Local recientemente reformado, más luminoso y decoración moderna. A cambio ha perdido la poca imagen que tenía como lo que se considera una sidrería tradicional. Amplia terraza en calle semi peatonal, separada la zona destinada a comidas por pequeños biombos de cristal y maceteros con plantas de plástico. Desde que cambio de propietarios, el negocio ha ido sufriendo cambios y dando bandazos, ahora que parece que se ha asentado en lo que será su línea definitiva no me convencen algunos de los cambios introducidos. La comida ha sufrido todo un vuelco, se conserva algún plato de los que le hicieron ser un lugar de referencia, han introducido bastantes nuevos y otros de los antiguos con un toque de eso que llaman comida fusión que no aporta nada espectacular. Eso sí, la cantidad de la raciones antes generosas han menguado ostensiblemente. El cocido, plato que fue estrella, al nivel de los mejores de la comunidad de Madrid, paso a ser del montón gracias al toque de “confusión”, menor calidad del producto y escasez de la ración. Anteriormente veías pequeñas diferencias de un plato a los otros, ahora todos son clones exactos como si hubieran contado los garbanzos y pesado los ingredientes con báscula de precisión. Los precios, ay los precios! La comida en general ha subido el precio y menguado ostensiblemente la cantidad. La calidad de la materia prima se nota algo inferior, si bien el tratamiento en cocina lo llega a compensar en parte de los platos, otros resultan totalmente insípidos, lo cual no deja de ser una merma en su conjunto. El menú diario esta en 12€, más caro y de inferior calidad al que tenían hace apenas un año. La bebida es cara, pero cara, cara….Ya no solo de la zona, que lo es en un 25% sino de todo San Fernando, incluso por encima de los bares de copas o pub. Eso sí, a cambio te sirven unos “generosos” aperitivos tales como: aceitunas o lonchas de queso traslucidas. El tercio a 2,75€, refrescos 2,80€, cubata DYC 6€, importación de 7€ para arriba. Precios normales si los tenemos que pagar en el centro de Madrid o ciertos barrios que todos sabemos, solo que aquí estamos en San Fernando de Henares, pueblo de trabajadores y gente en su inmensa mayoría con el bolsillo ajustado, más en los tiempos que vivimos. El ambiente también ha cambiado, antes podíamos encontrar mucha gente del pueblo y algunos llegados de fuera, ahora es todo lo contrario. Para nosotros era un lugar de encuentro con amigos y conocidos en un ambiente casi familiar, ahora se ven muchas caras de fuera y algún alma del pueblo en un ambiente pseudo pijo. El personal es atento, atiende correctamente y en tiempo prudencial. Es de lo mejor del negocio, hay que decirlo. Resumiendo, de ser uno de nuestros sitios predilectos ha pasado a ser un lugar donde vamos muy de cuando en cuando, al igual que bastantes de los amigos con las que solíamos parar allí. No hay que andar muchos metros y tenemos otros locales a precios más económicos y calidad...
Read moreThis place used to be one of our favourite bars in San Fernando for more than a decade. But since the renovation it has become a shell of it's former self. The only reason I grant it 2 stars instead of 1 is because of the excellent service, the same waiters that have been working there for many years are always great.
The interior has been stripped of all character, being replaced by a minimalistic and soulless decor. Why the owners decided to go with such a boring and generic option is beyond me.
The food has taken a turn for the worst as well, with many of the portions downsized and overpriced. Specialty dishes like chipirones a la plancha are almost never available. But what was the final straw for us, we ordered mejillones that where clearly no longer fresh and smelled like they where passed due date. The friendly staff apologised and did not charge us for the mejillones.
Al in all, this is a place we will sadly avoid...
Read moreEsta reseña tiene que ver con una experiencia personal. No digo que es algo que ocurra generalmente, pero sí habla de la forma que tienen en este local de afrontar un problema.
He ido a comer aquí un par de veces, así como a tomar algo a la terraza, y siempre he tenido un buen trato, y la comida de una muy buena calidad. Por eso cuando unos familiares vinieron a visitarme, decidí llevarlos allí a comer.
La comida estupenda, un buen trato de los camareros que sirvieron rápido y muy amables, especialmente Cristian y Ángel.
El problema vino a la hora de pagar. Mi familiar fue al baño, se acercó a la barra y pagó allí mismo. Luego fuimos a la mesa, tomamos el café y nos marchamos, despidiéndonos de los camareros, sin problema.
Bajamos la calle, charlando, y a los 20-30m aparece Cristian, el camarero, detrás de nosotros y nos pregunta si habíamos pagado. Sin problema, le enseñamos el ticket, nos dice que es verdad, pide disculpas y se va. Nos quedamos hablando en la plaza Ondarreta unos minutos, y a los pocos minutos el camarero vuelve a venir y nos dice que no encuentra el pago, que si no nos importa enseñarle el ticket otra vez, cosa que hacemos, y descubre que, por confusión de ellos, habíamos pagado la cuenta de otra mesa... Así que SIN PONER NINGÚN IMPEDIMENTO le decimos que volvemos al bar y pagamos la diferencia.
Al entrar al restaurante, nos encontramos a Manuel en la barra, otro camareros, diciéndonos que "qué poca vergüenza tenemos, que habíamos corrido para no pagar, que teníamos que haber dicho algo...". Nos quedamos en shock... Evidentemente en ningún momento nos habíamos dado cuenta del error que habían cometido ELLOS, y en el momento en el que nos dimos cuenta, volvimos sin ningún impedimento a pagar por lo que habíamos tomado ¿Qué necesidad había de llamarnos "sinvergüenzas" o de decir que habíamos "intentado engañarlos"? NINGUNA. Pagamos y salimos de allí por segunda y, sin duda, última vez.
Un trato despreciable al que no voy a volver...
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