Vermont Restaurant & Lounge — Restaurant in Naut Aran

La impresión del exterior nada más llegar es buena, parking, jardín cuidado, casa chalet de montaña, oyes un Río que pasa cerca… es decir que te esperas la octava maravilla del mundo, pero nada de esto. Entras y lo primero que percibes es falta de aire fresco y olor poco agradable a queso viejo con humo. Al llegar no recibe nadie así que tienes que adivinar a cuál de los 3 pisos vas. Nuestra cena era menú raclette + vino, hay otro menú que es sin vino. Con vino son casi 50 € el cubierto. Lo sabíamos. La reserva hecha con mucha antelación bajo la pena capital de pagar 20 euros por comensal si no vas, a mí esto me parece poco simpático aunque puedo entender que lo hagan porque a veces la gente cancela y no avisa. Pero ese problema lo tienen en todos los sitios y en pocos te penalizan. Digamos que forma parte del negocio que como explicaré más adelante, en el caso de la raclette debe ser suculento…

Bueno dicho esto voy al grano,

RACLETTE :

Ingredientes:

patatas. Es pequeña, limpia y brillante como el diamante, las mismas que vende mercadona. Por cierto hay uno muy próximo en vielha pero no digo nada. La patata no vale nada.

Queso. Te ponen el mismo para todos. Ni picante, ni especiado, sencillamente corriente. Al nivel de la patata.

Jamón serrano. Por supuesto no me esperaba un ibérico de bellota pero si más cantidad. Lo tuvimos que rifar.

Sobrasada. tamaño pulgar de niño chico., no sabíamos si era un trozo de carne, un asteroide o el rabillo de un trozo de longaniza. Daba pena verlo.

Jamón de york, chóped y lomo. finos como una hoja de afeitar. Poquísima cantidad.

Ya veis que la técnica del sitio es servir poca cantidad. Si pides te traen otra poca cantidad y así hasta que cansas.

Vinos. Triste el blanco, bueno el tinto. Menos mal que la botella viene llena.

Los postres… entre otros, te dicen que tienen un yogur del Valle que en realidad es el mismo tarro que sirven en muchos otros restaurantes de la zona. Se ve que el distribuidor tiene buena labia y les debe costar nada y menos y lo cobran a precio de oro. Los postres no valen nada.

Servicio: Los chicos son majos aunque se les ve con prisa, mal asesorados. Algunas veces bordes. Me dieron ganas de poner firme a alguno, pero como vas con gente te callas.

La guinda final…

Llegamos a las 21,30 y a las 23,30 te dicen… señores tenemos que cerrar. Te quedas helado. A los 19 minutos de la primera advertencia (lo cronometré), hacen destellos con las luces que iluminan la mesa. Una falta de respeto enorme. Y para colmo, por si fuera poco, cuando estábamos despidiéndonos en el aparcamiento (3 minutos porque zurraban tres grados bajo cero), aparece la camarera que nos atendió en la mesa, pasa por delante de nosotros sin mediar palabra y se va.… pero mujer!! espérate 2 minutos que a cenar ya no llegas y despide a tus comensales como merece, que les habéis dejado sin blanca por cuatro rebanadas de queso y dos vinos… pregúntales al menos qué tal han cenado, si no cuesta nada..

Perdón!! Olvidé algo no sé si positivo o curioso, la raclette es de carbon. El queso se funde en cero coma. Le pillas el truco enseguida pero ojo, ve con cuidado porque puedes abrasar el queso. Las brasas solo sirven para tostar la patata del Mercadona, da muchísimo calor. Es mucho más eficiente una raclette eléctrica.

Así que en general diría que,,,

MENOS ESPECTÁCULO DE BRASAS Y MÁS ABUNDANCIA, EDUCACION Y RESPETO A...

Not sure I was in the same restaurant as the reviewer who lauds the outstanding gastronomic experience and sumptuous setting. The food was ok, but way below the hype of the webpage that talks about the 30 Michelin stars accumulated by the team. The service was amateur, for example the drinks order was incomplete - we had to remind them twice to bring a glass of white wine and the gin and tonic never arrived. Make sure you ask for a table away from the door unless you like an icy blast every...

El lugar es encantador. Una pena que mi experiencia haya sido mala. No teníamos mucha hambre así que queríamos picar algo, pedimos un par de croquetas de pollo de corral, un jamon de bellota y unos huevos rotos con bogavante. Nos traen el jamon la ración sale a 28e y no creo que llegue a 100gr cual mi sorpresa que el jamón es envasado al vacío, pero tengo que decir que de sabor estaba correcto. Las croquetas de pollo de corral, estaban pasables cada croqueta sale por 3,5e y mi desilusión fue al llegar los huevos rotos con bogavante, estaban presentados con patatas paja que al mi parecer eran de bolsa. Después de acercarse tres veces el camarero y ver que el plato estaba casi intacto le dije que podia retirarlo pues no estaba correcto. El sabor no sabría describirlo, se te hacia una bola … después de esperar casi 30 min pedimos la cuenta, la encargada nos da la cuenta y nos dice que le habían comentado que habíamos tenido un problema con los huevos le decimos que si que no estaban correctos y nos dice que tenemos razón, que lo a probado y que no tenían muy buen gusto, rompe la cuenta y nos hace una de nueva, nuestra sorpresa que nos comunica que nos a descontado el pan que costaba 4e. Nos quedamos sorprendidos después de confirmarnos que no tenía buen sabor nos descuenta el pan!!! 🤷🏼‍♀️🤷🏼‍♀️🤷🏼‍♀️🤷🏼‍♀️ Sinceramente nosotros no volveremos, prefiero que no me digan nada a intentar querer quedar bien pero no perder unos euros en la caja...