Conozco San Remo desde sus orígenes y sin llegar ni por aproximación a equivocarme un ápice, puedo asegurar que es la mejor opción gastronómica en Palencia.
Alberto no necesita estrellas ni guías rojas; en San Remo ofrecen experiencias que no es otra cosa que la vivencia del cliente cuando entra en un restaurante, desde que llegan hasta que se van.
En esta ecuación todo tiene cabida con el único fin de despejar la incognita; principalmente el concepto, local, gastronomía, servicio… la magnitud del ambiente hace que los sentidos giren dejándose atrapar por la dimensión creada en torno a una cocina en vivo que no te deja indiferente.
La apuesta diferente por lo tradicional, sobria, aunque vanguardista expone un planteamiento coherente que no existe en este mercado y menos aún en Palencia.
El factor humano es clave y es el diferencial que consigue distinguir a través de una cercana experiencia a que te sientas como en casa.
Mesa 15, cercano al ventanal y enmarcado en mamparos de fino acero inoxidable y traslucido permitiendo el paso de la luz y legitimando una atmosfera de agradecida intimidad.
Como aperitivo me obsequian con un pimiento relleno del que no puedo detallar absolutamente nada porque no tengo palabras, soberbio quizá sea lo más preciso… regado con una copa de vino blanco entre dulce y afrutado.
Para el entrante unos puerros a la plancha con su cecina de Villarramiel y queso rallado de Villerías. El resultado de maridaje del vino blanco con este plato muestra un mejor resultado gustativo.
La opción escogida del plato principal ha sido magret braseado de pato de Villamartín al horno. Se sirve finamente fileteado y acompañado con lágrimas de frutos rojos. El punto de la carne es “perfecto” .
La guarnición en restauración es la principal confederación para transformar un plato aburrido en uno mucho más apetecible y la destreza que exige su manejo es elemental además de componer una cocina mucho más diversa y compensada en sus proporciones.
En este caso con el magret de pato se dispersan todos los esquemas; la armonía de los cuatro componentes del plato es inigualable.
Enhorabuena a todo el equipo; no he disfrutado tanto desde hace mucho tiempo. Y sobre todo ¡¡ gracias !!
Una recomendación; siempre hacer reserva con el número de comensales, hora y sobre todo alérgenos y...
Read moreUnfortunately visiting this restaurant turned out to be one of the worst places to eat in Palencia. So far I’ve experienced great service in Palencia and people always seem to go out of their way to help you out, therefore it came a bit as a surprise that in this restaurant the waitress was extremely grumpy from the start and didn’t seem to feel like working or offering any kind of service. It really ruined the experience and I would not recommend to go here or ever go here again myself, instead you should visit closeby restaurant Moesia, a great, cozy restaurant with amazing burgers and great service and...
Read moreExquisita comida, con platos muy ricos, el servicio es amable pero hay detalles que dejan que desear, incluyendo el precio que es bastante elevado
Puntos positivos: Comida rica, los platos son caseros y de muy buena calidad, la verdad que la cocina es estupenda. Las carnes son una maravilla. Recomendación total: el solomillo con foie de pato, y el tataki de ternera Las cantidades eran correctas Al entrar, nos ofrecieron un aperitivo de vino blanco espumoso con pimientos rellenos, espectaculares Los camareros son amables, muy pendientes del servicio y muy profesionales
Puntos negativos: El precio. A pesar de tener una comida exquisita y un buen servicio, los precios siguen siendo desorbitados. Para dos personas pagamos casi 100€ por una comida sin bebida Te cobran por todo. Hay suplemento de cubierto, cobran el pan a parte. Pedimos un tupper para llevarnos las guarniciones que nos sobraron, eso sí pagando a 1€ cada plástico. De la carta, la mayoría de platos que queríamos pedir no estaban disponibles en ese momento. Habíamos venido precisamente para probar platos típicos palentinos y no pudimos disfrutarlos (por ejemplo, los caracoles, la menestra y los pucheros no hacían en ese momento) Nada más llegar a la mesa, nos encontramos una botella de vino. Le dijimos al camarero que no habíamos pedido la botella y nos dijo que era por si nos apetecía beberla (como si tuviéramos un sacacorchos y dos copas encima). En cualquier restaurante, las botellas de vino se piden sobre carta, cuando se pide, y no se dejan en la mesa antes de que se sienten los clientes...
En definitiva, el restaurante es recomendable, pero hay que tener en cuenta el aspecto económico a la hora de...
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