Segunda oportunidad que le doy a este sitio y nueva decepción.
La terraza es muy bonita pero fácilmente te puedes encontrar con la sorpresa de que te caigan encima excrementos de paloma. Las dos mesas de alrededor también se vieron afectadas y fue bastante desagradable, no me había pasado en ninguna otra terraza, aunque también estuviese entre árboles. Reconocieron q tenían un problema con este tema, pero que aún no habían encontrado una solución.
Otra de las cosas que no me gustó es que tardan una barbaridad en traer los platos, casi que haces la digestión entre uno y otro. Ya me había pasado la primera vez, pero pensé que podía haber sido casualidad, claro está que no. El camarero muy simpático diciéndonos que ya estaban en camino, pero los platos no llegaban.
Por último, para rematar la impresión negativa sobre este sitio, nos trajeron solo la cuenta de la segunda ronda de bebidas que habíamos pedido.
Como también habíamos cenado, les dijimos que faltaba la cuenta de la cena. Vino una camarera y nos informó extrañada q esa cuenta ya estaba pagada.
El tema es que nos habíamos cambiado de mesa, por lo que es fácil deducir que fue a los siguientes que se sentaron ahí a los que cobraron nuestra cena.
Finalmente nos contaron una historia de que les descuadraba la caja, improvisando un importe que se notaba que se estaba inventando sobre la marcha (si vas a mentir es importante hacerlo bien y que no se note) y terminamos pagando la cuenta que ya le habían cobrado a otros.
El descuadre (si eso era cierto...) vendría de otra mesa, porque nos siguió confirmando que nuestra cuenta había sido pagada.
Conclusión, que cobraron nuestra cena dos veces y desde luego no se les vio ninguna preocupación ni tampoco intención de localizar a los otros clientes para subsanar el error.
Esos clientes, sin darse cuenta, terminaron pagando 80 euros por dos cervezas. Al restaurante, tras saber lo ocurrido, no le importó lo más mínimo.
Todo muy cutre la verdad, experiencia desagradable en todos los sentidos, después de dos cenas la imagen de este sitio para mí no...
Read moreIt's a wonderful place where you can enjoy the tasty food in combination with nice music which is different on the first and second floor but both of the floors can amaze you with a great interior. The staff is competent and kind, they can help you with the choice of the drinks and the dishes explaining you every detail. My opinion is that this is one of a kind bar/restaurant in the area. The second floor provide night parties in the weekends providing DJ as well. The clients are obviously people who have knowledge about the good places. 💯% recommended, definitely will visit again....
Read moreenciadas separadas por una vinoteca, mesas altas par tapear/comer rápido y comedor bien dimensionado. Carta no demasiado amplia como corresponde a un bistro, en el que predomina la oferta cárnica, principalmente hamburguesas. Pedimos dos botellas de vino para la comida, en torno a 20 euros cada una, y empezamos con tres entrantes: surtido de croquetas, sticks de berenjenas y chipirones encebollados; en términos generales, bien ejecutados. Para los segundos, corvina y bacalao para dos comensales y para los otros tres, chuletón de vaca vieja (56 euros) y degustación de cachopos (cecina, jamón ibérico y queso La Peral). La opinión sobre los pescados alcanza una nota alta en cuanto a elaboración y presentación de los platos, pero en la carne el fracaso fue total, mitigado por la amabilidad del propietario que nos ofreció para compartir, sin coste, un entrecot que también figura en la carta. Y entro en detalles, el chuletón supuestamente de 1 kg (más de medio de kilo de hueso), duro, mal cortado, muchos nervios y frío, además de un punto pasado de parrilla, cuando avisamos que muy poco hecho.. En cuanto a los cachopos, sin palabras, carne dura, secos y mal empanados, sin sabores diferenciales, daba igual el de cecina que el de queso o el de jamón ibérico. Cerramos con tres postres, cafés y cinco chupitos e insisto ... chupitos (18 euros). Total de la cuenta 285 euros. Último detalle: sin manteles y servilletas de papel. El concepto de brísto es de un pequeño restaurante con cocina de calidad, platos simples y a precios económicos. De momento este concepto aquí no se cumple y tiene mucho...
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