La comida japonesa está muy bien y el servicio también. Y buena carta de vinos aunque corta.

Mi única crítica (que sé injusta) es que deben de usar también la terraza para que la chavalería tome cervezas cuando el resto de las terrazas de La Lonja están llenas. El camarero no nos dejó sentarnos en una mesa más alejada de cuatro porque éramos dos. Luego, vino una parejita joven muy decidida, se sentaron en la mesa y el camarero no se atrevió a levantarles. Se tomaron dos cervezas con una bolsa de patatas que traían. Al mismo tiempo, en la mesa de al lado, se sentaban hasta seis jóvenes, y al poco aparecieron diez amig@s más. Pretendían que el camarero pusiera una mesa adicional al lado. Querían tomar cervezas, decían. Menos mal que salió la jefa e impuso el sentido común, y no permitió sentarse al grupo de 10+6, que terminó yéndose. Una pareja también joven (y con mascarilla FFP2) terminó sentándose en la mesa de los 6.

En resumen, me hago mayor y me chocan las cosas que hacen los jóvenes en pandemia, en este Madrid de la Libertad, un viernes, y a una hora y media del toque de queda.

El helado de té verde, muy bueno también.