GINGER café — Restaurant in Mont-roig del Camp

Definitely one of the best restaurants I have ever went. We had empanadas, which were by far the tastiest I have ever had. Lots of filling, fresh and delicious. Then we had huevos rotos. It was my first time eating them and it will definitely not be the last. They use the best jamon, it was not oily, just super delicious. For main courses we had salmon and lamb. Both impeccable, done to perfection. The kimchi mayonnaise and beetroot puree made the dish unique, the flavors were very nicely balanced. For dessert we had torrija, it was delicious. Super light, the right amount of sweetness the Baileys gave it a great touch. You can see that they really care about everything on the menu and love what they do. If you have the chance definitely go. The prices are super good for the quality you get. Service...

Mi esposa y yo habíamos hecho reserva y al llegar nos encontramos con que no había sitio, salvo unas mesas altas (y por tanto poco cómodas). No parecía que realmente hubieran anotado la reserva y se excusaron varias veces indicando que el sábado por la noche suele haber mucha gente, cosa que la gente suele saber (extraño para un sitio en zona turística!). Igualmente nos dijeron que en 10 min tendríamos mesa si queríamos esperar (siendo la hora que era, las 22:30h ya pasadas, tampoco teníamos mucha opción, más aún no conociendo la zona). En fin, tras 20 min de espera sin ninguna cortesía por su parte, nos dieron mesa. Pedimos varios platos y una botella de vino. Tras otros 20 minutos, trajeron la botella... Nueva espera incomprensible. Finalmente la comida no estuvo mal pero aún supieron acabar de arruinarlo: mi esposa pidió tarta tatín (para quien no lo sepa, es una fina tarta de manzana que se sirve caliente con una bola de helado sobre ella). Tras traer mi postre y hacernos esperar para su tarta (podíamos entenderlo por la preparación que requiere, aunque no fuera muy habitual no traer los 2 postres juntos), llegó una tarta apenas a temperatura ambiente con una bola de helado congelada. Imposible de comer. Tras comentar todo lo sucedido con el que parecía ser el encargado del servicio, se disculpó nuevamente con el motivo de que el sábado por la noche el sitio está muy concurrido y la gente lo sabe, aunque admitió que lo de la tarta no tenía excusa. Nosotros sólo pedimos que no se hagan reservas si no se pueden cumplir y, sencillamente, se avise de ello o, como mínimo, se tenga alguna cortesía durante la espera (invitar a una copa no cuesta nada y se queda igualmente bien). Después, no se debe hacer esperar innecesariamente a quien ya lleva tiempo esperando y, por último, un postre, que es la guinda del pastel en cualquier velada, debe prepararse correctamente, especialmente con lo anterior y una espera extra... En resumen, nosotros sólo queríamos pasar una bonita velada en nuestro segundo aniversario de casados y lo arruinaron a la perfección durante casi 3 horas. Al menos tuvieron la docencia de no...

He comido hoy en este local y me ha sucedido una de esas experiencias desagradables que quitan definitivamente las ganas de volver a visitarlo. No me apetecía el menú y he pedido un plato de la carta (que me ha gustado). Al acabar, he preguntado a la camarera qué tenían de postre y me ha recitado diversas opciones, y he elegido una. Después de esperar unos 10 minutos, le he recordado que no me lo había traído. Para mi sorpresa, me ha preguntado si había comido el menú y al decirle que no, me ha dicho que no me iba a traer el postre elegido porque no había pedido el menú y sin consultar al jefe. Después de insistir varias veces y ante su negativa a servirmelo, he pedido la cuenta y le he advertido que iba a hablar con el responsable del restaurante. La señorita no me la ha entregado sino que la ha arrojado en la mesa, sin mirarme. Cuando he explicado al señor que se ha identificado como responsable, su primera respuesta ha sido decime que "tengo más de 100 personas a mi cargo y me es imposible formarlas". Imaginen una situación así en cualquier otro sector (coches que no frenan porque el fabricante no puede formar a sus operarios, actores que no saben sus papeles porque no tienen tiempo para aprenderlos, etc.). En esto seguíamos cuando ha venido la camarera no para pedirme disculpas sino para mentir descaradamente a su jefe, delante mío, acerca de lo sucedido. Al ver mi cara de desconcierto total, y de enfado creciente, este señor ha cambiado su discurso y ha procedido a disculparse. He aceptado sus disculpas, para salir de allí lo antes posible. Todavía no sé qué me ha molestado más, si la ineptitud y las mentiras infantiles de la camarera (el incidente ha sido visto y escuchado por bastantes clientes) o la respuesta inicial de su jefe, que en lugar de disculparse ha exhibido su incompetencia, después ha afirmado que era un mal entendido y, tras minutos de tensa conversación, por fin se ha disculpado. Es la primera vez que escribo una reseña negativa, y espero que sea la última. Sobre este restaurante, seguro...