nimios no interesan pero si estoy seguro que fue muy inferior a la calidad de lo comido. Repetir siempre...
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