“Miserias humanas” Voy a contar una anécdota que me ocurrió hace escasos días en este establecimiento: Buenos días! ¿Tienen Uds. churros? Le pregunto a la camarera Buenos días! Si, ¿cuantos le pongo? 10, para llevar por favor... Un momento que voy a preguntar....( ???) cara de sorpresa, ….y regresa del fondo del local (supongo que de la cocina) con una bandeja llena de pequeños churros, de la cual escoge 10 y los coloca ordenadamente en un trozo de papel de aluminio. Aquí tiene, son 10 €! (???) ahora soy yo quien pone cara de sorpresa!! ¿Por favor, me puede dar una nota de caja? ...¡gracias! , ¿dispone de una hoja de reclamaciones, por favor? (???)... un momento voy a preguntar.... , regresa nuevamente del fondo del local añadiendo: ¿Me puede devolver los 10 € que le he dado? ( yo le había pagado con 20€) y acto seguido, me retira el paquete de churros que previamente me había entregado y me devuelve los 20€… (???) ¿Es que se ha arrepentido de la transacción? ...( ahora ruborizada) No, es que no se los puedo vender... (sin más explicaciones) ¡Ah, bien, pues entrégueme igualmente la hoja de reclamaciones por favor! Se retira por tercera vez a recibir ordenes de la trastienda y ya de regreso añade: ¡No se la puedo facilitar, mi jefe me dice que no puedo! Entonces agradecería que le dijese a su jefe si puede venir a darme una explicación. Finalmente, después de mi infructuoso servicio, se acerca el supuesto jefe abochornado intentando esbozar una respuesta coherente: ...es que aquí no vendemos churros..., sólo regalamos uno con cada café que servimos... (???) Ahhh, por un momento he creído que trataba de “vendérmelos”(le contesto), pero..., se le ha olvidado un pequeño detalle: …no he visto los 10 cafés por ninguna parte... No voy a criticar el restaurante, el menú, el servicio, etc, decir que he sido hace muchos años un cliente habitual de otro que lleva el mismo nombre que está ubicado junto a la fuente y que creo que es del/ de los mismo/s dueño/s. He desayunado y comido infinidad de veces y que recuerde muy bien siempre, a lo que sí le voy a poner nota es a la codicia, indecencia y falta de profesionalidad del supuesto dueño, que, posiblemente, lleve media vida dedicado a estos menesteres, pues la cortesía de la casa, en cualquier otro establecimiento de este sector, hubiese aconsejado no cobrar los insignificantes churros, después del embarazoso acontecimiento.