Sant Lluís — Restaurant in Palamós

Restaurante que tiene pinta de ser de los que se fundaron antes que la propia ciudad. Uno de esos de toda la vida.

Hemos comido cuatro personas en la terraza y he podido ver el interior del local al tener que hacer uso del WC.

La terraza queda en el paseo marítimo y el local, al otro lado del mismo, teniendo que cruzar una acera ancha y la carretera. Luego has de cruzar todo el local y subir unas escaleras para por fin llegar al lavabo. Cuando llegas, hay un señor que te compulsa una etapa del camino de santiago... 🤣

Por otro lado, no está especialmente limpio (tampoco indecente) y he tenido la desdicha de que estaba averiado, por lo que, si llego a ir con una urgencia de las que pesan, habría sido un problema.

Para entrar al local, además, no hay rampa sino unos escalones, con lo que no es recomendable la visita si vas en silla de ruedas.

En cuanto a la comida, varios hemos optado por pizza y también se ha probado el risotto. Las pizzas iban bien cargadas de ingrediente y su precio era razonable para el tipo de restaurante que es. En cuanto al sabor, bien pero tampoco espectacular. Supongo que la especialidad del sitio serán los mejillones, carnes...

El servicio... están pendientes de ti pero porque van a por faena. No te aprietan mientras comes, pero sí que una vez te traen los platos (han tardado bastante) están muy pendientes de cuando terminas para traerte la cuenta de inmediato (sin pedirla) y antes de levantarte ya tienes al camarero literalmente encima para limpiar la mesa y prepararla para los siguientes. Al punto que para que te levantes tu, se ha de apartar él.

Le pongo 3 estrellas porque realmente no ha ocurrido nada malo, pero no es es ni el mejor sitio donde he comido ni donde más...

He visitado este restaurante en muchas ocasiones a lo largo de los últimos años. Siempre hemos salido satisfechos, tanto por la comida como por el servicio, que hasta ahora habían sido muy buenos.

Hoy hemos vuelto, y aunque al principio todo ha ido bien —el trato, los tiempos de espera, etc.—, a medida que el restaurante se ha ido llenando, hemos notado un claro cambio. Las mesas que iban llegando parecían recibir prioridad, mientras que nosotros hemos tenido que esperar más de 45 minutos solo para pedir los postres.

Al pedir la cuenta, hemos detectado que se nos estaban cobrando más productos de los que habíamos consumido. Al señalarlo, se han llevado el tiquet para revisarlo, sin darnos la oportunidad de explicar el error. Al volver, nos han dicho que nos habían anotado un refresco de otra mesa, pero sin ofrecernos una disculpa (que tampoco sería un drama, todos podemos equivocarnos). Aun así, seguían apareciendo más bebidas de las que realmente habíamos tomado.

Una lástima, porque es un sitio que siempre hemos recomendado. Esperamos que haya sido...

La mujer que hay en el interior del local detrás de la barra tiene muy mala educación y ningún respeto por los clientes, aparte de que no habla ningún idioma, ni tan solo una palabra de catalán, solo un castellano muy mal hablado, es demencial como los dueños no ven como se puede tener alguién tan impresentable de cara al público año si año también. Ya solamente por esto dan ganas de marcharse. El local, como así su personal, han ido perdiendo su esencia durante los últimos años, aparte de que cada temporada cierran más pronto, no realizan ninguna reforma tanto dentro como en la terraza exterior. La calidad de la comida no tiene nada que ver con la de años atrás, una tremenda decepción todos los platos en general, por no hablar de la masiva subida de precios y el descontrol de los camareros. Es un restaurante al que le tenía aprecio al ir toda la vida junto a la familia, por el gran servicio y amabilidad, pero decidimos dejar de ir por no estar a gusto y comer mal. Sabe mal, pero por el mismo precio se puede comer mucho mejor y con más atención a...