Mi esposa eligió este restaurante para celebrar nuestro aniversario de casados. Menudo regalo.
La visita a "539 plats forts" es sinónimo de HOMENAJE. En todos los aspectos, los desglosaré uno a uno más adelante. Y tiene mérito porque eso no es, a priori, lo que puedes pensar si entras en casa de Martín (el chef, camarero, jefe de sala y sommelier) cuyo pequeño espacio está muy bien distribuido en una barra japonesa con capacidad para hasta 12 comensales (aunque rara vez serán más de 8).
Has de asumir que una vez entras en el restaurante, te pones en manos de un genio. Un genio loco. Esa es para mí la definición perfecta que hace de "539 Plats forts" lo que es. Genialidad directamente proporcional al grado de locura de Martín. Me explico:
Loco por crear un formato que NO EXISTÍA en toda la Cerdanya. Y mira que en la comarca se come bien, pero en ningún sitio se come como en "539 plats forts" tanto por la calidad de sus platos como por su formato de cocina-presentación. Apuesta altamente arriesgada que sólo está al alcance de alguien que se sabe seguro de su cocina, de lo que puede ofrecer al público. Y que esté loco, claro está.
Loco del producto: desde desplazarse hasta la misma lonja de Blanes para conseguir piezas salvajes que ni él sabe cuáles van a ser, hasta obtener producto local directamente de la mismísima conchinchina (habiendo producto similar más cerca y accesible) y proveedores que directamente son como el propio Martín: amantes del producto por encima de todo (incluso del dinero).
Locura de cena: esa es la cena que yo tuve la oportunidad de probar. Venir aquí es sinónimo de hacer su menú y ponerte en manos de alguien extraordinario. Dile tus alergias/ intolerancias, que del resto se ocupa su genialidad. Degusté 10 platos, 9 de los cuales componían el mejor "x" que he probado en mi vida (el mejor lenguado, el mejor cordero, el mejor tomate... y un largo etcétera). Evidentemente, estamos en Puigcerdà y Martín está loco pero no es idiota, por lo que se puede consultar también una corta y muy trabajada carta de temporada que varía regularmente (según la oferta de mercado). Cocina algo más "encorsetada" (si se me permite la expresión) que seguro hará las delicias de los comensales... pero no es comparable a cómo ingenia, cómo improvisa y cómo te va explicando lo que pasa por su cabeza (mientras cocina) Martín.
Loco: directamente. Loco. Porque semejante nivel de cocina no puede tener una RQP de 70-80€. Y él te la ofrece. Sin letra pequeña. Sin trampa. Nada. Vienes, comes mejor que en muchos "estrellados" y te vas sin que te hayas dejado el sueldo del mes. Así de simple. Y aquí ves que no se va a hacer rico, pero que ama lo que hace. Y yo que lo disfruto. Y soy un don nadie, así que imaginad lo que pensará alguien que sí entienda de cocina (que los hay y cada vez vendrán más).
El trato es excelente, forma parte de la experiencia y, aunque ésta pueda verse influida por la compañía que tengas en la barra, lo principal para mí es la interacción con el Chef. La disfruté muchísimo tanto en lo personal como en lo gastronómico.
Bodega no muy extensa, bien trabajada y que va desde buenos vinos jóvenes a buen precio hasta auténticas golosinas con las que maridar el homenaje. Buen asesoramiento por parte de Martín, franco y sin ánimo de lucro. Me recomendó un vinazo mejor y más barato que el que yo tenía pensado descorchar.
En definitiva, que para mí es un restaurante de 10. Tiene todo lo que no tenía la Cerdanya. Y es un todo a la hora de asegurarte una cena de escándalo. No hago fotos de los platos ni os digo qué comí porque a estas alturas el menú habrá sufrido cambios notables. Que serán delicias, no tengo la menor duda.
Enhorabuena Martín y gracias por ofrecernos una cena tan especial. Para mí tu restaurante ya se ha convertido en un lugar de peregrinaje, siendo por supuesto un IMPRESCINDIBLE de La Cerdanya.
DESTACO: al chef. En serio, déjate sorprender. No defrauda.
ASPECTOS A MEJORAR: no los hay.
PD: el tomate ya nos lo hemos comido y estaba delicioso. Las cebollas...
Read moreHace unos meses, vine a cenar con mi esposa y salí maravillado del concepto, de la cocina y del propio chef, Martín. Me atreví hasta a tacharlo de loco por lo que se había atrevido a hacer en la Cerdanya. Puede leerse en mi anterior reseña (Edgar Cortés) del mes de Septiembre.
En aquella ocasión, de los 10 u 11platos que me sirvió, 9-10 habían sido sinceramente brillantes, siendo el último (el flan) un postre muy bueno aunque no el mejor que tenía en el recuerdo.
Ahora, vuelvo a su casa (con bastante más nombre, bien merecido todo sea dicho) y Martín no sólo sigue igual de impecable, con un arsenal de conservas inmejorable y con un dominio de los tiempos de cocina que aún a día de hoy, después de 2 visitas, me sigue fascinando. Si te sirvo un caldito (celestial, nunca pensé que diría eso de un caldo) y un entrante frío en escabeche (que no desmerece al resto de platos, en absoluto) es porque después te hago tocar el cielo con una espuma de anguila y foie, te ofrezco una de las mejores croquetas del mundo y además, te dejo probar el buñuelo de bacalao que hace que pases de odiarlo (a todos nos los daban en la escuela, congelados) a amarlo (explota en tu boca y piensas… me comería un millón). Pasa luego a ofrecerte sus platos principales (pescado y carne) que no sólo provienen de proveedores excelentes, sino que Martín los hace alcanzar un nivel superior. Si la primera vez su lenguado me hizo pellizcarme para ver si estaba soñando, el cordero (servido en su parte cercana a los riñones según comentaba el propio chef, algo queaprendió en El Bulli si mal no recuerdo) ha hecho que las barbacoas con costillas a partir de ahora, me resulten un insulto. Yo, a partir de ahora, sólo quiero cordero si me lo prepara Martín.
Finalmente, vienen los postres y su nuevo flan. Como muchos de los éxitos en la cocina (que nacen o bien de errores o bien fruto de la casualidad) este flan de pimienta con nata (ahora en formato “desordenado”) nació de uno de los muchos detalles que tuvo Martín con uno de sus clientes (en sus legendarias sobremesas). Y ahora, de ser un muy buen flan, ha pasado a ser el flan que me pediría si tuviera que formular mi último deseo en vida. Textura, sabor y una más que generosa ración de nata montada al momento, lo hacen a mi juicio, el mejor que he probado nunca.
Sobremesa esta vez algo más corta (Olivia, nuestra bebé de 7 meses marca nuestro ritmo ahora) pero igualmente disfrutable al 100%. No voy a decir nada que no haya dicho ya: ves, déjate llevar por Martín y disfruta de él (verlo en cocina es un espectáculo) con él (parte del encanto del restaurante es poder interaccionar con él y que te transmita su saber culinario) y para con él y su cocina (senzillamente brillante y oferta única en la Cerdanya.
Gracias por otra velada para el recuerdo. Enhorabuena por tu flan sideral. Ah, y por el reciente premio a cocinero del año. Recuerdos de los 3 y, por favor, déjanos asistir a la próxima mesa de tus apóstoles. Prometemos ser buenos “cristianos” y comernos todo lo que se...
Read moreLeave everything you know about restaurants at the door and stroll into Martin’s amazing creation. Expect it to be different at every step. Immediately after entering this cosy room you feel like you have entered Martin’s home. Treat it like this and that’s when the experience begins. You sit along what I guess was once a sushi bar nicely separated from the other 6 guests with plenty of space. Incredibly, Martin is maitre d, waiter, chef and probably the dishwasher too. There is a menu (sort of), but save yourself the effort and put yourself in the hands of this incredible culinary artist! I think he prefers it this way too. 😆 I noticed a book about El Buili on a shelf amongst his collection of unusual herbs, spices and, no doubt, some experimental savours! That might explain a little of his attention to detail in what he creates and serves you. Every single plate was unique and nothing we had experienced before. He is a culinary genius surly. Overall, just wow! We absolutely...
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