Por alusiones, y honestidad como dicen ustedes respondo:
Hoy tenían una mesa de casi 50 personas, varias entre 10 y 15 y algunas de entre 4-5 personas. Contadas, no eran 80 ni de casualidad, como ustedes informan. En cualquier caso, si su aforo es de 120 y éramos 80 que me digan que no cabe una sillita de bebé pero si 40 personas más, me parece de risa. En cualquier caso, sólo expongo la realidad, el espacio es justo para tantas mesas, hasta tal punto que ha habido gente que ha chocado con otras sillas al salir.
En el comentario indicaba camarera o encargada, porque ha venido de muy malas formas a corregir la acción de su compañero, siendo maleducada, en tono altivo e indicando que tendríamos que pagar los platos de menú como de carta, si no anulábamos. Cuando hay una reserva de El tenedor, sabéis que es de la APP, por lo que no se debería ofrecer el menú del día a una mesa que tiene su reserva por este medio. De hecho, delante de nosotros, a otra mesa le ha ocurrido lo mismo, teniendo que salir también a solucionarlo. Amén de la camarera bastante incorrecta, incitando a que saliéramos en mitad de la comida, después del primer plato, a anular la reserva, cuando indicado por El Tenedor textualmente, es el restaurante el que debe anularla. Cuando hemos indicado los motivos al gestor de El Tenedor, encima nos ha increpado diciendo que porqué le habíamos dicho lo que nos había comentado ella misma. Si no hubiéramos puesto de nuestra parte en intentar solucionarlo, os puedo asegurar que no nos hubiéramos levantado en mitad de la comida, acabado el primero y esperando el segundo, ni contactado con un gestor de El tenedor para ayudarnos. No hemos tardado 40 minutos en solucionarlo y por eso ha tardado el segundo, como argumentáis. Desde que hemos acabado el segundo, por cierto frío porque ha llegado cuando estábamos fuera solucionándolo, han tardado 40 minutos a retirar los platos una vez finalizados. Eran las 16:45 h. y cansados, hemos avisado hasta en tres ocasiones. Han retirado 6 y los otros 2 platos han quedado en la mesa, hasta otros 15 minutos después. No mientan y digan que ha sido por el problema, cuando ha sido ya sentados y con el segundo terminado, cuando hemos contado 40 minutos de reloj.
Del resto de camareros, ningún pero, de hecho nos ha atendido un camarero muy correcto y que ha hecho su trabajo realmente bien. Pero sinceramente, la otra camarera debería revisar mejor cómo trata a los clientes.
Quizá pensaba volver por quitarme el mal sabor de boca, porque de verdad que la comida es buena y no todos los camareros son iguales, pero con su comentario no aceptando las críticas, tergiversando la realidad, dando lecciones de falsa moral y la actitud de la camarera, me ha quitado las ganas. Suerte. Vinimos con reserva de El tenedor, nos ofrecieron el menú del día directamente, por parte del camarero. Cuando ya íbamos por el segundo plato, nos indicaron que al ser reserva de El tenedor, debíamos anular la reserva para poder comer de menú o qué sino nos cobraban todos los platos fuera de carta y sin el descuento. Argumentando que era error suyo, pero que debíamos anularlo nosotros. Nos tuvimos que levantar a mitad de la comida a contactar por chat con el Tenedor porque no había cobertura dentro del local. Una vez hablado con El Tenedor, la anularon desde la APP aunque nos indicaron que debía ser el restaurante quien lo hiciera, y después una de las camareras o encargada de sala, nos echó la bronca por comentar la situación a la APP. Después, tras acabar el segundo plato, tardaron más de 40 minutos a recoger los platos y preguntarnos los postres. 4 camareros para una sala con unas 120 personas. Desde luego no es culpa de los camareros, que hacen todo lo que pueden para llegar a dar el servicio y no paran un momento. La comida, estaba buena. Bastante jaleo y restaurante ruidoso. Demasiadas mesas y sillas para el espacio que hay, demasiado justo en espacio. Tras el trato recibido por parte de la encargada, que no de los camareros ya que por ellos fue correcto,...
Read moreA true disappointment, as the only guests who were at the restaurant, we would’ve expected far better service. Our waitress spent more time on her phone than worried about us. We ordered our appetizers and told her we weren’t ready to order our main courses yet, a few minutes later she took our menus away; leaving us unable to order anything else. Had to ask for water several times; asked for salt- never came; asked for olive oil, never came. Again, we were the only guests at the restaurant, it felt as if we were bothering her by being there. Our appetizers were mediocre, artichokes were oily and flavorless. At one point we waved her down so we could order another drink and she came with an attitude, again, as if we were bothering her. If management reads this, we were there on Sunday, Feb. 16th at 5:42pm, I strongly suggest speaking to the waitress working that shift or you will loose a great deal of customers.
**Please note picture of menu, I am not confused with the establishment. There were not 60 people there, we were a group of 8 that can serve as witnesses that we were the only ones there. Instead of being defensive, work on improving your service and speak to the waitress that was there, she made us feel quite unwelcome. And the...
Read moreNo sé ni por dónde empezar.
Creo que es la primera vez que doy la mínima nota a los tres aspectos evaluables de un restaurante: comida, servicio y ambiente.
Pero, vamos por partes:
COMIDA:
Ojalá llegara a mediocre, pero se queda muy lejos de serlo. Pero por debajo.
De entrantes, 6 anchoas que junto al jamón (también muy escaso) ha sido lo mejor de la comida. ¿Quizás porque no había que cocinarlo y lo único que había que hacer era emplatarlo? Pues seguramente, porque, posteriormente, cuando el producto ha pasado por cocina, la cosa ha cambiado a peor.
De segundo: Fideuá para 2 personas. Dos viajes a cocina del personal de sala para saber si, aparte del caldo, contenía algún marisco más. Pues sí: gambas y langostinos congelados, duros, resecos e insípidos. Un caldo industrial y el típico fideo hueco pasado. La especialidad del guiri, lo podrían llamar. Temo la tarde que vamos a pasar para digerir lo poco que hemos comido.
Postre: Tarta de queso y tarta de chocolate. Gracias a Dios no eran caseras. Viendo el percal, si hubieran pasado por esta cocina, tampoco hubiéramos podido comérnoslas. Mediocres. Sin más. Hemos podido sólo con la mitad.
Fuera de menú:
Para mí hija, hemos pedido de carta, fuera de menú, tortilla de patata. Sólo hay que ver la foto. Hemos preguntado antes de pedir acerca del punto de la tortilla a un camarero. Su respuesta: cuajada por fuera y fluida por dentro. Al encargarla, a otra camarera distinta reiteramos que la queremos lo menos hecha posible. Pues el resultado no puede alejarse más de nuestra petición (ver foto). Jamás he probado una tortilla tan mala de sabor ni ejecución. El típico sabor a huevo quemado con una amalgama fresca de huevo y patatas que no han casi tenido contacto con ningún tipo de aceite.
SERVICIO:
Odio tener que escribir esto, pero es que no se salva nadie. Primero nos dicen que no podemos sentarnos en el salón porque están llenos. Nos sientan en una terraza que parecía de un polígono industrial con las mesas desgastadas, descoloridas, sucias, con ceniceros llenos que han retirado a medio servicio (en vez de antes de sentar a los comensales), las vajillas descuidadas... En fin. Las comandas inexactas. Si pides Coca Cola Zero Zero y no tienes, preguntas al comensal si la quiere sólo Zero, no la traes sin más. El segundo Zero es por la cafeína y si quien la va a tomar tiene hipertensión, por ejemplo, tienes que estar atento e estás cosas. Pues no, la callada por respuesta y el encogimiento de hombros de la desidia ha sido su única respuesta. Los baños: sin comentarios. Sucios y con pulsadores del siglo pasado, de los táctiles, es decir, los menos higiénicos del mundo. Pero lo peor es que cuando ya nos íbamos, a las 15, al pasar por el salón para ir al baño, hemos podido comprobar que disponían de suficientes mesas vacías para poder habernos acomodado con aire acondicionado y nos habremos tenido a 30° en la terraza del polígono.
AMBIENTE:
Pues entre el ruido de los ventiladores de polígono y las voces del resto de comensales intentando sobreponer a ese ruido, nos ha costado mucho poder comunicarnos.
De verdad, una experiencia para no volver. Un ejemplo claro de que lo barato (Grupon) sale caro. Y eso que la peor comida, la tortilla, ¡era de carta! Pero vamos que los 60€ de kits 2 menús y los 15,50 de las bebidas extra y la tortilla, que hacen un total de 75,50 hacen que está experiencia, lejos de barata, haya sido muy cara.
En otras ocasiones, los restaurantes aprovechan estas ofertas para atraer nuevos comensales y dar a conocer su gastronomía. De hecho, a mí me han ganado como cliente así en alguna ocasión. No es el caso. Aquí han ido a sacar el mayor beneficio sacrificando todo lo sacrificable: calidad del producto y profesionalidad del...
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