Restaurante emBoca — Restaurant in Sallent de Gállego

LEA ESTÁ RESEÑA DETENIDAMENTE ANTES DE RESERVAR A ESTE RESTAURANTE. Básicamente es de los peores restaurantes que he ido en mi vida en cuanto a calidad-precio. Por vuestra salud no pidáis la tarta de queso, la cual no he probado una peor en mi vida y la cera del propio queso venía dentro de ella. Cabe destacar que soy un gran aficionado a las tartas de queso. El churrasco, que valía 15€ tenía más grasa que la papada de un pitbull. El pan era como la suela de la zapatilla de un yeti de formigal. La longaniza, más salada que el mar, venía acompañada con una salsa de fairy. El servicio era decente, aunque preferiría que no existiese para que no me trajese semejante bazofia. Retomando el tema de la carne, pedimos un entrecot, cuyo precio era desorbitado, venía como sacado del congelador, sabía menos que el agua y para masticar un trozo hacía falta tener la mandíbula de un hipopótamo. Si tras leer esta reseña os decantáis por ir a este restaurante pedid un préstamo , tened cuidado con las horas siguientes y tened el 112 preparado para vuestro traslado al hospital. Por otro lado si seguís mi consejo vuestra salud seguirá intacta y por el mismo precio podréis pasar un maravilloso fin de semana en las maldivas. Y finalmente si algún trabajador de sanidad lee esta reseña le ruego que mande...

Emboca no es solo un restaurante, es una experiencia sensorial que se vive desde el primer bocado. Ubicado en el encantador pueblo de Sallent de Gállego, este rincón gastronómico logra combinar a la perfección tradición y creatividad en cada plato.

Desde el inicio, la atención fue cercana y cuidada, haciendo que la experiencia fuera aún más especial. Comencé con una entrada que me sorprendió por su originalidad: pato sobre tostada. La combinación de texturas y sabores fue simplemente sublime, con un equilibrio perfecto entre lo crujiente del pan y la suavidad intensa del pato.

Como plato principal, opté por el plato del día: una pasta carbonara que rompía con lo convencional. Cremosa, sabrosa y perfectamente al dente, lograron captar la esencia de una buena carbonara sin artificios innecesarios. Fue reconfortante y sofisticada a la vez.

Emboca es uno de esos lugares que te invitan a volver. No solo por su cocina de alta calidad, sino por el alma que se siente en cada detalle. Sin duda, una joya en el corazón del Pirineo aragonés

Me atendieron , Sandra y Santiago . Dos...

Una comida de altísimo nivel, cuidada en cada detalle. Empezamos con una ensaladilla rusa muy bien equilibrada, cremosa y sabrosa, seguida de unos calamares tiernos y perfectamente fritos. Como platos principales, probamos dos solomillos, una entraña de simmental y un magret de pato: todos con puntos de cocción impecables, carnes de primera calidad y presentaciones cuidadas.

Los postres estuvieron a la altura: tres tartas de queso con texturas distintas pero todas sobresalientes, y un flan de coco sorprendente, delicado y lleno de sabor. Todo ello acompañado de un vino Somontano que armonizó perfectamente con los platos.

El servicio fue atento, profesional y muy correcto. Un restaurante que demuestra respeto por el producto, por el cliente y por la cocina bien hecha.

Una experiencia gastronómica redonda. Totalmente...