Restaurante El Yantar La Cocina de Pilar. — Restaurant in Requena

This is a Michelin Star restaurant and was the worst experience we had during our recent trip to Requena.

The restaurant was empty. A party of 5 inquired whether there was a table. The staff turned them away even though there was no one in the restaurant. Fortunately, we had. Reservation and though, initially the staff tried to send us away as well.

We ordered a glass of Murviedro red wine. Both glasses of wine were at least 12C which was too cold. When we requested to have the wine replaced, we were told that it was so cold to control the alcohol content. We know wines and have had this wine frequently. It was unrecognizable.

The salads were okay - nothing exceptional. The wait staff were totally absent except to bring our orders.

My main course was not available. I then ordered the same main as my husband, the veal with sweet potato purée and potato straws.

The potato straws consisted of 2 soggy potato chips. Both our meals were cold. Not hot, not warm, not room temperature but cold. We sent them back. The wait staff were put out that we were not prepared to eat cold food.

The replacement meals were worse than the original cold ones. They tasted like they were a day old and had simply been microwaved. Neither of us could eat our meals.

For a Michelin Star restaurant, the quality of the food and service were terrible, way below expectation. I am not clear as to how this restaurant earned its star two years in a row.

We definitely do not recommend this restaurant and will not...

¡DEL CONSEJO MATERNO A LA EXCELENCIA CULINARIA: EL YANTAR LA COCINA DE PILAR!

En pleno casco histórico de Requena, descubrí una joya gastronómica llamada El Yantar La Cocina de Pilar. Este templo culinario fusiona a la perfección tradición y vanguardia, creando una experiencia alucinante. Mi travesía gastronómica comenzó en un cuidado y moderno comedor a pie de calle, para luego descender por unas escaleras de piedra y descubrir otro comedor inmerso en una cueva excavada en la roca. ¡Fue en esa cueva donde disfruté mi viaje gastronómico! ¡Alucinante!

Pero más allá del asombroso ambiente y la deliciosa gastronomía, de la que os contaré más adelante, quiero destacar la amabilidad, encanto y simpatía con la que te reciben y te trata todo el personal; es simplemente de agradecer. ¡Muchísimas gracias, Karen, Tanía, Iván y Aroa! Hablemos del deleite gastronómico. La carta es un auténtico puzzle de fantasía, tradición y vanguardia, especialmente en los entrantes, donde el Chef Carlos desborda pasión y mucha, mucha creatividad.

Opté por cinco entrantes, renunciando a otros tantos, así como a los platos principales y postres para degustar en futuras ocasiones. Y qué elección tan acertada fue, ya que cada uno de los cinco entrantes resultó ser una experiencia gastronómica única y excepcional, cargada de sabores y matices en una armonía perfecta.

Comenzamos con una Ensalada de hierbas frescas, una obra maestra que incluía espárragos, brócoli, pepino holandés, tiras de zanahoria, calabaza caramelizada, tierra de anacardos y una vinagreta de sésamo y lima. ¿Cómo es posible transformar una simple ensalada verde en una fantasía gastronómica tan deliciosa?

Seguimos con un Ceviche de langostino con aguacate, cebolla roja, mango, cilantro y tierra de kikos sobre crema de mango. Cada bocado era como una explosión de mar y sabores indescriptibles. Continuamos la travesía culinaria con unas Mollejas de ternera acompañadas de una cama de berenjena a la llama, salsa de ostras y tierra de almendras. Mis preferencias por las mollejas se vieron totalmente satisfechas; estas mollejas, en particular, fueron un placer llevado a la máxima expresión.

Seguimos con un Carpaccio de manitas de cerdo con gambón y piñones. Esta deliciosa creación era tan extraordinaria que resulta difícil encontrar palabras para describirla. ¡Un placer, un gusto y una combinación simplemente magníficos!

Aunque nuestros estómagos estaban repletos, no podíamos perder la oportunidad de saborear más y concluimos con el Huevo poché con camarones crujientes y puerro caramelizado. Menos mal que lo probamos; nunca antes había experimentado una combinación tan única de sabores. En ese momento, uno simplemente podría exclamar: ¡Ahora sí, llévame donde quieras, me entrego en cuerpo y alma a esta experiencia culinaria inolvidable!

Lo más fascinante de todo fue que, en la terraza, me topé con un joven vestido con una camisa de chef, ¡y resultó ser Carlos! ¡Qué individuo más cercano, agradable, apasionado y simpático! Aunque nuestra conversación fue breve, fue intensa y llena de conexión. Le di un abrazo tan sentido, de esos que transmiten cariño y agradecimiento, ya que realmente lo sentía en mi corazón. Mi gratitud se extendía no solo hacia él, sino hacia todo su equipo, su excepcional cocina y su hermano Pablo, responsable de la parte "marketiniana".

Quisiera destacar especialmente a Carlos, El Chef, cuya historia sobre cómo empezó en este complejo mundo gastronómico es tan fascinante que prefiero dejar que él mismo te la cuente, si tienes la fortuna de conocerlo. No quiero finalizar sin expresar mi más sincero agradecimiento a su madre Pilar, quien un día le dijo: "Carlos, vente para acá". Y hasta aquí puedo contar, Pilar muchas gracias por tan acertada decisión con la que has contribuido, sin duda alguna, a crear esta experiencia culinaria tan excepcional. ¡Eternamente agradecido!...

The food was excellent. Unfortunately, the staff seemed harried and unwelcoming. We have very elementary fluency in Spanish so it was challenging to communicate but we had the feeling they were not interested in understanding what we were asking and thus not interested in taking our orders. There were 2 of us and the server took one of our orders then quickly left our table. We had to wait some time before she reappeared and we could ask about our other order. We were quite chilly and had to use blankets we brought ourselves. There was a heater set to a low setting by another table which did not help us at all and there was no effort by the staff to address whether or not we were comfortable. It is a charming and unique setting, dining in the cave. Access to the cave is down a long stone staircase with no handrail, making it risky for those with mobility or vision problems. We wish there was more or any attention to service. We would not recommend this restaurant in spite of the...