Bueno, esto va de un VIPS, un restaurante cafetería que ya es un clásico en Madrid. Es la versión española de un «diner» estadounidense. Recuerdo todavía el que se inauguró allá por 1975 en la calle Julián Romea, con camareras en uniforme naranja (como la portada de Breakfast in America de Supertramp). Recuerdo el banana split que servían (la versión recuperada que sirven hoy es un pobre remedo de aquel). Y uno se podía sentar ante una barra en asientos forrados de polipiel… en fin, olvidemos esta regresión infantil. Un VIPS es un VIPS y uno sabe a lo que viene: un local agradable, poco ruidoso incluso cuando está repleto, con una carta de cafetería de calidad (no es un tres estrellas Michelin ni debe serlo) donde uno espera eso, un buen sandwich, pasta, pizza, algo de carne quizá. Y las meriendas: tortitas, batidos, helados, postres especiales. El asunto es que se necesita un equipo de cocina incansable (la cocina no cierra), y un equipo de sala profesional: rápido, atento, servicial, que no se vea superado en las horas punta (y que no contribuya al caos y al griterío), y con su punto de simpatía. Esto es lo que se espera de un VIPS, con niños, sin niños, al desayunar a las 8 o al cenar a las 11. No todos lo consiguen. Este sí. Hoy me he atrevido (otra vez, a pesar de una mala experiencia en el VIPS de Madrid Río) con un cubano: perfecto, bien relleno de "pulled pork”, con sus patatitas fritas y su salsa. Por poner un pero, se sirve en una canastilla metálica con un papel encerado que está bien si uno ataca el sandwich con las manos, pero con cubiertos uno destroza el papel encerado. El servicio (atento, esto es que presta atención) te trae, sin que lo pidas, un plato para que uses el cuchillo y tenedor… La ensalada César, copiosa, con la salsa bien hecha y las tiras de escalope de pollo en su punto. Los “croutons” se han reinventado en tiras de foccacia con su toque de ajo y orégano bien tostada, en cantidad. En cuanto al postre, veo la foto del banana split, recuerdo los viernes por la noche en el VIPS de Julián Romea, y me decanto por la copa de tres chocolates: un acierto. Bueno, cuando después de un día ajetreado uno acaba comiendo pasadas las cuatro es gratificante hacerlo en el VIPS...
Read moreFui con mi pareja al VIPS del Equinoccio en Majadahonda y la experiencia fue lamentable. Pedimos una hamburguesa sin bacon, pero nos la sirvieron con bacon, algo que no podía comer mi pareja por motivos religiosos. Cuando lo señalamos, la encargada (Hasna) solo nos dijo “perdón” y no ofreció ninguna solución real. Le avisé que era la tercera ver qué pasaba en este local pero ella me dijo “ahora estamos hablando de hoy”. Entonces por eso pedí la hoja ya que la forma tan grotesca de hablarme me dio pie a no seguir dialogando ninguna solución con ella jaja.
Al pedir la hoja de reclamaciones, la encargada se puso borde y dejó claro que no le hacía ninguna gracia, incluso insinuando que por pedirla no nos invitaría a la comida. La frase “te iba a invitar a la comida pero como me has pedido la hoja de reclamaciones…” Además, nos trataron de forma discriminatoria: cuando nos ofrecieron un postre “de regalo”, solo se lo dieron a mi pareja, ignorándome a mí por ser la reclamante. Mi chico me preguntó qué postre quería cuando la encargada le preguntó cuál quería, que se lo invitaba (como si eso fuera a arreglar algo) a lo que ella le dijo a él, te lo estoy invitando a ti.
No solo fallaron en el servicio, sino que la actitud de la encargada fue irrespetuosa ya que pedí la copia de la hoja de reclamaciones y me dijo que ya no es obligatoria darla, que si quería le hiciera una foto a lo que le respondí que no que quería la copia y me hizo quedarme la original, no me puso el CIF del restaurante, el correo, ni la actividad… nada profesional, menos mal que yo también trabajo de esto y tengo su mismo puesto, a lo cual no veo necesario esos comentarios ni la actitud. No volveré ni lo recomiendo. Gracias Hasna por nada jajajaja tranquila que la hoja a consumo la pondremos aunque ni...
Read moreServicio y comida pésimo. Hemos venido a comer aquí y va a ser la última vez que lo hagamos. Después de esperar 25 minutos de reloj nos atendieron. Cuando ya empiezan a venir los platos, uno de ellos no viene como se menciona en la carta y la excusa es que ya no se sirve así aunque en la carta online y en el cartel de la entrada del local lo especificaba (en concreto hablo ensalada con pollo crujiente, que de crujiente nada, me pusieron pollo a la plancha y sin avisar). Para mi sorpresa, cuando me traen el segundo, un pepito que en las fotos parecía muy apetecible, adjunto foto para que veáis la cantidad de carne que habían puesto en el bocadillo. No puestos a terminar contentos, cuando pido el postre, después de tener que esperar incluso a que mis compañeros de mesa terminaran su postre (que eran unas tortitas y se preparan en la cocina) me traen el postre un vasito de brownie, que sinceramente no se si estaría en mal estado, porque todo el fondo estaba lleno de un líquido transparente que también lo pueden ver en la foto. Desastre total. A parte de eso nos sentamos en la terraza, y os aconsejo que lo evitéis ya que ahí te dejan desatendidos durante toda la comida, si necesitas ayuda o algo, te toca levantarte y buscar a alguien en el interior. Sinceramente, prefiero que no me mientan con fotos y rótulos por qué para eso me voy...
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