Bar Juanito Coronel — Restaurant in Punta Umbría

AGOSTO 2025

Hay sitios que se convierten en tradición, y en nuestro caso, cada agosto no solo significa vacaciones, sino la cuenta atrás para sentarnos en una mesa del Bar Juanito Coronel y disfrutar de su mítica Ensaladilla de Gambas. Textura perfecta, sabor inconfundible y ese punto de frescura que la convierte, sin exagerar, en candidata a la mejor ensaladilla de gambas de toda Huelva.

Éramos cuatro comensales y, como siempre, empezamos con este clásico. Después, pedimos Chirlas (porque ese día no había coquinas). La sorpresa fue muy grata, cocinadas en su punto, jugosas, muy sabrosas y con un toque de mar que llenaba la boca. La ración quizá algo pequeña, pero tan bien hechas que se perdona sin dudar.

No podía faltar otro imprescindible, los Chocos Fritos. En Juanito Coronel los preparan siempre igual de bien, crujientes por fuera, tiernos por dentro, y con ese sabor limpio que solo da un buen producto frito en aceite de calidad.

Pero si hay un plato que define la experiencia, son las Colas de Moruno, Gambas Fritas sin cáscara que se comen una tras otra, como si fueran pipas. Un bocado adictivo, delicado y perfecto para compartir… o no, si eres de los que no perdona ni una.

En resumen, Juanito Coronel no es solo un bar de Punta Umbría, es una cita anual obligada. Cada plato tiene ese sabor a tradición y a verano que te hace pensar, mientras saboreas la última gamba, que ya estás deseando volver el año que viene. AGOSTO 2021 Siempre es un placer regresar a este lugar.

Las obras que han realizado han dado un ambiente muy marinero y acorde a la cultura de Punta Umbría.

La comida sigue siendo la misma, la misma calidad y buen hacer en la cocina.

Nos atendió un camarero alto, creo que se llamaba Fran. Muy amable y con buenas recomendaciones.

MARZO 2019 ....Y EN PRIMAVERA MEJOR AÚN. Siempre es un placer vover a Juanito Coronel. Hacía muchos años que no vení a Punta Umbría en primavera, y como no podía ser de otra forma, me he pasado por Bar Juanito Coronel para tomar unas tapas. Carrillera tierna y muy melosa, su espectacular ensaladilla de gambas y un atún con tomate cocinado en su punto idóneo para que esté jugoso. Lo dicho, un placer como siempre difrutar de...

Fui a comer con mi familia después de haber reservado por teléfono y nos la reservaron a las 15:15. No sé si les dio coraje que fuera ya una hora tardía a pesar de habérnosla reservado ellos para esa hora , porque cierran a las 16, pero el trato por parte del personal fue de vergüenza desde el principio , una actitud súper antipá** , y eso que no tardamos nada en pedir toda la comida y bebida. Hasta en uno de los momentos que vino uno de los camareros nos tiró el plato sobre la mesa de un golpe haciendo un ruido que nos quedamos alucinando de lo desagradable que fue la situación. Cuando pedí la cuenta la repasé como suelo acostumbrar porque es de humanos equivocarse y no pasa nada, y no entendía una cosa que venía en el ticket y el dueño, que nos la vino a traer él , cuando le pregunté me respondió de muy malas maneras también, como si se lo hubiera tomado como algo personal. No hay derecho que yo vaya a un local con mi familia a dejarnos el dinero que nos ha costado ganar ( y además que la cuentita salió cara) y a pasar un rato agradable y que nos traten como a una M que estorba en su local , que fue como nos hicieron sentir. Lo siento pero tenía que decirlo porque es injusto y ya no estoy por callarme este tipo de cosas. Por supuesto no vamos a volver más y espero que cambien su actitud en su trabajo...

Es una pena que en un establecimiento que se caracteriza por buenas reseñas, no hubiera tenido el detalle de avisar anticipadamente que no disponía en carta de coquinas, boquerones y salmonetes, varias de sus especialidades. Es decir, pedimos 6 variedades de raciones o platos, y te dicen: "de esas 3 creo que no me quedan, pero voy a preguntarlo en cocina", y cuando vuelve el camarero para confirmarlo, comenzamos a decidir si irnos o quedarnos (un grupo de 10 personas), y de repente nos comenzaron a traer el resto de platos pedidos de inicio, entonces nuestra cara fue un poema, porque, por obligación y vergüenza, acabamos pidiendo varios platos de los que sí disponían de existencias en carta, para terminar de cenar, pero las cosas no se hacen así. Por este punto, valoro en 2 estrellas.

El trato amable de camareros, pero el servicio lento y en ocasiones con cierta dejadez en las mesas de interior, siendo necesario llamar a los camareros/as 2 y 3 veces, incluso tuvimos que parar de comer varias veces, porque la bebida...