Restaurante El Quinto Gallego — Restaurant in Madrid

Comparto mi experiencia después de haber comido en el día de hoy (adjunto ticket), que en este caso fue muy negativa.

Si bien puedo entender, que al ser festivo hay más gente en el restaurante, lo de hoy no tiene ninguna explicación.

Habían pasado más de 45 min cuándo aún no nos habían servido ni la ensalada ni las croquetas. Lo mínimo en esto casos, es pedir disculpas por la demora o incluso traer algún aperitivo para llevar mejor la espera.

Las croquetas siendo sinceros, eran congeladas, y sin nada de cremosidad. Más bien eran "bloques de cemento", que se partían en trozos pequeños sin haberlas partido aún.

La ensalada de tomate con bonito, el tomate estaba duro y el bonito seco. Muy poco sabor en general, y todo ello después de más de 45 min.

En cuánto al lacón y la sepia, simplemente correctos en relación a su precio

Después de 1h y 45 min de comida, sin pedir café ni postres, nos trajeron la cuenta, y sólo en ese momento uno de los camareros se disculpó por el servicio realizado.

Cómo veís en el ticket de la cuenta, en ningún caso nos invitaron a ninguno de los platos y únicamente nos ofrecieron un chupito.

En resumen, a pesar de ser un restaurante familiar con tradición en el barrio, el trato al cliente dista mucho de lo que se espera (sobre todo del dueño/manager). Y son precisamente estas cosas las que se recuerdan de cara a volver o recomendar a otras...

Good food but foxy staff.

I visited this restaurant with my boyfriend one day before we left Spain. The service was okay. They served two small dry bread pieces when we sat down. We only realized those were 3 when the bill came.We also only asked for tap water but they still charged for the bottle of still water.

Those little tricks won’t bring them anything but disappointment.

Apart from that, the paella was the best...

¡Nefasto! La atención es deficiente por definirla de alguna manera. El camarero que nos ha atendido las tres veces que hemos ido (un hombre con pelo cano) no sé por qué muestra tanto su desgana: no solamente sirve con falta de tacto, sino que al pedirle una ración de queso su contestación fue "¿queso? ¿a estas horas?" y marchó cabreado. Era tan desagradable el trato que hasta mis padres preferían dejar de consumir antes que pedirle nada a este caballero. Este tipo de contestaciones se dieron durante cada petición que se le hacía, una de las veces hasta dejó caer sin cuidado la tapa que nos traía, prácticamente tirándola a la mesa. La última fue cuando fuimos con nuestra mascota, pleno invierno y, por supuesto, decididos a sentarnos en la terraza (lógicamente). Entro y le pido las consumiciones que pretendíamos tomar a lo que contesta "El perro no puede estar aquí" señala un cartel donde efectivamente aparecía la información (al menos lo señalan) y se va. Ya no es el hecho de que no dejasen estar a mi mascota en UNA TERRAZA a pie de calle, sino las formas con las que siempre se dirige este ser a...