Teníamos muchas ganas de probar este sitio, pero desgraciadamente la "toma de contacto" ha sido nefasta.
Reservamos una mesa para comer a las 15h. Al llegar, había gente esperando en una mesa en la calle, tres personas de pie y el local ridículamente abarrotado. Hablé con la camarera para preguntarle por nuestra mesa, y me indicó que me atendería en un momento. Esperamos en la calle, y descubrimos que las personas que estaban allí también tenían reserva, pero tampoco su mesa lista (porque literalmente todas las mesas del local estaban ocupadas). Al irse un grupo, el camarero intenta durante un tiempo, de forma algo cómica, "organizar" las 3 mesas para dos personas que tiene de modo que acomoden a los 10 que estamos en la calle (¡!!!). Al darse cuenta de que es imposible, se conforma de que quepan 7, y sale a ofrecerlo. Como éramos los últimos en llegar (no sé a qué hora tenían la reserva los otros dos grupos, ni el tiempo que llevaban en la calle), se nos pidió esperar más. Íbamos con un bebé, que estaba inquieto porque tenía hambre, y le pregunté al camarero que cuanto tiempo iba a ser, a lo que no supo concretar. El otro grupo de 3, por humanidad, nos ofreció el sitio que les iban a asignar (que era literalmente una mesita de 2 al lado del WC, pero era todo lo que podían ofrecernos), lo que amablemente rechazamos. Supongo que lo lamentable de lo situación colmó su paciencia, y se fueron. Nosotros hicimos lo mismo, por hartazgo, y porque ni siquiera creo que hubiéramos podido acomodarnos los 3 con el carro en un hueco que, siendo muy generosos, era para 2 (a 40 cm de la puerta del WC).
Vamos a ver, el negocio se puede plantear de muchas maneras. No admitir reservas, establecer turnos, cancelar reservas si el cliente llega tarde, o pedir una señal por la reserva. Lo que es inaceptable es que un cliente llegue y su mesa reservada esté ocupada. Vivimos en España, un país bastante informal, y es comprensible tener que esperar unos minutos a que te preparen la mesa. Pero no puede estar ocupada. Si tienes una reserva y sientas a alguien en esa mesa, tienes que advertirle de que tiene que irse diez minutos antes de que llegue el otro cliente. No puedes darle la mesa sin más, y "confiar" en que se irá antes de que llegue el otro.
Espero que la experiencia de hoy, perdiendo 6 comensales, le sirva a este local para empezar a gestionarse de forma seria y respetuosa con...
Read moreExplico el por qué de la nota; vine por un vídeo de CCPablo y mi pareja es venezolana, no me quejo por un plato redondo o cuadrado y sí siendo objetivo.
El local está bonito, super limpio y es una mezcla entre familiar de barrio y gran restaurante quedándose en medio y mal. Yo estuve en una mesa para dos con una silla y un banco. El banco olvídate de apoyar la espalda y de intimidad , tienes a las mesas de al lado “encima” , se les queda pequeño el local y se nota . Además si te toca la mesa de al lado del baño (unisex me da igual) olvídate de cenar a gusto y vas a disfrutar de “terribles vistas” ya que la mesa está a 40 cm de este .
La atención son super amables, familiares y correctos , pero las mesas son muy pequeñas y debido a que son gente super trabajadora y amable (se nota ) pero también se ve que tienen poca formación de hostelería , tardan en retirar botellas vacías , hacer hueco en la mesa o aconsejarte . No a malas , pero se nota que se están formando.
La comida bien y mal y repito mi pareja es de ahí. La cachapa un de 20 de 10, espectacular y recomendada. Los tequeños de Guayaba 10 de 10 nada grasientos y perfectos. El pabellón plato super típico y uno de sus buques con las arepas (no las probamos ) el arroz muy seco , el huevo super hecho , eso sí, la carne y las carotas perfectas , además NO traía arepitas. Las salsa la de ajo la mejor que he probado de largo, las otras buenas pero no al nivel de la de ajo. Y por último la 3 leches , supongo que será que está congelado previo o no se , pero ni tiene sabor potente y la textura es mala y acuosa.
Por eso me refería que soy objetivo , lo bueno muy bueno, lo malo...
Read moreLa comida venezolana que ofrece este lugar es, en líneas generales, bastante buena. Se nota que hay una intención clara de mantener la esencia de los sabores tradicionales, y eso se agradece especialmente en una zona donde no abundan opciones similares. De hecho, podría decirse que, dentro de la oferta local, es probablemente una de las mejores alternativas disponibles para quienes buscan disfrutar de platillos típicos venezolanos. No obstante, algunos detalles podrían mejorarse para que la experiencia sea aún más auténtica y satisfactoria. Uno de los aspectos a revisar es el nivel de sazón. Aunque los platos están bien preparados, a algunos les falta ese toque de intensidad o carácter que tanto caracteriza la cocina venezolana. Además, se echa de menos encontrar más platos listos al momento, lo que daría mayor frescura y rapidez al servicio. En cuanto al postre, el tres leches deja bastante espacio para la mejora. Le falta la jugosidad característica: se agradecería una mayor cantidad de leche condensada y que el bizcocho realmente “nadara” en la mezcla de leches, como debe ser en este clásico. Otro punto a considerar es el servicio. A pesar de que solo hay pocas mesas, una sola persona se encarga de atender a todos los clientes, lo cual puede generar demoras. Y aunque lo hace con buena disposición, claramente se ve superada por la carga. El ambiente, por su parte, podría resultar más acogedor. A pesar de contar con muchas mesas, el espacio da una sensación de vacío y frialdad, lo que afecta la comodidad general del lugar. En resumen, es una buena opción con gran potencial, pero con margen de mejora en sabor,...
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