Ayer sábado (08 de febrero) mi mujer y yo fuimos a cenar al Chibiski de Oviedo, donde ya habíamos acudido alguna vez aunque no se puede considerar que somos clientes habituales. Teníamos una mesa reservada a las 23 horas y salvo una espera más larga de lo normal debido a que el restaurante estaba completamente lleno, debo decir que todo fue perfecto. Pedimos unos totopos con guacamole, un Alambre pastor y uno de ternera (los dos deliciosos, especialmente el pastor) y un par de cócteles espectaculares (Margarita chida y Plátano loco). Tanto mi mujer como yo somos de buen comer, especialmente yo, pero como las raciones son muy abundantes, ya no teníamos hambre y aunque los postres tenían muy buena pinta (los vimos en la mesa de al lado), pedimos un café (de pota), un té y un chupito de tequila. La atención de los camareros fue muy atenta y profesional en todo momento, y a pesar de que como ya dije, el restaurante estaba completamente lleno, nos atendieron muy bien y muy rápido. Si acaso la única nota negativa, es que no sé si debido a la gran afluencia de gente que había ayer, las puertas, tanto de entrada como la de ir al baño (los baños son los del propio Mercado del Fontán), son automáticas y supongo que se estarían abriendo y cerrando continuamente, por lo que a veces notábamos un poco de frío (tampoco nada exagerado). Por último, decir que quien parece ser el dueño del negocio, un señor de pelo blanco, de forma muy humilde nos pidió disculpas por la espera, tanto al inicio de la cena como al final (algo que es de agradecer), y nos trató muy amablemente. Da gusto salir a cenar así, y aunque al principio hubo el contratiempo de la larga espera, lo solventaron de forma muy diligente, especialmente el señor que como digo parece ser el dueño. No me extraña que el restaurante esté tan bien valorado, tanto en esta como en otras páginas. ¡Volveremos...
Read moreLocalización: Centro de Oviedo, en el mercado del Fontán. Fácil de encontrar y se puede pasear a su alrededor debido a que se encuentra en el casco histórico.
Atmósfera: Tiene cierto aire que recuerda a México, pero a un México bien fresa. La acústica no es muy buena, llegando a haber bastante ruido debido a la gente y al espacio mismo.
Servicio: meseros amables, rápidos y eficaces.
Comida: Lo lamento... un restaurante mexicano más que defrauda. Como comida, no está mal... Como comida mexicana deja bastante que desear.
Para empezar, ni siquiera me enchilé con sus salsas picantes. Los chilaquiles eran más un mar de queso fundido con algún tropiezo de pollo que un plato real de chilaquiles. La salsa verde era prácticamente inexistente.
Las raciones de tacos dejaban que desear: cuatro tacos pequeños de tinga de pollo 15€. Los tacos de bistec, secos, sin salsas, con una rodaja de tomate y otra de aguacate como decoración. Y por cierto, el ofrecer tortillas de trigo es un pecado contra la gastronomía mexicana. Debería quitar todas las tortillas de trigo del menú. Históricamente, al igual que la cerveza, el trigo es una imposición coeporativista en la sociedad mexicana de finales de s. XIX y principios del XX. El tamal poco jugoso y poco reportado.
En definitiva, comida poco trabajada, no necesariamente atractiva a la vista, carece de la complejidad de capas de sabor que tiene la gastronomía mexicana real... No entiendo cómo pueden servir tacos y no servir salsas para que los comensales arreglen sus taquitos al gusto. Cilantro casi inexistente... NADA picaba.
Como conclusión... si quieren pagar bastante dinero por una tradición culinaria experta en ser asequible dando una gran calidad de producto a todos los niveles, acudan aquí. Si desean deleitarse con auténtica comida mexicana, pues qué les digo... Vayan a México y disfruten de huarache en la...
Read moreMuy poco impresionado, buena selección de mezcal, pero demasiado caro para la calidad que ofrece.
Comenzamos con unos cócteles, que dejaban mucho que desear, un daiquiri muy bajo de azúcar y un old fashioned correcto. Los totopos y guacamole, asi como las salsas que nos pusieron estuvieron estupendos, y nos alegró ver que parecian caseros, un guacamole delicioso y bien preparado.
El problema comenzó con el resto de los platos, las quesadillas muy pobres, con una rodaja de aguacate, sin demasiada elaboración. Los tacos pastor estaba un poco mejor... pero una ración muy justa y los camarones a la diabla, más de lo mismo, elaboración 0, la verdad es que €15 me esperaba al menos unos camarones más grandes.
Las enchiladas, que sin duda tenían más elaboración, eran como una sopa de queso fundido, mas tex mex que autentico mexicano.
En general, una experiencia muy pobre, raciones muy pequeñas con unos precios muy elevados para los ingredientes y elaboración que hay en cada plato. Después la falta de detalle llama la atención, ya que suponiendo que son platos para compartir, tener que dividir 3 porciones no es cómodo.
Finalmente, el servicio estuvo bien y sin duda se aprecia la pasión en el bar, ya que al menos hay una buena selección de mezcal.
Una pena no ver una cocina mexicana más auténtica y tradicional con más variedad. Al fin y al cabo, no nos vamos a asustar por ver sopa de pancita o nopales.
Una nota, es que me sorprendió que en las fotos se ve queso fresco en casi todo, sin embargo en los platos si había queso, era queso rallado, tipo fundente, un detalle que me...
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