This place is a bit disappointing to me. I have been there a half dozen times probably. And every time the service was bad. The place is nicely decorated and probably the fanciest restaurant in the area. However, it is a bit pretencious and they seem to look down on people who don't fit the mould of the regular people who go there.
As for food, it is presented in a nice way and I'm pretty sure that the ingredients are good. However, it is nothing out of the ordinary. Sometimes it is not even tasty and there is always an ingredient that overpowers more than the rest of the plate's ingredients.
I once ordered Carrilleras which I normally love and have tried in many many places homemade or at other fancy restaurants and I never went wrong with it. At this restaurant though, it was saturated with wine that was not properly evaporated.
On top of that I was pregnant and the menu didn't mention that it had wine that is that saturated and not well evaporated. The waiter tried to convince me that they have cooked it for 4 hours and that I shouldn't taste the wine!!
As for a service incident, I once went there on a weekday with my sister and a newborn with me in a cart. The moment we entered, noticed a lot of empty tables.
The waiter immediately said that the whole restaurant is booked and that the only tables left are the onces with high stools. Or the one table that they keep by the kitchen. Anyone who goes with a baby cart would know that it is very uncomfortable to sit at a high stool while looking after a baby in a cart. We chose the table by the kitchen.
We intended on ordering food, once they heard that we wanted to order food, they said that the other tables were available if we wanted!!! They seem to judge people by appearances or whatever criteria they have.
Very...
Read moreMuy mala experiencia esta vez. Es un restaurante que ya conocíamos, hemos ido varias veces. Mono, coqueto, en Puerta de Hierro, en medio de los casoplones y mansiones… Siempre hemos comido bien, no destaca especialmente por nada (bueno, la terraza sí, es muy chula) ni tampoco tiene peros. Es tranquilo, agradable, con cierto look british en el salón de abajo… Todo bien, vamos, uno de esos sitios de cabecera.
Pero fuimos a comer el domingo por el día del padre y todo se fastidió. Habíamos reservado previamente, claro. Fuimos dos parejas, mi hijo y mi madre, 6 personas, típico día de celebración familiar.
Llegamos a las 15:15 en punto y nos tomaron nota a las 15:45. El restaurante hasta los topes, ese día es normal. La sorpresa es que cuando pedimos, de los principales casi no quedaba nada: ni solomillo, ni chuletón , ni carrilleras, ningún arroz… así que tuvimos que ceñirnos a lo que les quedaba. Hay que tener en cuenta que su carta es más bien breve. Pedimos hamburguesa, steak tartar, merluza y los primeros para compartir: croquetas de carabineros, pollo frito al curri (resultó ser unos fingers de toda la vida), huevos rotos y ensalada de burrata.
Y vuelve la metre y nos dice que, lamentablemente, ya no quedaba tampoco steak tartar. Pues hay que fastidiarse, pedimos tres hamburguesas y merluza; ahora el que viene es el encargado, que tampoco quedaba merluza, que nos lo cambia por dados de salmón. Le decimos que no, que no nos gusta. Nos ofrece una punta de lomo que ha rescatado de no sabe dónde, y le decimos que vale.
Las croquetas las tuvimos que devolver dos veces. En las dos ocasiones estaban congeladas por dentro. Nunca supimos más de ellas. Nos trajeron los dados de salmón que no queríamos. La punta de lomo plancha era, claramente, un trozo que no se debe servir al público. Las hamburguesas absolutamente normales, planas.
Los postres casi bien, la tarta de queso cremosa estaba de la nevera, casi ni atemperada.
Vamos, un desastre absoluto. Y al traernos la cuenta ponen: croquetas, invitados; dados de salmón, invitados. ¡Ostras, nos invitaron a lo que ni habíamos pedido o lo que nunca había llegado! ¿Recordáis la ensalada de burrata? Jamás llegó tampoco (ni estaba en la cuenta).
Es decir, de la carta no había ni arroces, ni pescados, ni carnes. Tremendo.
Fue un despropósito detrás de otro y ni un gesto comercial por su parte mínimamente digno. Tuvimos que quejarnos seriamente al final, no es de recibo que tuviéramos que comer lo que ellos decidieron, que no tuvieran stock, que sus previsiones fueran nefastas… Y algo tan sencillo como "les invitamos al 50% de la comida", o que te traigan un botella de champán gentileza de la casa (que a ellos no les supone nada y el cliente le da un valor percibido muy alto)… Pues nada, que nos invitaban a los postres, pero porque insistimos nosotros.
Me da igual que fuera el Día del Padre, ese sitio lleva 15 años lo menos, ha tenido decenas del Día del Padre, comidas navideñas o cualquier otra festividad. No pueden estar desbordados porque todo es con reserva, saben a lo que se enfrentan, deben tenerlo previsto…
¡¡¡Se supone (y es así, de verdad) que es un restaurante chic, elegante, y acabamos comiendo hamburguesas, huevos rotos y fingers de pollo!!!
Una lástima, una comida familiar nefasta, para olvidar… nos fastidiaron el día, sí.
Y ahora ¿cómo me atrevo a hacer otra reserva? ¿Quién me garantiza que no nos vuelva a ocurrir? ¿Cómo me fío de su capacidad de gestión? Pues nada, me quedo con un restaurante menos, y mira que me gustaba.
Que...
Read moreCena de San Valentín, me invitó mi mujer que había estado una vez para comer y le gustó el local. En primer lugar ( supongo que por la saturación de San Valentín) inventaron una ubicación de mesa para dos arrinconada contra la pared que queda de frente a la escalera de subida a la primera planta, lo que, además de poco agradable, te convierte en escaparate de todo el tránsito de público y camareros. En segundo lugar, de los tres primeros platos que pedimos, no había dos ( ni tartar de atún , ni risotto) al sustituir este último por secreto ibérico, tampoco había. En tercer lugar, cada una de las veces que se produjo esta situación, la camarera nos dejó de nuevo la carta y se marchó inmediatamente sin darnos tiempo a cambiar el plato con el consiguiente retraso cada vez para completar el pedido. Teniendo en cuenta el origen del problema ( la falta de platos de la carta) no parece muy razonable. En cuarto lugar, pedimos colas de langostino tigre al ajillo y nos trajeron gambón ( es verdad que en la nota final no intentaron engañarnos y ponía gambón, pero el precio era el del langostino). A estas alturas de la cena, ya no nos molestamos en decir nada, en aras de acabar de cenar a una hora decente. El solomillo con foie, correcto de punto y de temperatura, para la carne poco hecha se agradece que esté atemperada para que no quede fría. La tarta fina de manzana a falta de cocción, supongo que a estas alturas como se prepara en el momento y éramos de los últimos había prisa por cerrar la cocina. Por último y para recalcar el asunto de la prisa, las camareras se pusieron a preparar las mesas para el día siguiente, abriendo una ventana ( el 14 de febrero a las 12 de la noche). Mi mujer tuvo que ponerse el abrigo en lo que venía la cuenta y fuimos los últimos en abandonar el comedor de la primera planta ( obviamente, no por culpa nuestra). Total de la cuenta 110 euros. Un par de estas cosas podrían entenderse en un día punta como el 14 de febrero, pero todas es simplemente...
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