No soy muy dado a escribir reseñas, pero lo que ha pasado hoy es muucho. La apariencia del local era buena y el menú del día parecía que satisfacía nuestras necesidades, así que nos decidimos a entrar. Nos plantamos en la entradilla y para nuestra sorpresa descubrimos que eramos invisibles. 33 años y no había descubierto mis superpoderes. Además, tampoco emitíamos sonido alguno, puesto que al dirigirnos al camarero para que nos asignara una mesa no debió escucharnos. Al segundo intento de comunicarnos, parece que nuestros superpoderes desaparecieron, debe ser que aún no los controlamos del todo al estar recién descubiertos.
Por fin conseguimos sentarnos. Nos las prometíamos muy felices, pero nada más lejos de la realidad. Aún nos quedaba lo peor. Tras pedir 2 menús especiales y 1 normal, tuvimos que disfrutar una espera que haría temblar al mismísimo Matusalén.
El primer plato rondó los 35 minutos, y recalco el primer plato porque sólo llegó 1. Los segundos tornaron en minutos. Los minutos en horas, pero al fin llegaron las zamburiñas. Unas zamburiñas, que si bien estaban buenas, se convertirían en el entremés de una nueva larga espera. Nos debatíamos si marcharnos con nuestros superpoderes a otra parte, pero tras 1h y 15 min de reloj apareció la fabada. Bendita la hora. Una fabada, que servida en un geriátrico, iba a hacer una limpia que ríete tú del covid. Más sal que el Mar Muerto. Aún tengo los labios cuarteados. Conseguimos acabarla a duras penas, tras gastar 2 botellas de agua debidamente rellenadas del grifo y haciendo caso omiso a nuestros riñones.
El segundo plato, un chuletón de Guadarrama a la piedra, se podría decir que fue un rayo de luz en un día lluvioso. Bien de calidad, punto justo de sal y por el que no tuvimos que esperar eones para que lo sirvieran.
2 horas después de nuestra llegada por fin nos enfrentabamos al postre. Teníamos antojo de tarta de queso casera. Nuestro gozo en un pozo. Vimos como las 2 últimas volaban ante nuestros ojos hacía una mesa que había entrado 30 minutos más tarde de que lo hiciéramos nosotros. Así que nos decidimos por flan y café con leche y hielo. La comanda no debió llegar muy bien a destino. Sólo llegó la leche y el hielo, ni rastro del café.
Nos llevamos una grata sorpresa al ver que para traer la cuenta el camarero podría competir en el equipo de atletismo de Jamaica en los Juegos Olímpicos. Nos la trajo sin pedir y sin un mísero chupito acompañándola, cosa que si hizo con el resto de mesas. Nuestros superpoderes volvieron a manifestarse.
Les invito a acudir a este restaurante. Quizás a ustedes se les manifiesten otros poderes. Un saludo, su amigo y vecino el...
Read moreUn día paramos en bicicleta un amigo y yo y nos tomamos una copa con limón, nos la puso escarchada, riquísima, y aunque fuera cara (3,15€) decidí volver con mi pareja al día siguiente tras una ruta con la moto para comer. No salimos muy contentos de allí, el menú costaba 21€ por persona que más o menos estaba a precio en el pueblo pero en los platos y en la bebida no tuvimos suerte. Pedimos dos copas con limón y nos las pusieron normales, que le avisamos al camarero y nos las cambió sin problema. De primer plato pedimos dos berenjenas con parmesano, y casualidades de la vida, al traernos los platos nos trajo una de berenjenas y una crema, le advertimos y nos comentó tras preguntar en cocina que no tenían más berenjena por lo que cogimos un salmorejo. De segundo plato pedimos una ventresca y unos huevos rotos con gulas comentándonos justo que no tenía gulas, que tenía que ser con jamón, no pasa nada. Por último pedimos dos tartas de postre, una de manzana y otra de queso que estuvieron buenas, y café, que se cobra aparte, pero nos sigue sorprendiendo 2,20€ por un solo con hielo... Al final la cuenta salió por 46,40€, algo caro para lo...
Read moreHe estado comiendo allí en dos ocasiones, el 23 de octubre y el viernes 10 de noviembre que repetimos porque nos gustó mucho el primer día. El local está como tiene que estar, amplio, buena barra, todo limpio, etc. Ambas veces pedimos menú del día, el primero cocido completo que estaba buenísimo y en cantidad de sobra, servido en su puchero de barro individual. El precio del cocido en carta son 27 € y en el menú con bebida y postre 20€, hay que ir los lunes si quieres un cocido estupendo y barato. El viernes 10 pedimos de menú también judías con matanza y codillo braseado, estaban para no hablarlas, solo comer y comer, buenísimas las dos cosas. También 20 €. El servicio perfecto, tanto el personal como el ajuar, vajilla y cubertería más que de acuerdo al precio, el personal super amables todos, atentos y rápidos. Una de las cosas que más nos gustó es que el vino del menú no es un peleón cualquiera, si no un Rioja crianza excelente y el agua que no te cobran, del grifo pero filtrada con un equipo en el mismo local. Es uno de mis restaurantes de referencia en la Sierra y en todo Madrid. Por supuesto...
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