Beluá Mislata — Restaurant in Mislata

Fuimos a cenar por recomendación de un amigo ya que era su cumpleaños en unos días y decidimos celebrarlo aquí. Para empezar el restaurante nos pareció muy elegante, bastante silencioso para poder conversar y tener una cena agradable. Nada más sentarnos nos preguntaron si deseábamos pedir vino o alguna bebida mientras revisamos la carta y nos trajeron unos trozos de focaccia para abrir boca. De entrante escogimos el pan de hogaza, para mi gusto está bien pero creo que se puede hacer mejor para la calidad que tiene el restaurante. El segundo entrante fue una ensaladilla rusa tradicional, la presentación fue muy buena, la ventresca espectacular, el crujiente de kikos no se notaba apenas y la mayonesa estaba muy buena, creo que es un plato de 10, a continuación nos trajeron los brioche imperiales, este plato nos gustó ya que la costilla mechada estaba muy buena, así como el pan brioche y la combinación de sabores es otro plato de 10. Antes de traer el siguiente plato nos trajeron un plato con cecina de buey al cual nos invitaron y era un obsequio de la casa, estaba muy buena, para mi gusto es una carne con un sabor más fuerte, esto no significa que no esté buena pero si es un producto de calidad con un sabor a carne bastante pronunciado. Lo siguiente que nos trajeron fue la berenjena a la llama, el plato en sí estaba muy bien, para nuestro gusto la berenjena debería de tener más toque a llama, le faltaba ese toque ahumado digamos. Por último nos trajeron el corte de lomo bajo con 90 días de maduración de vaca rubia gallega, aquí lo que nos gustó fue que realmente fue un corte muy bueno y del peso que nos dijeron. El servicio era muy amable, iban retirando platos vacíos y preguntándonos qué tal estaba la comida, muy atentos y respetuosos, es de los pocos sitios que he ido y el trato es un 10 de verdad, recomendable para una cena con amigos cercanos o con tu pareja. Fueron bastante rápidos y mientras esperábamos nos trajeron unas pequeñas copas de un vino rosado, muy muy bueno y que también fue invitación por parte de la casa. Nos trajeron la carne y unas patatas fritas caseras las cuales elegimos ya que también podrías elegir patatas asadas, a mitad de este plato pedimos otro bol de patatas fritas el cual no nos cobraron, se puede ver en el ticket. Para culminar la cena pedimos dos postres, por recomendación del camarero también elegimos la New York Chese cake, y por recomendación de nuestro amigo elegimos el pecado de chocolate. Para empezar el pecado de chocolate se nota que es una tarta casera, increíble de sabor y inigualable, las texturas y la presentación culmina la experiencia. Por último la tarta de queso era espectacular, de las mejores que he probado. Nos trajeron la cuenta y el precio nos pareció acorde, la experiencia muy buena y un servicio increíble, nos gustó mucho y sin duda...

Soy cliente habitual y hacía unos meses que no iba, tras realizar la reserva vía web me apunto en lista de espera ya que lo tienen completo y a los pocos minutos recibo llamada del restaurante indicándome que nos pueden dar mesa para dos personas a las 22:30 a lo que aceptamos por supuesto.Así da gusto que traten al cliente. Una vez en el restaurante observo que han hecho algunas modificaciones tanto a la hora de recibirte (mostrador de bienvenida a la entrada), como en la colocación de las mesas en el comedor, ahora más mesas pero mucho más justas, en nuestro caso una mesa para 2 personas muy pegada a la de al lado resultando incómodo mantener una conversación privada sin que la mesa de al lado se entere de la misma. En cuanto a la comida sensaciones encontradas, si bien la calidad es alta me dio la sensación de que habían bajado algo respecto a ocasiones anteriores, y ya son unas cuantas, un steak tartar pasado de punto de sal lo cual pusimos en conocimiento de la maitre. De segundo pedimos la hamburguesa de Buey madurada (30€), de sabor muy buena como siempre pero me dio la sensación de que habían reducido el tamaño de la misma y comentadolo con amigos coinciden en la misma apreciación. En cuanto a los vinos, MAL, si bien es cierto que han ampliado su carta con bastantes referencias, han colocado una vinoteca acristalada vista al comedor y han sustituido la cristalería por copas Riedel, han encarecido DESPROPORCIONADAMENTE el precio de todos los vinos incluso mucho más inflados de precio que en restaurantes de mas categoría y de ticket medio más caro, en este sentido creo que si mejoras un servicio de cara al cliente no se debe repercutir en el precio del mismo y mucho menos todavía con la bodega ya que se trata de producto no perecedero (algunas referencias doblando e incluso triplicando su precio de compra que no del precio de coste del restaurante). En cuanto al servicio del restaurante y el trato en general muy bueno como siempre, incluso diría que algo mejor que en ocasiones anteriores. Mis valoraciones serían las siguientes:

LOCAL : 6 puntos COMIDA : 8 puntos BODEGA : 6 puntos SERVICIO : 9 puntos RCP : 7 puntos VALORACIÓN FINAL : 7 puntos.

Espero que esta crítica constructiva les sirva para mejorar en los...

Una experiencia muy por debajo de las expectativas — relación calidad-precio desequilibrada Fuimos 3 personas con expectativas altas, comparables a sitios como Lana o Charrúa en Madrid. Lamentablemente, la experiencia estuvo lejos de lo que uno espera en un restaurante que se posiciona como asador de nivel.

Nada más llegar, nos sirvieron un trozo de focaccia sin haber siquiera tomado nota de la bebida. En lugar de crear una buena primera impresión, fue un fallo básico de servicio.

Pedimos carne y quisimos elegir una pieza más pequeña, pero la única opción que nos ofrecieron fue una de 1.400 gramos. No hubo posibilidad de escoger tamaño ni se nos mostró la carne con antelación, como hacen los buenos asadores. Te traen la pieza ya cortada, la enseñan brevemente, y desaparecen.

Pedimos unas cervezas para comenzar y luego una botella de vino. Antes de que llegara el vino, ya habían traído las mollejas y el steak tartar (ambos buenos, eso sí).

La carne, pedida poco hecha, llegó en su mayoría al punto o más hecha todavía. Las guarniciones fueron decepcionantes: patatas fritas insulsas y una ensalada de canónigos de bolsa. En cualquier buen asador te ponen una lechuga fresca del terreno.

El servicio, por desgracia, tampoco estuvo a la altura del precio:

Tuvimos que pedir que retiraran copas y platos vacíos. Nadie pendiente de rellenar copas. No hay sommelier ni sugerencia de maridaje. Al ir al baño, uno de nosotros vio a los camareros que nos atendían limpiándolo mientras aún quedábamos clientes. Una camarera comiendo en una de las mesas de la terraza antes de acabar el servicio. Por último, pedimos para llevar lo que sobró del chuletón, junto con las patatas y ensalada. Lo metieron todo junto en el mismo tupper. Imperdonable en un sitio que cobra 220€ por tres personas. En resumen: un restaurante con buen marketing, pero sin estándares reales de calidad ni servicio. Si quieres darte un homenaje de carne en Valencia,...